martes, 31 de agosto de 2010

Nocturno en clave de sol.


Pasear de noche por la calle del pueblo.
Siempre el mismo recorrido, sin nada concreto que ver ni que hacer.
Parece una costumbre aburrida, pero es un tiempo que hace distintos los días. Nada como la noche para disfrutar de la mágica diversidad de  la monotonía.

En invierno, cuando salgo cruje el suelo, que  a esa hora vuelve a helarse.
Y si llueve a mares o nieva, andando bajo el enorme paraguas negro, me enredo en los hilos  de lo ancestral.
Son paseos silenciosos, como mucho de dos, y si nos cruzamos con otro loco paseante, nos respetarnos, y  sólo intercambiamos sonrisa y un escueto"buenas noches".



Pero en verano la calle está concurrida.
Se llena "El Ral". Solitarios contrariados y grupos que salen de fiesta o a refrescarse debemos compartir espacio.
A distinto paso, y siempre fuera de la acera, por la mismísima calzada. Porque la gracia es andar por el centro de la carretera, al más puro estilo "chufla-chufla", como el baturro que va por la vía...

La vi en mis últimos paseos.
Sentada en las escaleras del viejo crucero.
Junto a su marido, pero como extraños.
Cubierta de pies a cabeza, sólo mostraba medio rostro: Unos ojos jóvenes, que me parecieron tristes, o atemorizados.Tan lejos de su hogar, añorará a su madre, sus hermanos... tendrá frío...en este pequeño rincón del Pirineo...tan sola.

Mis hijas se lanzaron en picado: acaban de leer a Khaled Hosseini(Cometas en el cielo, Mil soles espléndidos), y su corazón joven no admite posturas intermedias.  Les parece injusto, indigno, inhumano...casada con un viejo, el velo, recluída todo el día...

Y dialogamos-discutimos sobre dónde empieza lo cultural y la dignidad ontológica... y la mujer, y el machismo... tolerancia, multiculturalismo.

A mi me conmueve.
Me gustaría saber cómo nos ve ella, qué piensa, qué quiere, a quien ama.

domingo, 29 de agosto de 2010

La Barbacoa

Con el final de este verano, cerramos también una etapa de nuestra vida familiar.
Pronto empezarán a construir sus hogares, seremos padres con nuevos matices.

Soy fan de las celebraciones. Y no podíamos dejar que algo así quedase sin su festejo.

Quienes tenemos la grandísima suerte de disfrutar un trozo de aire libre en casa,  podemos recurrir a la sencilla y simpática barbacoa.
Viene a ser la "costillada" de toda la vida, pero un poco venida a menos, (las costillicas están por las nubes, y la barbacoa queda igualmente elegante con pollo, lomo, morcillica o choricillos). Además tiene un tinte "cool", muy americano esto de "the barbecue".

Lo mejor del invento es la preparación. Hay que trabajar en equipo.
Al bajar el sol es el momento. Todos al ataque.

Hasta el más mínimo detalle estaba perfecto.
Cervecitas frescas y algo de picoteo.
Velas y antorchas para protegernos de los mosquitos, una refrescante ensalada, hierbas aromáticas como aderezo, y el punto de coción exacto. Como postre especial, sorbetes de mojito y melocotón.

Tan a gustico, pasaban las horas en la sobremesa.

Viéndolos a todos, riendo, hablando y bromeando, sin prisa por acabar, sin hacer ademán de concluir, empecé a subirme a la nube filosófica, pensando interiormente, en los intríngulis del amor familiar, que si patatín-que si patatán...llegando a volar casi en éxtasis, en mis silenciosos razonamientos.

Miraba arrebolada a uno de mis descendientes en línea directa, sentado a mi izquierda, que sin venir a cuento me dijo:

           -Mami, no me levanto porque hay que recoger...

Sin frenos aterricé de golpe con la nariz en la realidad, desde la nube más alta del septimo cielo... y me dió un ataque de risa.

Siempre hay una razón más cercana y prosaica que mis disquisiciones teóricas.




sábado, 28 de agosto de 2010

Sin Título


Me llamaron ayer, hacía unas horas que había muerto.

Y siento dolor , me cuesta entender la muerte, siempre es incomprensible.


No pretendo un soliloquio sobre la única certeza de la vida, ni disertar sobre el sentido del dolor, ni siquiera el panegírico que merece.

Era mi "superior jerárquico", mucho más joven que yo. 

Fuerte, inteligente, activa. 
Miraba a los ojos para escuchar, y se ponía en marcha.
Sufría mucho, pero supo seguir dándonos tiempo y sonrisa, hasta el final.

Tengo la certeza y esperanza de que somos transcendentes y amados por un Dios-Padre. Pero me conmueve la muerte.

Un beso, Nùria, directo al Cielo.

viernes, 27 de agosto de 2010

Lo de siempre





Oyendo los lamentos de los que regresan, da la sensación de que sólo es auténticamente "vida" la del tiempo de feria, y que el resto del año es meramente un medio para poder tener esos tiempos de asueto,  que la finalidad de lo que sucede de lunes a viernes es poder vivir el fin de semana.

En definitiva, que las mejores vacaciones son las que hacen posible "olvidarse de todo".


A mi me parece triste.

Disfruto haciendo cosas diferentes en vacaciones, con otro ritmo y paisajes, pero  sigue el hilo conductor de "lo de siempre", porque tan "mi vida" es un viaje como la monotonía del horario fijo.
Me parece absurdo contemplarme como una cenicienta, que tan sólo espera el espejismo de verse convertida por unas horas-días en la princesa de un baile...y al final todo es otra vez pura bambalina, escenario de cartón piedra.

No creo que las vacaciones tengan que servir "para olvidar".
Alejarse del ritmo machacón de lo cotidiano, cambiar incluso de lugares y paisaje, me proporciona otra perspectiva, y normalmente me hace descubrir que lo que veo como irresoluble al tenerlo pegadico a la nariz, no es tan agujero negro. 

Contemplar otras formas de vida, conocer gente distinta,  estimula, pone colores nuevos al día a día.


Viajar es el sueño de mi vida, pero no como huída.
Es para sacar lustre a lo de siempre.

domingo, 22 de agosto de 2010

Postales (y III). Reencuentro

Moles de granito, caminos que puedo andar cerrando los ojos...mucho mejor, mirando al cielo.

Quitando el polvo de casi un año, hago arqueología de mi vida con los libros y objetos que hemos ido dejando olvidados cada verano.
Todos los veranos de mi vida. El mismo Valle.
Al salir de casa hoy ha sido Gallinero, otras veces es Reduno, con su morro cuadrado, la elegancia de cotiella, o el entrañable Baciero.
Cada mañana, ese reencuentro es como un guiño de Dios.

martes, 17 de agosto de 2010

Postales(II) Corazonadas con sombrilla


Habitualmente relacionamos la belleza de las playas con los conceptos de vigor, belleza y fuerza de los cuerpos jóvenes, bronceados y atléticos.

Pero este verano he descubierto Bellezas más duraderas entre las olas atlánticas.



Podemos hacer literatura, encontrar poesía enredada en la espuma del mar... los tesoros se encuentran mucho más cerca, en la sombrilla vecina.Tienen mala prensa, suenan a cutre, y sin embargo he aprendido mucho de ellos.
Domingueros de playa.
Con su neverita, las sombrillas , sillas de naylon ralladas...


Llegaron arrastrando un “troller” pefectamente adaptado para transportar todos los elementos del hábitat domingueril. En tropel, los niños, balanceando los cubos y palas, los adolescentes con su languidez a cuestas, el padre, con su carromato de víveres.


La sabiduría de tantos veranos se nota al situar las sombrillas, una técnica depurada, abren las sillas estratégicamente, cerca de la mesita plegable. Ni el mismísimo Ikea puede imaginar un look tan auténticamente familiar sobre la arena.


Mientras la generación joven se embadurna con protección solar, desaparece el padre, y en unos minutos, descubro el tesoro.
En volandas, sin apenas rozar la arena, llevan a la abuela hasta la orilla, para que pueda disfrutar de las olas. La descalzan con cuidado, arrodillados.Ríen y bromean los tres, se acercan los pequeños, chapotean para que la anciana disfrute con sus gracias, y finalmente sientan a la abuela como una reina en su trono rayado, con su batita de flores, de semiluto, negros grises y morados.


Y tres sombrillas más allá descubro-imagino, otro regalo costero.
Una niña cincuentona, con cuerpo que empieza a envejecer y una cabecita de tres años, grita, aúlla, pidiendo su flotador, mientras las que imagino sus hermanas, la limpian de arena para calzarla. Peinan el pelo canoso y mojado, y le estampan un beso ruidoso, que ni las olas disimulan. Al final, calla, abrazada a un flotador grotescamente gigante.




Tesoros del mar salado, corazones de playa.

jueves, 12 de agosto de 2010

Postales(I). Paseo Azul Marino

La cobertura intermitente sólo admite las postales, con un recuerdo para cada uno de todos.



Paseo entre nubes de pinares.
Algodonosos, verdes, brilantes por la mañana con exitantes reflejos de sol amarillo. Penumbras de azul y nostalgia al atardecer.
El sol nos acorrala como un toro enfurecido y nos refugiamos entre pinos gigantescos y retorcidos.

Hay que echarse al mar, que ronronea con voz profunda, de amante  susurrando requiebros de amor, hechiceros.
Es una monotonía que deja anhelo, siempre deseos de un poquito más.

Tumbada en la arena húmeda, escucho el tintineo de las conchas. La marea las amontona en la orilla y las olas las agitan al retirarse, con eco gaseoso.

El aire es sedoso, en brisa bicolor. Se alterna el tibio de  arena con el frío blanco, como la espuma de la orilla.

domingo, 1 de agosto de 2010

Abierto por Vacaciones

¿Las vacaciones? ¿ Bien o/y en familia?

 Ayer, contemplando a un grupo de turistas japoneses que, con sus doscientas mil maletas, salían de un hotel en Paseo de Gracia, mi benjamina exclamó:"desde luego... como en casa..." 
Y tiene razón.

Me di cuenta de que el día "D" se acerca.
Precisamente ahora, con el asfalto derretido, los grillos y las chicharras afónicos de tanto canto, y los nervios necesitados de aftersun.

Empiezan los días álgidos de la convivencia familiar.
Todos junticos horas y horas en un coche atascado en caravana, recorriendo los Mc Donals del mundo, jugando a ser turistas en grupo heterogéneo: unos en extrema actividad y otros en franca decadencia... pareja de maduritos con descendencia joven-adolescente, buscan acomodo en vacaciones.

Soy realista. Sé que en este tipo de safaris, hay momentos de caos y mal rollo total y rotundo. Las familias "Walt Disney" no existen, y si las hay, me resultan insoportables... Pero la experiencia me ha enseñado que esas aventuras a lo desconocido, "todos juntos y en unión", son la mejor argamasa y acopio de reserva de risas y recuerdos para el futuro.

Hay que abrir por vacaciones.

Trabajar más que nunca para poner la empatía y paciencia que demanda un "tu a tu" tan cercano y polifacético.




(Se hará lo que se pueda...)