martes, 31 de mayo de 2011

Wazzup !!!



El rincón de la risa está hecho de plumas para hacer cosquillas y juegos de palabras. Algunos son marrón escatológico, en otros el tinte es verde.

Reír es un gesto universal, en todas las épocas y culturas significa alegría y felicidad.

Comunicar con los gestos es innato, los niños ciegos o sordos de nacimiento, que nunca han visto sonreír ni oído una risa, lo hacen cuando están alegres.

Dicen que los chistes más graciosos y universales son los que utilizan el juego de palabras para crear una situación absurda. El interruptor que activa el "detector de errores" que se enciende con lo disparatado, mueve los sentimientos, desencadena la carcajada con rapidez.
Por eso los jóvenes se ríen antes y más, su cerebro es ágil y veloz.

Me gusta verlos reír, y si puedo, reír con ellos.
Del mismo modo que contemplar el juego de los niños desvela el misterio humano, la risa joven refresca el alma.
Disfruto cuando les da la risa floja, me contagio con esos ataques absurdos, inoportunos, que llenan los silencios del mal rollo.
Reír es algo muy personal, con peculiaridades diferentes en cada generación, por eso cuando reímos juntos nos acercamos.

Es incomprensible, pero también me río con esto, que para ellos es "lo más".

sábado, 28 de mayo de 2011

A corazón abierto

Querido hijo:

Ví la sonrisa, el latido  en tu mirada cuando te conté que hay un amor  todavía mucho más amor y enamorado que el que ahora estás viviendo.
Me gustaría decírtelo como cuando eras pequeño y te contaba el cuento real por excelencia, el patito feo. Pero sólo se me ocurren historias de princesas...

Te dibujaré un acróstico, me lo explicó hace años un antiguo senador romano disfrazado de perito del Tribunal de la Rota, que a pesar de sus años sabe dejar en silencio al auditorio antes de empezar, que paraliza el aire cuando eleva la mano, con los dedos apiñados, y con ése gesto de balanceo tan italiano, dice simplemente:

                                               - ¡Ah... ... ... l'amore!

Y como un hechicero, empieza a desenvolver su magia, pintando  en un juego de letras  la palabra, el camino ineludible para quien recibe el regalo de enamorarse.

                                                         Amore
                                                         Matrimonio
                                                         Odio
                                                         Riscoperta
                                                         Eternità


A M O R E

     ¿Qué te voy a decir? Lo estás viviendo, que es el mejor modo de conocer la realidad.


M A T R I M O N I O.

     Cuando estás enamorado de verdad, sólo deseas querer así: Quiero estar contigo, sólo contigo, y quiero que esto que nos está pasando, que cambia el mundo, que nos hace capaces de transformar la realidad... sea para siempre. Casarse no es otra cosa que comprometerse a que  "éso" que nos pasa siga siendo así..."for ever"...y entonces ya no sólo "lo siento", a partir de ése instante estoy en deuda, "te lo debo". Y quiero  que todo el mundo lo sepa, gritarlo a los cuatro vientos...fíjate si es natural y romántico éso que llaman despectivamente "papeleo".

Entonces se produce el milagro,  empieza a vivir una nueva realidad... "NOSOTROS"...de un modo tan real y palpable que a veces Dios nos mima y nos concede el regalo de ver ese "nosotros" con rostro y patitas...Sí, sois vosotros, los hijos. Seis. Amor que se toca.


O D I O

    ¿Te extraña? ¿Es un término exagerado? No sé, tal vez sea simplemente para que ajusten las letras... 
Cuando llegan - que siempre llegan- los desencanto, los desamores, los desencuentros, las desilusiones...nos llueve una pasíón casi tan intensa como el amor,  que por su efecto devastador podríamos llamar " odio". Es  romperse por dentro, escindir lo entero... porque enfadarse así, alejarnos el uno del otro es ofensa y dolor para uno mismo.

¿Fracaso? No, es el momento de descubrir otros fondos, entender qué significa  "incondicional", aprender a caminar de otro modo, a veces a la pata coja, aguantando uno sólo todo el peso.


R I S C O P E R T A

    Con estos  "malos rollos" llegan los mejores momentos: lo que era novedosa ilusión es ahora terreno conocido, real, que se toma con la admiración del que conoce palmo a palmo la tierra que pisa, amando cada guijarro: Sí, conquista versus reconquista.
Azul de luna llena que desbanca a los fuegos artificiales.
Es una paradoja, se realizan los ideales y las realidades más altos  en un mar de trivialidades.

El esplendor del enamoramiento, que se promete como una posibilidad, depende de que queramos amar. Así es la libertad.


E T E R N I T À

   Y un día empiezas a entender porqué dicen que el amor es eterno, lo único que no se pasa entre las cosas que nos pasan, porqué siempre somos aprendices y no hay nunca demasiado tiempo.
Ése es el fin, no el final.

Guárdame el secreto:
 Ya sabes cómo se me dispara la imaginación, y las pelis que me monto en un instante. Cuando vosotros erais pequeños y nosotros tan jóvenes, de vez en cuando me daba por imaginar un dramón...si uno de los dos muere...Tonta de mi, lloraba y todo, y le pedía a Dios que ahora no, que cuando seamos viejos...que entonces no estaré tan enamorada y el dolor no será letal...Y hoy...me pregunto cómo podría seguir viviendo sin la mitad de mi corazón... Ahora sé que ése es el sentido, el fin: la eternidad.


... te la dedico, palomo.

viernes, 27 de mayo de 2011

jueves, 26 de mayo de 2011

Envidia cochina


Dicen que es verde.
Pero el verde es un color lleno de luz y matices, puede ser cálido y otoñal si se llena de rojo,  frío helador cuando roza el gris, luminoso en amarillos y ocres, o simplemente inimitable en el esmeralda.
La envidia no puede ser verde, y si la tengo que pintar le pondré un "marroncio cacumen", que es un color  indeterminadamente feo, si es que existe un color indeterminado y feo...y que cada uno la pinte a su gusto...

La cuestión es que  ando teñida en  envidia pura y cochina desde que el martes Montse me regaló un libro...

¡Es el libro que me hubiese gustado escribir!.
Así, tal cual.

Apenas he leído 20 páginas, de pie y en un tren sudorosamente abarrotado, que no es precisamente el glamour de un entorno intelectual, pero enseguida he sabido que era "EL"...

...y lo ha escrito un "crío" de treinta años
...y es una novela para  público adolescente, algo de lo que ando bastante saturada.


Nada predecía este enamoramiento y reacción envidioalérgica .

Empieza así:

"Un hijo de Rey estaba comiendo. Al cortar un queso, se cortó un dedo y una gota de sangre cayó en el queso.
Dijo a su madre:

- Mamá, quiero una mujer blanca como la nieve y roja como la sangre.
- ¡Cómo, hijo mío, si es blanca no es roja, y si es roja no es blanca!. Pero busca a ver si la encuentras
                                                                                                             "El amor de las tres granadas"
                                                                                                                                                Cuento popular italiano.



Con esta metáfora el autor resume la historia, un testimonio de cariño hacia sus alumnos, esas personas con las que pasa la mitad de sus días y a quienes, según él, damos demasiado"reality" y muy poca realidad.

... y hasta  aquí puedo leer... me gustaría que fuese una absoluta sorpresa para quien se anime.
En especial las madres de adolescentes y sin embargo amigas y blogueras...esto es un chapuzón refrescante en ése mundo manido y desconcertante. Incluso cabe la posibilidad de que "ellos" se animen a leerlo.


"blanca como la nieve
roja como la sangre"


Alessandro D'Avenia


                                       ... y yo...¿verde como la envidia?...y eso que no lo leo en su italiano original...





(Entrevista con el autor. Larga, en italiano, pero interesante)

miércoles, 25 de mayo de 2011

Paraísos urbanos (2)


Cuando en invierno la humedad se agolpa en las ramblas, es el mejor refugio, y en estos días de fuego, el cubo de agua para los pies cansados.

Ahora casi siempre está asediado por turistas especializados que nublan un poco el aire retro original.

Por eso suelo sentarme en algún rincón con poca visibilidad, para pintar con la imaginación, y colocar plumas decimonónicas en las melenas de las guiris descoloridas, dibujar bigotes retorcidos y sombreros canotier en los turistas cansados. Tras el claroscuro de la columna, es fácil adecuar el atrezzo de los actores secundarios al esplendor modernista del escenario.

Los actores galanes no necesitan retoques. Siempre, invierno o verano, actúan perfectamente uniformados como exige el guión: camisa de blanco pimpante, pajarita de raso desgastado en negro riguroso y delantal tipo sari, largo y envolvente. Ni una sombra de modernidad en sus rostros. Sólo por eso, les perdono que sean tan rematadamente antipáticos.

Me gusta regalar una visita a sus paredes-museo, sorber una leche menorquina, invitar a melindros con chocolate, o a mató artesano: todo adquiere un agridulce pretérito con la altanería impertinente de los camareros, a juego con el tintineo carrasposo de la máquina registradora.

Dicen que es patrimonio histórico de la humanidad urbana, la cuna noble del "cacaolat". Si os pasáis por Barcelona, allí nos vemos.


lunes, 23 de mayo de 2011

¡Un médico, por favor!

YO JURO en la presencia del Todopoderoso y delante de mi familia, mis maestros y mis colegas que, según mi capacidad y mi juicio, guardaré este Juramento y cada una de sus Cláusulas:

TENDRE a todos los que me han enseñado este arte el mismo afecto que a mis padres, y con su mismo espíritu y entrega impartiré a otros el conocimiento del arte médico. Con diligencia seguiré al día los avances de la Medicina. Sin discriminación y en la medida en que ello no ponga en peligro la atención que debo a mis otros pacientes, trataré a todos los que soliciten mis servicios y buscaré, cuando así lo requiera el beneficio de mi paciente, el consejo de colegas más competentes.

SEGUIRE el método de tratamiento que, según mi capacidad y juicio, me parezca mejor para beneficio de mi paciente, y me abstendré de toda acción dañosa o malintencionada. Nunca prescribiré ni administraré a ningún paciente, aun cuando me lo pidiere, una medicina en dosis letal, y nunca aconsejaré cosa semejante; ni haré nada, por acción u omisión, con el propósito directo y deliberado de acabar con una vida humana. Tendré el máximo respeto a toda vida humana desde el momento de la fecundación hasta el de la muerte natural, y rechazaré el aborto que destruye intencionadamente una vida humana única e irrepetible.

CON PUREZA, SANTIDAD Y BENEFICENCIA dirigiré mi vida y practicaré mi arte. A no ser que sea necesario para la prudente corrección de un peligro inminente, nunca trataré a mis pacientes ni haré ninguna investigación sobre ningún ser humano sin el válido consentimiento informado del sujeto o de su protector legal pertinente, con tal que la investigación tenga por finalidad la mejora de la salud de ese individuo. A cualquier lugar al que vaya a atender a los pacientes, iré para beneficio de ellos, me abstendré de toda acción voluntaria maliciosa o abusiva, y jamás seduciré a ningún paciente.

TODO LO QUE, CON OCASION de mi práctica profesional o sin relación con ella, pueda ver u oír de la vida de mis pacientes y que no deba ser divulgado, no lo diré a nadie, consciente de que de todo ello deberé guardar secreto.

MIENTRAS GUARDE inviolado este Juramento, que se me conceda disfrutar de vida, y practicar el arte y la ciencia de la Medicina con la bendición del Todopoderoso y el respeto de mis colegas y de la sociedad. Pero si quebrantara y violara este Juramento, que lo contrario sea mi destino.








Hijo, ésta es tu entrega, tu compromiso.
No, no voy a repetir el mismo rollo de siempre sobre libertad responsable... ya eres mayor, y te lo sabes de memoria.
Pero a partir de ahora, cuando te diga que me duele la espalda, la cabeza o las rodillas ... ¡no vuelvas a decirme que se lo cuente al médico!.

viernes, 20 de mayo de 2011

Una habitación con vistas.

Cuando entré en la casa me pareció de lo más absurdo: un cerezo en la ventana, y justo la ventana del baño. Un desperdicio frutal. Algo tan bello desterrado al rincón.

Pero van pasando los años, y voy haciendo la casa mía. El cerezo escondido es el mejor modo de dar las gracias y los buenos días al Dios que me levanta, que nos lo regala.
Una ofrenda íntima y cotidiana : la contemplación  de la belleza  en  la fugacidad de sus flores, el amor generoso del  fruto  gratuito, el necesario otoño de desprendimiento, la simplicidad de las ramas secas y heladas como fin de la entrega.

Realmente, quien lo plantó tuvo mucha vista.





jueves, 19 de mayo de 2011

Mis adorables sobrinos

Con los niños he comprobado eso de que la felicidad no es hacer lo que gusta, si no que nos guste lo que hacemos.  Soy poco "criaturera".

Me empezaron a gustar los niños cuando fuí madre. A través de mis niños me enamoré de "la infancia" en general.
Pero sin excesivos ardores ni payasadas.

Cuando llegaron los sobrinos ya tenía el cupo de las maternidades colmado. Los quiero con un cariño que no es el maternal, pero que tiene algo de esa incondicionalidad bobalicona que se nos pone a las madres...aunque nos resistamos.

Yo no tengo el título de "tía", ése lo tiene en exclusiva y de modo vitalicio mi hermana. Ella es "Tía". Sin más , la única, la inimitable. Para sus hijos yo soy "Tíapilar".

Disfruto leyendo sus cartas a los Reyes, me río con sus travesuras, admiro como se hacen mayores. Con una libertad distinta a la de madre, comprobando como las mismas recetas que compartíamos en la casa de mis padres toman matices diversos, acentos nuevos, aunque con el mismo regustillo del aroma familiar.

Mis adorables sobrinos... me gusta estar con vosotros, que vengáis a comer a casa y nos batamos en duelo con el sing-star. Y os pido un favor, seguid formando ésa piña compacta, venciendo los  "no puedo", "estoy muy ocupado"...nunca habrá nada más importante que esos pequeños esfuerzos para estar un ratico juntos, celebrándonos.




martes, 17 de mayo de 2011

Transiciones

Ahora es un tema para la "Selec".  Imagina si han pasado años, que ya es historia.

Llevábamos melenas al estilo  "Ángeles de Charlie", y toda nuestra vida consistía en estrenar. Vivir era absoluta novedad, el mundo entero lo habían puesto para que lo desempaquetásemos, para bailar con él agarrados, tan enamorados estábamos del descubrimiento.

Votábamos por vez primera en la primera vez. Con aquel lío del "Sistema D'Hondt" estudiábamos el proyecto de una Constitución y la podríamos ver crecer. Nos embriagaba el olor de pan recién horneado que tenían aquellos años de democracia adolescente.
Me sentía tan sabia...tan mayor y sesuda...opinaba de todo, lo sabía todo. Ni Agustina junto al cañón, ni "La Libertad guiando al pueblo"  me llegaban a la altura del talón.

Mi abuelo tenía entonces más de ochenta años, cuando me oía con el politiqueo, le crujían los huesos fuertes y me decía con sorna aragonesa "Ay, ¡que todos son iguales...! "

...Y me sacaba de quicio, el idealismo ciego no admitía disidencias...¿qué sabía de éso mi abuelo?

Ahora, de aquella Agustina queda muy poco, van fallando los cañones, y se dedica a menudencias intemporales.

Seguridades, las justas.

Precisamente porque todavía me enamora el mundo, porque me sorprende la novedad de lo pequeño y cotidiano, me duele tanto en el idealismo... que debo tenerlo inflamado ... porque ¡cuánta razón tenía mi abuelo!


domingo, 15 de mayo de 2011

Ombliguismo

Sin motivo, todo lo que tocaba ha ido estropeándose. No ha podido dar una a derechas, ni con la luz ni con el color...ni siquiera intentando buscar nuevos matices, otros ángulos.

Después de varias treguas, con paseo hasta la plaza incluído, ha decidido dejarlo por hoy.

Ha guardado la paleta y limpiado los pinceles cuidadosamente. Al recoger el bolso, él estaba en el zaguán, lijando una plancha de metacrilato.

                      -   Me voy, hoy no hay manera, cada vez que meto el pincel lo estropeo...

                      -   Vaya, mujer ... hay días así...yo estoy deseando que llegue el momento de acostarme, que hoy se acabe, y mañana sea otro día...
                
                      -   .. ¿eh?... sí ...  eso seguro, mañana será otro día...

Sólo han cruzado la mirada un instante, le ha parecido triste.

                      -  Bueno, me marcho... nos vemos...

Sale del taller y tranquilamente entra en Santa María ... pero da media vuelta rápido...

La miran con sorpresa...

                       - He olvidado algo...



En cien metros ha tenido tiempo y espacio para hacerse preguntas, para aclarar algunas cosas...


...En realidad no lo conozco de nada...
...¿y a mi qué me importa éste tío?...
...es raro...
...sólo lo he visto cuatro veces...
...¿qué sé yo de su vida? ...
... vete a saber qué tipo de problemas tendrá...
... hoy parece que ni se ha duchado, más desaliñado que nunca...
... no pega ni con cola que le diga nada...



Sigue allí, cabizbajo, lijando despacio.

                      - ¿Qué pasa?¿Vuelves  inspirada?

                      - Oye, que tengo mucha cara dura, que me he ido y no te he preguntado si puedo ayudarte.

                      - ... ... ... No...no... ... ... no puedes hacer nada, pero gracias...

                      - Bueno, pero ya lo sabes. Y perdona, te lo tenía que haber dicho antes. Hasta la semana que viene, ánimo.

                      - Gracias.

No ha cambiado nada, no  ha solucionado nada.
La misma realidad.
Pero por un momento se ha roto el sortilegio de su ombliguismo.



viernes, 13 de mayo de 2011

Apagón Bloguero

No ha podido ser un regalo más original y acertado: Por si fallan las nuevas tecnologías...la letra impresa de toda la vida. ¡Gracias!



(Clikar para agrandar)


miércoles, 11 de mayo de 2011

El eterno masculino

                             ...y más "pájaros fusil"...

martes, 10 de mayo de 2011

¡Al remeneo!

Antes de que  abra el mercado ya están preparando los tenderetes. Todos los jueves, también cuando llueve.

Es un desbarajuste ordenado. Cada tablero, cada toldo tiene un lugar específico, no hay un gancho de alambre superfluo.

Es todo un arte construir esos túneles de camisetas, elevar los taludes de zapatos, dibujar los laberintos de telas , y colgar los calcetines con el roperío íntimo, que así, en el mogollón exibicionista pierde cualquier atisbo de seducción. Exige mucha preparación técnica exponer las medias con esas piernas cortadas, como si fueran ex votos de una ortopedia ...y mezclarlo todo con el olor a aceitunas,  a especias orientales y a fruta recalentada ...

Después llega el hilo musical. Antes se oía mucho a "Estopa", ahora hay "mohamelodías", canciones dedicadas a las mujeres de los pañuelos.

Los mensajes de márketing obligan a lanzarse al ruedo, a entrar en ése diálogo del regateo.

-¡ Venga, señora, venga, al remeneo!


Y el montón de prendas  imposibles, se convierte en una selva donde arrancar tesoros entre  lianas. Me tiro de cabeza, y siempre hay algún coco, una flor exótica como recompensa.

El mercadillo y el metro son dos fusiones nucleares de la diversidad humana. En los dos nos arremolinamos y rozamos sin entrar en lo íntimo.
Ése ser río humano me quita cualquier orgullo presuntuoso, me hace sentir como todos, ni más ni menos... que ya es mucho.

Durante años guardé en el monedero un recuerdo de ese golpe de  realidad que regala el mercadillo. Un papelito rasgado y sucio, con un mensaje cifrado.

Había "apartado" del montón unas cuantas camisetas para que me las guardaran, y cuando volví a recogerlas, encontré  un regalo prendido con un alfiler, la definición de mi "yo" más original que me han hecho nunca: "la de los seis hijos que no es gitana".





  




sábado, 7 de mayo de 2011

Regalos de cine



En soledad clandestina ... ayer vi una película francesa.

Es vergonzoso, lo reconozco...pero todos tenemos secretos inconfesables, y a mi me gustan las películas en las que no pasa nada.
Acción cero. Sí...con diálogos larrrrrrrrgos y lennnnnntos. Me chiflan.

Puedo permitirme ésa excentricidad porque MiGeorgeClooney es un hombre sensato. Con paciencia oriental aguanta  después mis elucubraciones y se ríe cariñosamente de tanta intelectualidad de pacotilla... Así evita que me lo tome demasiado en serio.

"L'heure d'été" habla de arte, de museos y cuadros... la historia de una familia, la casa, los objetos que aman...las generaciones, la cultura.
Me ha llenado de melancolía.

La diferencia entre valor y precio. El primer cuarto de hora centra todo el relato con la celebración de un cumpleaños. Los regalos. Y aún sigo pensando...

¿Qué regalar, lo que  quieren recibir o lo que nos gustaría entregar?¿Lo práctico o lo idealmente inútil?

¡Tantas veces me he equivocado regalando!

La utilidad de un electrodoméstico puede ser ofensiva...y también la futilidad de una orquídea.

Regalar un objeto hecho a mano puede ser interpretado como "cutre" o como excelso.

El regalo es un diálogo, el éxito depende de la comprensión del lenguaje.

jueves, 5 de mayo de 2011

Pintura holandesa

Faane tiene la picelada escueta, al estilo de  van Gohg.
Cuando se recoge la melena rubia en un atadijo y se echa encima la primera bata pringosa que encuentra, inclina el cuello y mira de reojo el lienzo. Con la misma timidez que los rostros de Vermeer.

Envidio su libertad, suele pintar descalza, con una pierna doblada por completo sobre el taburete.
Nos hemos batido en duelo frente a casi todos los bodegones imposibles que nos propone L'Artista.
Habla muy poco, con un  acento que arrastra las guturales lóbregas en una voz suave y oscura. Siempre sonríe y está morena todo el año, cada día sorbe quince minutos de playa. 

Al terminar la clase ha dicho que éste es su último mes. Después de dos años, debe regresar a Holanda

Y le han reventado los ojos en lágrimas, como rebasa el mar los diques en su patria... tan reservada siempre, se sentía desnuda con el llanto, inconsolable.

La he comprendido tanto en un montón de recuerdos...

Cuando llegué a Barcelona, me especialicé en amistades fugitivas, todos estaban de paso, y las despedidas me rompían. Debe existir una ley física que explique el fenómeno por el que los "iones" sin contexto se buscan y asocian en amistades íntimas con fecha de caducidad incorporada.
El adios  dejaba el corazón con rasguños y moratones y las horas huecas, con la marca indeleble del amigo ausente.

Aún no había descubierto que es posible seguir queriendo, que la distancia sólo es olvido cuando el cariño no es de verdad.

No se lo he dicho a Faane, es tan joven que no lo entendería. No quiere, no puede pensar en dejar la ciudad y la gente. Está segura de que no hay consuelo.
Es lo malo de la experiencia, que es personal e intransferible.

Sólo la he abrazado, y le he dicho que enseguida tendrá vacaciones, y volverá, seguro que volverá.

martes, 3 de mayo de 2011

mi mamá me mima

Quería escribir algo bonito, como aquellas redacciones que nos pedían en la escuela.
Con "letra junta", al ritmo del latido acelerado de un corazón infantil...toc-toc-toc-toc-toc...
Con palabras secillas y previsibles, como hablan los niños.
Pero me quedé muda.

No sé por dónde empezar, no puedo olvidar nada y al mismo tiempo no quiero compartir un tesoro que aún está creciendo.

Es tan curioso... quisiera describir lo que es delicado,  excepcional, glorioso y admirable, y me paraliza una imagen simplona, insignificante, cotidiana...incluso vulgar. 

Cuando quiero explicar el amor de mi madre, recuerdo las meriendas.

Si quisiera, que no quiero, contaría su  epopeya de amor, la historia de una heroína...pero cuando busco sentir su amor tierno y concreto, vuelvo a oir sus pasos por el pasillo, con una bandeja repleta de pan con chocolate, "tulipán" con colacao, tostadas con mantequilla y azucar, leche condensada, o algo tan delicioso como el pan con vino y azucar.

Merendar es comer ilusión pura y dura. Y ella nos atiborraba siempre de esas alegrías fantasiosas y chispeantes.

Cuando fuimos universitarios, cambió el dulce por los bocatas salados, pero nunca dejó de darnos ése parón a media tarde, esa "tetadica" de dulzura en los mayos llenos de exámenes.

Nunca me lo ha dicho, pero cuando he sido madre, he comprendido que el querer maternal no viene de serie, que hay que trabajarlo como cualquier cariño que se precie...que bregaba todo el día y llegaba a casa cansada, que no siempre tendría ni humor ni ganas de partir una barra la pan y preparar una a una aquellas rodajas de ternura...algo tan prescindible e innecesario como una merienda.

Cuando me fallan los ímpetus, y por mucho que los quiero no me levantaría del sofá ni para darles un beso... me llega la fuerza de las meriendas pasadas, el efecto retroactivo del amor, que siempre es un tu y un ahora. Siempre-siempre concreto.