viernes, 30 de diciembre de 2011

Lotería



Quiero que me toque.
De esta sí que juego.
Sueño...saber querer así.
Con la penumbra quieta de lo cotidiano, con la Esperanza que no necesitas ser reconocida, con la Alegría que enseña a disfrutar  la sorpresa ajena. A lo grande, sin medida.


Yo quiero ser como esta abuela.


sábado, 24 de diciembre de 2011

El Belén


Este año se nos ha jubilado el panadero. Se nota que por el Belén también pasan los años.

A San José se le va la cabeza. Como cada año. Va acumulando los efectos secundarios de tratamientos a base de Superglú y PegamentoImedio...el cuello, que no perdona.
Pero Él sigue ahí, embobado, mirando con esos ojos que ponen los padres, haciéndose el "machote", pero derretido por dentro, contemplando.

La Virgen está que no tiene manos. Nos pasa a muchas en estos días.
Pero Ella sabe llegar con el gesto y la mirada, sigue con sus bracitos en alto, haciéndole carantoñas al Niño, atendiendo a los pastores, se le han olvidado los golpes en la arcilla, ya no le duelen esos muñoncitos encolados.

Como a los pastores les hemos cambiado el musgo por los dorados, andan los pobres desorientados. Con las bajas por enfermedad laboral,  todos llenos de desconchones, y tal como se están poniendo las ovejas, cada año más cojas, estaría más que justificado que esta Nochebuena se quedasen en su cajita, bien envueltitos en papeles de periódico viejo, cómodos al calorcito de lo propio.
Pero ahí andan. Intentando descifrar las indicaciones del Ángel "Hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Sin GPS, eso sí que es fiarse.

Y el Niño. Dios hecho indefensión, un recién nacido pobre, abandonado en un rincón oscuro de una tierra mísera, un desconocido, hijo de de unos transeúntes a quienes  el parto "les ha pillado" sin ayuda ni cobijo.
Dios, a quien representamos con un muñequito de arcilla pintada de rosa.
Dios que nos ama.
Dios que nos enseña a amar en los momentos negros y fríos, como esa noche.

Dios, Niño Jesús.
Caldéanos el corazón con la Luz que traes.
Ayúdanos a saber querer, como guiaste a los pastores. A acertar queriendo, como ellos, sin teorías, en lo concreto del tu y ahora: Con un queso, y la cálida caricia que te dió aquella pastora, con un poco de leña y el beso en la frente que te dejó el rabadán, con la miel que guardaba para las grandes fiestas la lavandera y la dejó a tus pies, con las cabriolas que te baila aquél zagal. Enséñanos, Niño, a querete a Tí y a los demás. Aunque sólo sea a querer querer.

¡Feliz Navidad!
A quienes rozo en la realidad-real y a quienes tengo cerca en esto de lo virtual, a quienes me regaláis comentarios, y a los que tienen la generosidad de leer en silencio.
Un beso a todos, virtual pero de verdad.





miércoles, 21 de diciembre de 2011

Elección familiar



Para ir entrenando.




viernes, 16 de diciembre de 2011

18




Siempre con calma.
Llegó a la hora del té.
Desde el primer vagido apuntaba maneras de gentleman.

A partir de hoy ya eres mayor, se supone.
Que eso es mucho suponer.
Aún no ha terminado "la mili antropológica" que nos propusimos hace dos años.
Bueno, desde mi condición de General al Mando, certifico que... 
"progresas adecuadamente".

Chulito mío, 18 besos y ¡FELICIDADES!









..y un regalito con futuro.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

De cómo nace una costumbre (...o manía)




Hace mucho tiempo.
Era uno de esos fines de semana en los que todos tienen exámenes, como casi siempre. No recuerdo si era evaluación o interevaluación, da lo mismo. De lo que estoy segura es de que no era uno de esos escasos interregnos sosegados en los que se puede analizar, asimilar, hacer propios los conocimientos. Lo recordaría.

El domingo estuvieron toda la mañana estudiando. Después de comer, más de lo mismo.
Mientras los pequeños jugaban tranquilos, cosí  dobladillos, repuse botones y adelanté un poco de plancha, acompañada por esas típicas películas americanas de domingo-siesta. Sensibleras, previsibles, de serie "C" o "D", pero que son un hilo visual agradable para no pensar mucho mientras haces otra cosa.

A última hora fuimos todos a Misa. Al acercarme a comulgar, el sacerdote me miró como si estuviese viendo a la niña del exorcista girar la cabeza...pensé que tal vez le habría recordado a algún indeseable...o que era un santo con carisma, de esos que llegan al interior de las personas, y viendo tanto horror en las profundidades de mi alma, se asustó...Me quedé tocada.

Meditabunda, al llegar a casa comprendí en un instante de luz lo que me esperaba. Había entrado en la etapa de la invisibilidad, y así sería mi vida a partir de entonces. Fué al mirarme al espejo. Tenía los ojos como un oso panda, las mejillas atravesadas de churretones negros y resecos, estigmas de la llorada viendo la película.Ni Jhonny Deep cuando se levanta lleva semejante cara...

Salí del baño enfurecida:

- ¡¡¡¿ Pero es que en esta casa nadie me mira a la caraaaa?!!!

Desde ese día, antes de salir, me miro al espejo. Así nació esta costumbre tan extraña.





lunes, 12 de diciembre de 2011

Autodefinidos


Mira que escriben y pensamos sobre el tema. Cuando es tan simple y sencillo... Estos argentinos son geniales.
(Ver solución depués del vídeo)*

 





                                                                                                            *Solución: pɐpᴉuɹәʇɐd

viernes, 9 de diciembre de 2011

Factor X


Buscan el talento innato, ése "no sé qué " tan especial. Y a veces, incluso ahí, en un concurso de televisión, surge la sorpresa, la constatación de que es verdad: estamos hechos para el BIEN.



miércoles, 7 de diciembre de 2011

¡Qué corte, caperu!*

*( Expresión utilizada por los jóvenes del siglo pasado para indicar vergüenza, bochorno)






Ríen con carcajadas, echando la cabeza hacia atrás, convulsionando el cuerpo entero.  Su risa contagia, aunque el final del estribillo, la retahíla gritona de "jas", tiene un acento ligeramente amargo.

Van las cuatro sentadas en los asientos de enfrente. Sus voces chillonas apretujan aún más el vagón.
Ella es la líder del grupo, claramente.  Pelo oxigenado y cardado, como el de Amy Winehouse, las uñas descascarilladas en azul oscuro, zapatos de punta fina y chandal poligonero.  "Casual" urbano, muy  al estilo "la más chula de Móstoles". Rosa y purpurina en el brillo de labios.
Subrayados con una raya gruesa de lápiz negro, los ojos azules desconciertan, como fuera de lugar.  Transparentes, nítidos, dulzura aguamar.Dos cristales limpios entre churretones.

- ¡¿Que te pasa, vieja?!, ¿tengo algo en la cara, o qué?

- ¿Eh?...perdona...

- Joder con la tía... será guarra...

Apenas puedo murmurar una disculpa. Vaya corte. Me lo tengo merecido.
Agacho la mirada, no sé qué decir...y me bajo en la última.

A veces me pasa, no me doy ni cuenta. Se engancha la mirada, fija y sin disimulos, en un pequeño detalle.
No es curiosidad, es contemplación de lo extraordinario, de lo singular o bello.  Explicarlo no sirve de mucho. He infringido la más elemental norma de cortesía, de educación básica.
Entiendo su reacción, y lamento haberla herido, en ningún momento he querido despreciarla. 
Eso me duele mucho más que el bochorno por su reacción airada.

sábado, 3 de diciembre de 2011

¡Vaya piernas!




La señora Manuela limpiaba escaleras.
Se levantaba a las cuatro y a las seis y media empezaba a darle a la fregona. La señora Manuela era de Murcia y me llamaba "Pilal".
Justo a las ocho, ella recogía sus trastos para empezar a barrer otro portal, y nosotros salíamos en tropel del ascensor.

- Ay, lo siento, le vamos a pisar...

- ¡Da igual, Pilal! ...si vuelvo a pasar  el mocho en un momento...¡Pero qué bonicos están estos crios...! y el Pablo, ¡pero que cara de mala pieza, madreeee...!

A la señora Manuela le quedaba aún mucho quehacer: Más escaleras, dos horas de autobuses y metro para la vuelta, y el tiempo justo para levantar de la cama a la suegra y dejar lista la comida, para los nietos y los hijos, que todos los días seguían comiendo en su casa.

- Hay que echarles una mano, Pilal...

La señora Manuela era bajita y regordeta. Al hablar braceaba, y se ponía siempre en jarras. Cada día nos regalaba unos minutos de ése tiempo suyo tan apretado,  carantoñas y alharacas.

La señora Manuela tenía muy poquito pelo negro, los ojos dorados y las piernas moradas, sembradas de varices hinchadas.

Nunca imaginó que sus piernas doloridas eran tan buen analgésico, terapia antiinflamatoria y anticoagulante para corazones jóvenes con tendencia a la autocompasión.

Porque en las tardes de cansancio y de "solidaridad egocéntrica", me bastaba imaginarla,  día tras otro, a las cuatro de la mañana... y eso que seguramente ése sería el único momento en el que sus piernas estuvieran descansadas.