viernes, 25 de mayo de 2012

Viaje a otro




Ayer se entregó el premio de periodismo Miguel Gil Moreno.
Como cada 24 de mayo desde hace 11 años, nos regalaron la calidez de los que saben compartir con los amigos penas y alegrías, y la sorpresa de reencontrar discursos con fundamento.

Homenaje a un hombre que supo vivir el periodismo con otra mirada.
Recordaron como ante la imagen de los cadáveres amontonados de los cascos azules en Sierra Leona, Miguel no se limitaba a filmar con su cámara, buscaba los pasaportes de cada uno de aquellos hombres, en un último intento de preservar la importancia individual de sus vidas.

Lejos del ideal del periodista-estrella, el eje del reportero es el "quien" que está al otro lado del objetivo. No sólo como noticia, sino como los únicos protagonistas del dolor y las guerras.

Ni las matanzas ni los fusilamientos son nunca "masivos", son muertes concretas de un alguien que amaba y era amado, con una vida, un hogar, un hijo, una madre, un esposo. Con nombre y apellido, un alguien único e irrepetible.
Esa idea tan básica e indiscutible queda enterrada en el trasiego de noticias, y también en el acontecer de los días urbanos.
Vivimos como si fuésemos masa. Rebaños que cruzan calles, que viajan en vagones de metro,  entran en ascensores y se cruzan con otros seres racionales y bípedos, totalmte aislados, sin intercambiar siquiera la mirada. Compartimos lugar de trabajo, incluso mesa, y estamos enlatados en nuestra propia ambición, intereses, comodidad, y miopía.
No es necesario ir a la guerra para olvidarnos de la realidad única que es cada ser humano.
Nos encerramos en nuestra capsula argumentando la toxicidad de lo ajeno.
Pero el único modo de llegar a uno mismo es atreverse a hacer el viaje al otro.
Sólo con ése lanzamiento a lo impropio, crecemos por dentro.
Es un viaje que no se queda en la contemplación supeficial del paisaje, es un camino que necesita despojarse, cambiar el ángulo del objetivo para poder hacerse cargo de la vida ajena, no sólo mirar, hay que hacer algo. Actual y concreto, así es el amor, que ahora llaman solidaridad humana.

Me pareció elocuente este recuerdo: Al filmar los cadáveres de un fusilamiento en Sarajevo, Miguel Gil Moreno  recogió un alambre que ataba las manos de un ajusticiado. Con el nerviosismo de quien vive ese infierno, retorciéndo aquellos hierros entre sus dedos dió forma al símbolo que ha unido y dado sentido a las vidas de tantos hombres, una cruz que Miguel llevó en su cuello, y que era la que sostenía su mirada hacia afuera, la que le alentaba a interrumpir su trabajo para ayudar, para centrar el objetivo en quienes sufren, para certificar con su cámara y con su vida que el  egoísmo es una vanalidad esteril.
Momentos y personas así transforman el sentido de estar "al borde de la muerte" en estar de verdad al borde de la Vida.






lunes, 14 de mayo de 2012

Goya



El sábado vimos su exposición en Caixaforum, que ya era hora.
No voy a descubrir la genialidad del pintor, evidentemente.
Lo mejor, los retratos. Y los títulos que el artista pone a sus obras. Ironía socarrona que traza historias y situaciones. Una descripción perfecta en las palabras que acompañan los grabados.
Me quedo con éste, de sus últimos años.
Hasta el final, artista, inquieto, vivo.
Un anciano sigue avanzado, de la oscuridad hacia la luz, aunque sea con bastones y achaques. Así quisiera. Decir hasta el final como Goya: "Aún aprendo"






viernes, 11 de mayo de 2012

El beso








Con los acordes del tango.
El estallido inicial del sentirse enamorados y correspondidos.
Consumirse por la pasión del fuego monótono de las luchas diarias.
Sostenerse mutuamente, a veces uno, a veces otro.
Que no se apague la llama.
Y al final, rendidos al amor,  llegar a ser "polvo enamorado".

Qué belleza la historia de éste beso.





martes, 8 de mayo de 2012

GifNovela (2)



Han dicho en la radio que hablar sobre uno mismo es gratificante.
Mientras se calentaba el vaso de cafe con leche en el microondas, la voz de la locutora leía la noticia como primicia novedosa. Una investigación de Harvard, nada menos.
Vaya novedad. Eso lo descubrió ella hace mucho tiempo, sin haber pisado nunca una Universidad. Que lo irrelacional es más peligroso que lo irracional.
Lo comprueba cada mañana cuando inaugura el primer metro del día: cinco paradas, trasbordo y después toda la linea azul, entera. En el andén sólo se oye el traqueteo estruendoso del tren que se acerca, y dentro, el mismo zarandeo con sordina, y las voces enlatadas anunciando la próxima estación.
Los siete u ocho habitantes de ése tubo deslizante van en silencio. A sus sueños, a sus miserias. No abren ni la boca de la mirada.
Ella, que se pasa el día hablando, sabe muy bien lo gratificante que es hablar de uno mismo. Aunque nunca pueda hacerlo, es lo que tiene ser teleoperadora.




sábado, 5 de mayo de 2012

Vísperas



(El Sorolla que me presentó Lolo)



De momento, pongo la música  que  celebró otras maternidades.