sábado, 6 de julio de 2013

Plan de Futuro







Estoy estudiando otra vez. Sin exámenes, pero con plazos.
Es el mejor modo de saborear el placer del conocimiento.
Como casi todo lo interesante, el gozo llega subiendo una cuesta.
Sorprende apareciendo detrás de un recodo oscuro, mientras aún estamos recobrando el aliento. 

Así son las cosas del saber, tan parecidas a las del querer, con algunas diferencias radicales.

Me pregunto si esto del aprendizaje tiene edad, si resistirán mis circuitos neuronales la sobrecarga de información, si no pasará como con las tuberías de plomo, que acaban como surtidores al recibir demasiado caudal.

Casi con total seguridad, un día dejaré de "aprender".
Pero eso no tiene importancia, 
Se lo acabo de leer a Alejandro Llano:

"Estrenamos cada día un ansia y una sed inconfundibles.Nos despertamos cada mañana con un deseo inédito. Cada día supone un comienzo. Poco importa lo sucedido hasta entonces. El hecho de que un anhelo semejante haya sido satisfecho ayer no quiere decir que no se presente hoy, con la misma fuerza o aún mayor, porque el deseo siempre es nuevo. En el campo del conocimiento se registra el consabido déjà vu, pero no existe, en el plano desiderativo, un ya querido".

Es la mejor noticia, no hay experiencia resabiada en el querer de verdad.
Es la absoluta novedad del amor, que se estrena cada día.
No existe mejor plan de futuro.