Vuestro regalo ha sido un impacto directo, una inundación de emociones en el alma, algo así como el golpear de las olas en un acantilado: una marejadilla de cariño.
Y me tenéis quieta, sin saber como daros las gracias, sin poder imaginar con qué palabras podré expresaros el agradecimiento, la sorpresa, todo el bien que me ha hecho vuestro regalo.
Ana, Carme:
Os quiero una a una... pero juntas...sois un elixir, esa alquimia mágica que abre y llena de belleza los corazones.
¡¡¡GRACIAS!!!
Los nudos más grandes que atan nuestras gargantas suelen ser los de las emociones buenas. Benditos sean.
ResponderEliminarUn abrazo grande, eres corazón.
Vaya un regalo hermoso ¡me ha mojado los ojos!
ResponderEliminarTe lo mereces Mariapi...
Qué grandes las dos!!!!
ResponderEliminar:))))))))))))))))))))))))))))))
Muy bonito, mucho.
ResponderEliminarHa sido un placer Mariapi, tu abuelidad fué gratamente inspiradora; sólo hizo falta dejarlo fluir :-)
ResponderEliminarUn abrazo gigante
Carme
¡grande!
ResponderEliminarNo me extraña que tengas el corazón tocado, es precioso!
ResponderEliminarBesos Mater, de momento aún en la ciudad.
Es verdad, Ana. Pero ahí siguen los nudos...prieticos, como los que hace el cariño.¡GRACIAS!Besicos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Tita. Tiene BELLEZA, y por eso llena el alma. Un abrazo.
ResponderEliminarEfectivamente, son grandes, grandes, es una buena definición, gracias, Ana. Un besote.
ResponderEliminarGracias, Modestino. ¿Ya de vuelta vacacional?
ResponderEliminarUn saludo, me alegra que te guste, la amistad bloguera tiene estas maravillas.
¿verdad que sí, Monty? Será un modo de tenerlas conmigo todos los días.Un abrazo, gracias.
ResponderEliminarCarme, sigo sin palabras, tengo el corazón con una inflamación de cariño, y no quiero curarlo...no, ¡GRACIAS!.Un besico, artista.
ResponderEliminarMarta, es absolutamente perfecto, pásate y lo verás. Un besico, que zarpes bien, y a la vuelta tenemos que recuperar.
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