En estas tierras que nos viven tienen una dulce tradición pascual, el padrino regala la mona al ahijado el Domingo de Resurección.
Por esas cosas de la multiculturalidad, en nuestra familia es una tradición con irregular implantación, así que para simplificar, hacemos las monas "made in home", para todos, padrinos, despadrinados y ahijados en conjunto. Como regalo y agradecimiento.
Aún estamos en Pascua, os las presento.
Las "conejimonas" las regalé a mis adorables sobrinos y a mi nieto adorado.
La "monjimona" se fué a las Francias, para una amistad muy especial, una comunidad de religiosas dominicas.
4 comentarios:
¡¡Qué bonitas las dos!! Preciosas... me quedo, por hoy con las monjitas, con su rosario al cuello y todo. Besos de azúcar
Las tierras que nos viven...
¿no pueden llegar algunos monos a lugares lejanos que no son las francias (tampoco es Pamplona, eh?)
Declaración total: mi nieto adorado.
Gracias, Ana. Esto del "fondant" es casi tan adictivo como las galletas...
Besos¿de puente?
Pablo, pues sí que pueden llegar,sí...aunque es un material tan tan delicado que hay que entregarlas en mano al interesado. ¿Se admiten "monas" fuera de temporada "pascual"?
Un abrazo y gracias.
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