viernes, 11 de octubre de 2013

Cruzar el Ebro






Cuando llega al mar, el Ebro ya se ha amansado.
Ayer crucé el Ebro contemplando la fecundidad del Delta, donde el río hace inventario de sus logros antes de echarse a la mar, y comenzar de nuevo.
No fue un "cruzar"al modo de Rubicón moderno.  Era un viaje de ida y vuelta.

Al regresar, para estirar las piernas, tomar un café y hacer un paréntesis en la monotonía de un viaje en solitario, aparqué en un área de servicio que casi parecía un Parador Nacional, con vistas al Mediterraneo y unas mesitas de piedra  y me senté allí, bajo unos pinos que al sol del mediodía parecían más dorados que verdes, con una sombra entreverada, dibujada a topos, llena de escalofríos.

Sin decir ni pío me rodearon. Eran unos veinte. Saltarines, impredecibles, desmochados.
Se estaban dando un banquete con los restos que habían dejado otros viajeros.
Agradecí la compañía de aquellos gorriones totalmente domesticados, les importaba muy poco mi presencia, me ignoraron por completo, y me hicieron recordar las muchas veces que, ante las dificultades en temas de dineros, mi "GeorgeClooney", me recordaba eso de la Providencia , los lirios del campo y los gorriones... Él siempre ha sido un hombre de fe contundente. Yo no lo tenía tan claro. Incluso me "mosqueaba" un poco esa seguridad suya, la interpretaba como síntoma de cierta despreocupación cachazuda o pasotismo. Después lo he ido viendo. Claro, cuando ya no era "cuestión de fe". Ahora, a la vuelta de los años, son hechos probados: La Providencia existe, yo me la encontré.
He recordado el "sucedido" que siempre nos contaba mi padre,el de la viejica a la que el buen párroco explicándole la bondad de la Providencia divina, interpelaba:

                   - ¿Acaso no cuida de los lirios y los gorriones del campo?

                   - Sí mósen, sí ... ... ... pero mire qué garricas tienen...

Me he reído sola, pero los gorriones ni se han enterado.



6 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias por ese paisaje tan revelador, por esa intimidad y esas garricas.
Un remiendo para los descosidos de mi alma.
Besos

sunsi dijo...

Sonrío al leerte porque este tema es también "nuestro tema". Momentos de angustia económica en el que el "Dios proveerá" es lo único real aunque no se palpe. Al cabo de los años, aunque en su día costó entenderlo, lo agradeces. Saber cuál es el valor exacto de las cosas... qué debería quitarte el sueño y qué no... Lección de vida.

Esas garricas;-) Un beso, querida Mater.

sunsi dijo...

Vaya... Que se me olvidaba lo más importante. ¡¡¡Muchísimas felicidades, Mariapi!!!

oles dijo...

Primero felicitarte: Muchas felicidades!!!
La primera vez que atravesé el delta del Ebro, me impresiono... Fue especial ese viaje. Pero yo no encontré gorriones a mi me recibieron gentes magnificas, que son las que viven por esas tierras. La providencia divina está ahí, pero yo digo como tu anciana: "pero Monsén, tienen unas garricaaaasssss"
Me gusta leerte, bonica. Un beso Mater

lolo dijo...

Felicidades, Mariapi!!
Lectura de nuestra boda, y eso que aún no sabíamos...
Las "garricas" ... en ello estamos, no?

Pablo dijo...

En una muestra más de mi desmemoriez, no me acordaba de esa narración. De verdad que empiezo a preocuparme. Y no dejo de sorprenderme de tus saltos: de los gorriones a los dineros y la Providencia. Besos.