viernes, 31 de enero de 2014

PostAmenaza



Casi me sé el anuncio de memoria.
Lo que son las rutinas. Cada día la misma cuña en la radio, a la misma hora, y casi diría que en la misma curva de regreso a casa.
El libro parece interesante, y creo que en casi todo les daría la razón a los autores.Es un libro sobre madres. Y me encanta la definición que hacen de la especie:

      " Esos seres fascinantes que en cuanto se convierten en madres, reciben clases secretas para 
         hacer las misteriosas cosas que hacen".

Cuesta mucho convencer a los hijos de que, les guste o no, somos seres fascinantes, y que, les guste o no, las madres casi siempre tenemos razón.
Se ponen tan contumaces y tozudos, que incluso nos vemos constreñidas a utilizar la amenaza para que acepten esta realidad. Pero ya se sabe, que la letra con sangre entra. Y si hay que publicar un post para que entiendan, pues las madres nos armamos de valor, y a escribir se ha dicho.

Todo empezó por no querer reconocer que por muy modernos que seamos, los humanos seguimos siendo vulnerables y nos afecta, como a tantas generaciones y generaciones de hombres y mujeres, ellos y ellas, algo tan antiguo y pasado de moda como es "el frío".

Ah, pero no.
A ella no.

No daré pistas. Sólo dejaré caer que es mujer, su nombre empieza por "G"...y ahora vive muy cerca de una península que tiene nombre de una profesión que consiste en trabajar la tierra con arado, y también puede ser una raza de perro... , en una ciudad cuyo símbolo es una manzana. No puedo decir más.

Pues a lo que íbamos. Ella, mediterranea, se ha empecinado en patinar sobre el hielo con manoletinas y medias de cristal, y le suena a refajo de abuela si le mencionao "gorro" o "guantes".
Como madre responsable, le he repetido que los pies son fundamentales, que llevándolos bien abrigaditos, no se pasa frío, y que por la cabeza se nos va el 70% del calor corporal, y que las manos son muy sensibles, etc etc.
No hay manera. Que lo del frío es de viejas, y parece que las generaciones nuevas ya llevan de serie anticongelante en las venas.

Pero...¿cómo explicarlo? Es que es tan evidente que las madres tenemos razón, cuesta tanto dar los porqués de lo obvio...Al final, la naturaleza, que es más madrastra que madre, le ha puesto las cosas claras, y "ella" me ha guasapeado unas foticos preguntando que qué era eso, que si se le pasaría con un poquito de Mustela.
Pues no, querida mía, hermosura de mis entretelas,  que eso que te ha salido, y que me duele con solo mirarlo, son los anticuadísimos "sabañones", de los que salen con el frío de toda la vida, a las mocitas que no se abrigan, reinamoradelamorería.
Y como ella erre que erre, digna hija de su madre, no se baja del burro con tanta facilidad, he tenido que amenazarla con hacer público el afaire, y si no me promete desde hoy mismo abrigarse como es debido,dejando constancia gráfica del evento, tendré que tirar de la manta(qué frrrío), para que que todo el mundo se entere: Que sí señores,  que es posible, que aún existen los sabañones.



martes, 28 de enero de 2014

3 flashes,1 fin de semana






Gran Vía. Antonio López




FLASH!               
Esperar es paladear la ilusión del encuentro.
Llegamos unas horas antes que ellos, para comprobar que todo estaba a punto.
La temperatura de invierno, el sol en su sitio, los madrileños con la sonrisa puesta.
Y mientras recorríamos las calles para terminar las dos o tres gestiones que nos servían de excusa para la escapada, no dejábamos de hablar de ellos, nuestros "pequeños", y ya mirábamos todos los detalles desde sus ojos.
Nos citamos a la salida del metro y me coloqué estratégicamente, acaparando todas las posibilidades, para no perderme ni un instante de poder verlos.
Ahí estaban: "Fumanchú", con barba y la melena en coleta desgarbada, y los rizos en cascada de la benjamina, disimulados bajo la boina azul de lana.
                              

FLASH!              
Acostumbrados a funcionar en manada de ocho y más, convivir sólo los cuatro fue novedad, una agilidad inusitada en los preparativos, pero con suficiente quorum para desplegarnos por afinidades:
Tu al Retiro, yo al Thyssen. Tu al futbol, yo de tiendas.
De dos en dos, parejas intercambiables, adaptándonos según el plan.
Y en cada uno de estos dúos, de nuevo la riqueza de las distintas visiones y gustos:
Tú los paisajes, yo los retratos.
Tú lo más romántico, yo lo más clásico.
Pespunteando las horas, paseamos los cuatro juntos, pateamos Madrid hasta agotarnos.
Con su juerga continua, las pullas de la chinchorrería fraterna y los mimos infantiles que aún os damos, y que recibís con naturalidad, se nos pasaron los días como si fuesen minutos, qué corto se ha quedado.              
            

FLASH!             
Ha sido un poco como en los exámenes.Cuando los temas se llevan bien preparados, al entregar los folios, se acuerda uno de todo lo que "me he dejado".
Cuánto nos ha quedado por ver.
De lo "cool" a lo castizo, desde Embassy hasta el Rastro… y ha sido tan rápido, apenas rozar la superficie de esa ciudad que bulle debajo de los típicos tópicos para turistas como nosotros.
Y porque puedo prometer , prometo, que habrá más. Nos hemos quedado con ganas de madrilear otro fin de semana.
Al abrazaros en la despedida, otra vez en la boca del metro, nos dimos cuenta de cuánto os queremos. De lo suertudos que somos por disfrutaros.
Fuimos en silencio hacia Atocha, así se nos pasaba el lagrimeo del alma,  y nos dimos cuenta que también “nos la hemos dejado”, ¡que tampoco os la hemos presentado...!





El Rastro, con Fumanchú en primer plano.

jueves, 16 de enero de 2014

Filosofía Charcutera





Feisbukeando he encontrado esta perla:

"Llega un momento en la vida en el que te sientes como si ya le hubieras dado la vuelta al jamón".

Qué exactitud y precisión en la descripción del momento. 

Ahora queda la contramaza.
Tal vez sea más dura y difícil de lidiar, pero ya hemos aprendido a blandir el cuchillo.

viernes, 10 de enero de 2014

Postureo (I)








Después de Navidad es cuando más los echo de menos. 
Se hace patente la no presencia de "mis polluelos". Eso no significa ausencia triste, porque nos alegra que hayan crecido, y que con la aventura de sus vidas adultas nos acerquen a otros mundos.

Es solamente un cosquilleo incómodo en la entrada del alma, un dolorcillo en el área de los amores, como ronroneo gris que se queda enganchado entre sus carcajadas, esa alegría suya de jarana continua, que es fuente de la eterna juventud. Cuando están por casa, las horas son una juerga educadora que me introduce en un presente que ya no alcanzo por mis propias fuerzas y siempre renuevan mi repertorio con tontadas desconocidas, perspectivas y vistas distintas de la misma realidad que ven mis ojos.
Uno de los aprendizajes novedosos de estos días ha sido un concepto fundamental: el postureo. Tiene múltiples acepciones o matices, y el miércoles pasado, en mi día Born, "Miss G"  me enseñó con un ejemplo práctico que también las madres somos víctimas del postureo. 

Siempre que salgo a solas con cada uno de ellos, me gusta comprarles un dulce, como cuando eran mas pequeños, y había un cacaolat con croisant al salir del pediatra, o un helado después del dentista. Sigo con la costumbre, y ellos tampoco le hacen asco a esa caricia infantil. Llevé a mi niña neoyorkina a la pastelería más "hipster"* de Barcelona, con la intención perversa de mostrarle que también aquí somos "cool"...y que no se me quede enganchada en la punta de ningún rascacielos por muy americanos que sean.  Eligió una obra de arte en chocolate, una miniatura minimalista envuelta en una parafernalia de exquisitez que intentaba justificar el precio. Al salir, con el paquetito en la mano, "Miss G" exclamó: "¡Mami, esto es POSTUREO MÁXIMO!".
Y tenía razón.
Porque lo del postureo no es un concepto nuevo. Es lo de siempre con un nuevo traje: antes se llamó apariencias, fachada, falsedad, hipocresía, pose, simulación...mentira...con ése añadido que le da el punto agridulce: la vanidad.



El postureo incendia las redes sociales, como antes prendía en otros mentideros. Los casinos de las burguesías provincianas, el Teatro Real o el Liceo, los corrillos a la salida de Misa o los grupitos de madres a entrada del colegio, el baño de señoras, o el bar de los caballeros, que a todos nos afecta esto del postureo.
A mi me gusta el verbo. Tiene una plasticidad renovada, hace más llevadero el rostro horrible de la mentira, lo antipático de ser fariseos.
Aunque tenga que aceptar que yo...también postureo...




*"Hipster": Ahora se llama así a ser moderno...