Es su barrio.
Cuando los
guiris rubios se esconden en su hotel, quedan ellos.
Sólo los veo por la mañana, antes de que vuelva a desplegarse el
atrezzo de ciudad turística.
Me acompañan, nos cruzamos o recorremos al unísono los mismos adoquines centenarios, entre los cochambrosos cascarones de palacios góticos, fondas que secan en los balcones toallas de playa y pintadas indignadas.
Salen de casa resplandecientes y recién peinados. Mi madre diría"escoscaos". Les brilla la piel canela, salpica reflejos dorados en los ojos tan negros, tan negros... Son niños extrañamente serenos. Casi nunca los veo correteando ni "haciendo el pollino". Cuando los acompaña el padre suelen ir en bicicleta. Siempre en orden, pedaleando tranquilamente suben las pendientes suaves de las calles de La Ribera.
Si van con la madre, se sitúan rodeándola sin amontonarse, casi nunca cogidos por la mano, ni los más pequeños. Es una unión sutil, perceptible y clara, pero invisible.
Con estos nuevos fríos ellas han vuelto a ponerse sobre el sari los anoraks occidentales, y han eclipsado temporalmente el color del curry, los rojos de las guindillas y los verdes del índico que llevan en esos algodones, finos como velos. Me enamoran esas telas, me intriga la armonía de su maternidad, la elegancia de su estilo educativo.
No sé cómo o cuándo se romperá ésa mágia.
He recordado una escena de la película "This is England", el extraño interrogatorio al que somete
Combo( un skin fanático) a
Milky( jamaicano ) sobre su familia, y la expresión que precede a la infame paliza...porque :"Negro, tu lo tienes TODO ".
Con el buen tiempo dejan los ventanucos abiertos y puedo imaginar el interior y las duras condiciones de los cuartos donde viven, pero sé que en ése paseo matinal, cuando van a la escuela, mis amigos, los niños "pakis", lo tienen TODO.