Estaba preparando un texto mucho más poético.
Pero creo que esto es una emergencia intelectual.
Ayer por la tarde uno de "mis polluelos" me relató por washap, sintéticamente, estos hechos vividos en primera persona.
No añado ni quito, literalmente transcribo la escena.
"Madre rubia, ojos azules, ideal, supercorrecta, con niña de 4 años.
La atiendo.
La niña le va haciendo preguntas de un catálogo que tiene en la mano.
Le dice:
- Y esto, ¿lo sabes hacer?
La madre responde:
- No.
Contestación de la niña (4 años):
- ¡Pues yo sí!. Claro, como tu no eres catalana no lo sabes hacer...Yo sí, porque soy mejor...
La madre, roja de vergüenza, me "confiesa" que es gallega...Le he dicho que cambie a los niños de cole...aunque le cueste una pasta.
Los primeros que detectaban la presencia de grisú en la mina eran los pajaritos.
Los primeros en envenenarse con el odio pueden ser los niños, que aún no tienen defensas ante la mentira.
Me ha impresionado tanto, que no puedo ni glosar, se me paraliza el corazón.
Y de momento, lo único que he podido hacer, es dar publicidad a esta muestra de hasta dónde está llegando la sinrazón.