viernes, 4 de diciembre de 2009

Esperar





“MiGeorge” está convencido de tener el don de bilocación, que hace posible la traslación de su cuerpo de un lugar a otro sin tener en cuenta las leyes del tiempo y el espacio. Esta teoría le permitiría salir de casa a las 9 y llegar a Provenza a las 9, como mucho a las 9:05.


La puesta en práctica de esta creencia, de momento, tiene fallos de sistema. Algo no cuadra, tiempo y espacio se rebelan y hacen que parezca que llega tarde a los ojos de los mortales que estamos sometidos a las leyes físicas.




Estos experimentos y sobre todo los fallos del invento, me han permitido ser una experta en esperar.


Ahora ha perdido mucha intríngulis, el móvil le quita glamour.


-¿Andestás?
-Mancuentro en “la Ronda”- dice si no ha salido.


O bien:


-Mancuentro en la esquina, mira ya casi te veo…


Pero hubo un tiempo sin móvil. Esperar tenía misterio.


Y hay una gran variedad en las esperas: en plan “hoy-voy-a-ser-buena”(Angelico,habrá encontrado tráfico o se habrá quedado sin pila en el reloj)


Espera tipo”agatacristi” (En cuanto llegue lo mato!)


También espera-protesta (¡Nunca mais, Nunca mais, Nunca mais… ¡)


En las oportunidades que me han dado estos tiempos de reflexión, he deducido que esperar no es sinónimo de esperanza.


Esperar con esperanza es otra cosa. Es el modo de esperar necesario  para ser feliz.


Porque la esperanza tiene mucho que ver con esa felicidad de la que habla mi admirado Ricardo Yepes:
“Hay modos de ser feliz más altos que la simple huida del dolor, el crédito a la moral individualista o el triunfo a corto plazo”.


Esperanzar es ser optimista, podemos ir a más. Nada que ver con la felicidad simple y bobalicona del que espera un nirvana aplatanao.




La esperanza tiene un olor característico (oh!¿a qué huelen las nubes?...).


Olor a pino verde que te quiero verde, a acebo con chispitinas de rojo, a boj mojado.


La esperanza tiene el olor del frío cuando en invierno hace sol. Aroma que araña los pulmones . Seco, intenso.  Olor que llena de  oxigeno puro cada glóbulo rojo, que impulsa a lanzarse y bajar rodando por la nieve. 


Es el aliento frío que necesita el ímpetu. Nada de edredones tibios y cojines en el sofá.
¡Tiene tanto que ver con amar!






3 comentarios:

Pablo dijo...

Si tengo que dar una meditación sobre la esperanza y el adviento, ya tengo hecho el guión. Magnífica descripción del olor del frío del invierno ¿será que lo has vivido alguna vez?

Poto dijo...

Sim sum, sim sum...uiuiuuuuu
(si comento más loreto me dice que luego sus "me encanta!" quedan sin sentido)
Cuando comente ella ya diré lo que pienso sobre esta entrada.

Pablo dijo...

Yo comento sin permiso de Loreto. Miguel haber si aciertas: Tati tati tati tati tati tati tataaaaaaaaaa ti-ti.titi titi titi titi tiiiiiii Hoy me siento pop.

Dicen que es lo último que se pierde. Dicen que es verde como el Rav4. Aristóteles dijo que era el sueño del hombre despierto. Matermanías dice que es ir a más, siempre más. Amar más.
Por cierto alguna vez me ha tocado vivir episodios como:
-¿dónde estaís?
-en Benabarre
(a los dos minutos pasamos por un cartel que pone Benvinguts a Tornaubous pantalons artesans)Esos sí tenían esperanza.