martes, 2 de abril de 2013

Flatiron & Flatiron


























La "boinez" cerril hace exclamar a los turistas en el extranjero eso de
"¡Igual que el de mi pueblo!".

Me parece un triste espectáculo el de los viajeros que recorren el mundo y medio
para comentar regocijados que "lo mío es más grande".

No deja de ser un modo de complejo de inferioridad esa necesidad de afirmar
lo propio ante las maravillas de otros.

En esto son expertos los nacionalismos.
Es una ceguera que impide disfrutar, crecer, aprender.
Catetez en vena.

En este caso, descubrí el Flatiron propio cuando ya conocía el extranjero.

No voy a hacer comparaciones.

Si es hermosa la esquina neoyorkina, como un buque en el asfalto, escenario para
historias de gansters y  películas en blanco y negro con voces enlatadas,
el chaflán de Barcelona tiene la belleza de un perfil picasiano, con los balcones de
los ojos escorados en la fachada.

Bajo la sombra de sus vértices los turistas se hacen fotos, intentando atrapar toda su altura,
sonriendo para quedar bien en el certificado de asistencia que habrá que enseñar a los
amigos y familia, o para que hagan comentarios chistosos al subirlas al facebook.

Ni el Flatiron de Nueva York es el edificio más alto ni el de Barcelona tiene un
estilo artístico que lo haga especial. Son el triunfo de lo raro, la belleza extraña urgida
por la necesidad.

A mi me caen simpáticos.
Me recuerdan a los retos de la vida diaria: cómo hacer la cena con lo que queda en la
nevera el viernes por la noche, cómo terminar una falda si me he equivocado al cortar
los patrones, cómo defender una causa sin documentos justificantes...cómo escribir un
post si no estoy muy "iluminada".
Curiosamente, muchas veces, de esas limitaciones surgen buenas cosas.

¿Se inspiró el americano en el del Born?
Probablemente no.
Seguramente a ambos les llegó la inspiración por la necesidad de hacer algo con lo
 único que tenían, un solar extraño y picudo que había que hacer habitable,
sin desaprovechar una migaja de suelo.

El yankee lo tenía más fácil, en esa tierra donde todo es XL pudo colocar dos buenas
ventanas en la punta de la nariz de su obra.
Pero cuando paseo por la calle Rec, siempre imagino qué hay detras de "la punta":
¿La taza del wc?,¿una mini despensa ?, ¿una estantería con libros de poesía?...
¿qué pondría yo al final de ése pasillo?
¿qué escondería en ése ángulo, en ése auténtico"cul de sac", en el punto final de mi casa?





10 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Me encanta buscar parecidos razonables, me gusta muchísimo tu post de hoy, totalmente de acuerdo con eso de la catetez, de los que en su pueblo todo es más mejor que en lo que ven. Con lo bonito que es conocer y empaparse de lo distinto, de lo que nos recuerda a lo nuestro, con todo lo magnífico de lo nuevo.

Nota: el cul-de-sac podría ser... el cabecero de una cama de los playmobils, o bien una librería de un libro, o el hueco del ascensor...

Gracias por tu post, me ha encantado.
Besos

Pablo dijo...

Cada día me sorprendo más ¿cómo es posible estar pensando: "siempre imagino qué hay detras de "la punta":
¿La taza del wc?,¿una mini despensa ?, ¿una estantería con libros de poesía?...
¿qué pondría yo al final de ése pasillo?"
Incapaz. Mª Pi ¿lo mío es algo patológico o genético?

Mariapi dijo...

Ohhh, Ana, qué ideas tan maravillosas para el vétice del pasillo. Me encanta imaginar la habitación, con la cama para el playmobil, como un abanico, y la librería unilibro...qué original.
Gracias, Un bss.

Mariapi dijo...

A ver, Pablo:
1) Soy mujer y tu hombre.
2) Por si esa razón no fuese suficiente, que lo es...tranquilo, es que encima soy RARA. Asumido. la patología la sufro yo...y la disfruto también, no te creas, jeje.
Gracias mil.

sunsi dijo...

Lo tuyo es el embeleso, Mariapi... A mí un edificio no me dice ni la mitad de la mitad;-) Seguramente porque no me paro. Increíble la punta que le sacas y lo que disfrutas. Da gusto. Me parece pequeñísimo el chaflán. Igual colocaría una estantería un poco profunda entre los dos muros... y caería seguro en colocar una colección de quinqués o teteras... algo para crear un toque íntimo al rincón...

He disfrutado con tu post.

Mariapi dijo...

Es estrechíssimo, si te fijas en la foto, verás que el macetón que hay en la acera ocupa casi más que la superficie del ángulo.
Si nos fijamos bien, podemos descubrir mucha belleza a nuestro lado, es suficiente con elevar un poco los ojos, estoy convencida.
Mil gracias, Sunsi, un beso.

que dificil la vida sin ti dijo...

Querida mañica:
Coincido con Sunsi en esa capacidad paranormal, por llamarlo de alguna manera, tuya de ver lo que somos incapaces los demás. Forma parte del atractivo único de tu personalidad.
Y lo que lo compartimos contigo porque nos lo permites ¡nos enriquecemos de un modo muy grato!
Por ejemplo, yo lo he hecho al leer este post tan rico. De tú a tú, seré cateta que ignoraba lo que era un Flatiron...¡qué vergüenza!
Gracias por todo, todísimo y besoncio de rigor
Asun

Mariapi dijo...

jaja...no creo que sea cosa de poderes extraños. Creo que está muy relacionado con el gusto por pintar. Se pinta con los ojos más que con la mano, y ya se sabe, se va desarrollando la costumbre, no es otra cosa.
Mil gracias por pasarte, y cuídate.
Besoncio

Marta piesdescalzos dijo...

Claro!
pintas con los ojos
ahora entiendo todo!
Besos Mater.
PD ¿se podrían apilar los paquetes de panBimbo??

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