miércoles, 18 de marzo de 2020

Lo mejor está por venir




Mi clausura dentro del confinamiento es "el estudio", en el que hasta ahora nunca había estudiado nadie. 

Y  es que estos días tan distintos van a cambiar muchas cosas, seguro. 
Una novedad es que vuelve "Matermanías". Nos necesitamos cerca.

Otra primicia novedosa es que este refugio, "parece" ordenado.  Sólo lo parece, no os hagáis ilusiones.

Rebuscando entre los libros he encontrado muchas tentaciones. Telas que me guiñan un ojo pidiendo convertirse en un bolso imposible, papeles japoneses con los que forrar cajas útiles para nada, lápices que hacen ojitos para que les haga caso y bailemos un rato patinando sobre un maravilloso papel italiano... y luego el coro de libros. Esos son los peores. Son listos, y conocen mis debilidades. Tantos buenos ratos juntos, cómo pasar de largo sin hacerles caso... y he sucumbido. Sólo he cogido uno. De momento.

El elegido estaba en la zona de lecturas obligatorias, esos libros malditos, de los que había que hacer un resumen y comentario. Siempre para un lunes. Y claro, se les cogía una tirria infinita. Normal. ¿A quien le gusta que le obliguen a besar a un desconocido, así, en frío? Amar y Leer/Aprender se parecen tanto...
Estaba repetido. Ambos ejemplares subrayados, comentados en los márgenes. Uno más sutilmente, el otro con ímpetu y prisas. "El hombre en busca de sentido", de Viktor Frankl. 

Dicen que es buen momento para releer "La peste", de Camus, o "El amor en los tiempos del cólera", de García Márquez. No sé. Para preparar bien estos tiempos me ha seducido releer este librito que está lleno de Esperanza. 


Leer a Frankl invita a enfocar la mirada y recuperar la certeza de que lo mejor está por llegar. 
Certeza es seguridad, convicción de que, sean las que sean las circunstancias, los dolores o las sonrisas que nos vayamos encontrando, cada segundo tiene sentido concreto y real. Siempre hay un TU y un AHORA real.

Solo dos perlas, por si sirven de anzuelo y esta vez nos da por leerlo... con la fuerza que da la libertad.

"No hay nada en el mundo que sea tan capaz de consolar a una persona de las fatigas internas o las dificultades externas como el tener conocimiento de un deber específico, de un sentido muy concreto, no en el conjunto de su vida, sino aquí y ahora, en la situación concreta que se encuentra". 


"Un poco más tarde, según recuerdo, me pareció que no tardaría en morir. En esta situación crítica, sin embargo, mi interés era distinto del de mis camaradas. Su pregunta era: “¿Sobreviviremos a este campo? Pues si no, este sufrimiento no tiene sentido.” La pregunta que yo me planteaba era algo distinta: “¿Tienen todo este sufrimiento, estas muertes en torno mío, algún sentido? Porque si no, definitivamente, la supervivencia no tiene sentido, pues la vida cuyo significado depende de una casualidad —ya se sobreviva o se escape a ella— en último término no merece ser vivida.”








4 comentarios:

Guayen dijo...

ES-PEC-TA-CU-LAR, Saldremos a oxigenarnos, ahora a exprimir lo bueno de estar en casa!

Mariapi dijo...

Gracias Guayen por romper el hielo.
No podemos desaprovechar ni un segundo, con vientos, virus o lo que vaya cayendo.
Eso tu ya lo sabes...

Loreto dijo...

Gracias por volver a escribir en el blog Mami!! Entre las miles de cosas que te gusta hacer en casa!

Mariapi dijo...

Gracias a vosotros por leerme, Loretito.
he preparado tantas actividades, que tendré que madrugar .
Besote.