jueves, 11 de agosto de 2011

Tea Time







Afortunadamente, es posible querer dos (...o tres) ciudades a la vez,  y no estar loco.

Mi corazón se mueve en latidos amorosos no sólo por la ciudad en la que vivo y me vive,  otras dos me tienen atrapada: Roma y Londres .

Como en todo enamoramiento hay mucho de imaginación y literatura en esa adoración, como en todo enamoramiento, es irracional, adictivo, fantasioso.

Estos días busco la etiología de lo que sucede en Londres, porque cuando algo nos enamora necesitamos saberlo "todo". 

Recuerdo la primera cita real,  cara a cara, con esa sociedad que sólo conocía a través de la literatura, y el desconcierto de  encontrar de todo menos el elemento "brithis". Sin embargo era todo tan inglés...

Y me ayudó a entenderlo, curiosamente, una novela, "Dientes blancos", de Zadie Smith, me regaló un buen boceto de otro Londres, lejos de los salones de té y la suavidad de la campiña, donde el acento "cokney" usa turbante. Otra prueba irrefutable de que la lectura es, ha sido y será un modo precioso de conocer el mundo, otros mundos, de abrirnos a la realidad.

Estos días se habla de "disciplina", "responsabilidad", "ética", "valores"...
... y aparecen declaraciones de perplejidad ante tanta violencia...
... pienso en películas como "La Clase" (Entre les murs), o "Ser y tener" (Etre et avoir), que  con inteligencia plantean situaciones sobre cómo es la enseñanza real en muchos barrios de Europa, y dan pistas sobre cuestiones que vienen de lejos, realidades que han ido creándose y pocas veces queremos o sabemos ver.

No puedo hacer un análisis de las causas, ni tan siquiera una descripción de la situación, pero subestimar lo ocurrido y plantear la solución como un problema de falta de disciplina y valores de un grupo socilal concreto, así, a secas, me parece una reducción peligrosa.

¿Valores? ¿Puede ofrecer "valores"  seriamente una sociedad donde se vive la imposición del relativismo moral?¿Qué es "bien" o "mal" cuando no existe la verdad?¿A qué podemos apelar para explicar que robar es malo? Me sería muy difícil dar razones desde el relativismo.

Curiosamente, al plantear un concepto de libertad sin conexión con el de verdad, se hace difícil la convivencia humana.

Cuando la absolutización de lo particular llega hasta el extremo de no dejar resquicio para lo común, se imposibilita la comunicación humana tanto como cuando ocurre lo contrario, y lo común se impone de tal modo que es imposible el disenso.

Los humanos podemos actuar libremente de forma absurda, desatendiendo incluso la naturaleza de quien somos.

Estos días se cuestionan la políticas sociales de subvención, y seguramente son revisables, pero no creo que sea ésa la única causa de los desmanes, cuando desde cualquier medio se propugna como modelo de hombre al individualista triunfador y se ofrece como concepto de felicidad la espiral consumista, sin tener en cuenta que somos "para el otro", que ése es el sentido de nuestra libertad.

No creo que la solución recaiga únicamente sobre los padres de esos niños-delincuentes, es un asunto "público", es decir "Perteneciente o relativo a todo el pueblo".





7 comentarios:

Pablo dijo...

Cómo estamos hoy. Me parece una entrada para que la lea Miguelón: seguro que no se aburre. Nada que objetar y mucho nivel. Desde el enamoramiento urbano al relativismo sin verdad... Besos

Mariapi dijo...

Es que el verano y esta quietud y silencio bloguero me desinhiben, y me dejo ir por el pedaleo...
No sé si Miguelón tiene un minuto para estas lecturas, con su vida ajetreada, de helado en helado...

Mil gracias, un besote.

Ana, princesa del guisante dijo...

Me gusta tu reflexión, y pienso que tienes razón. No hay más que ver el comportamiento de los padres y las criaturas que salían en algunos de los episodios de Supernanny para darse cuenta de que allí falta mucha mano dura.

Supongo que les ha pasado lo que pasó aquí: después de la represión del franquismo, llegó el destape. Allí, después de la educación rígida y estricta detodalavida, ahora ha llegado el despiporre. Es que no tenemos punto medio.

Modestino dijo...

Estoy completamente de acuerdo con todo o que dices, Mariapi. El relativismo moral está, por desgracia, mucho más extendido que lo que abarvcan cuatro barrios marginales.

Siempre pienso -y a veces digo- que en occidente vamos a ir cada vez peor, y por ahora los hechos me van dando la razón.

Modestino dijo...

Por cierto, mariapi, acabo de reservar en la biblioteca "Dientes blancos", solamente leer el argumento me he quedado prendado de ese libro: ya has hecho hoy tu obra buena.

Mariapi dijo...

Modestino, occidente ha perdido "densidad" de pensamiento...es verdad, pero no creo que haya que perder la esperanza de cambio, no sé si lo veré, pero estoy segura de que de algún modo todos estos acontecimientos tendrán un sentido, aunque sólo sea para hacernos caer en la cuenta de que algo hay que cambiar.
Espero que te guste la novela, la autora la escribió jovencísima, y a mi me atrapó, tiene un estilo original y fresco, lleno de ironía.

Gracias, y buen fin de semana,

Mariapi dijo...

Ana,realmente creo que es un tema muy de fondo, es una sociedad multicultural, con todo lo que eso supone, en un modo de vida occidental, que se ha quedado sin saber dar sentido , precisamente a la vida.
Acabo de leer esto:
http://www.libertaddigital.com/mundo/2011-08-12/la-hija-de-un-millonario-detenida-por-saquear-tiendas-1276432370/
Una muestra más de que no es sólo un tema de políticas sociales, o de marginalidad social y racial...es mucho más. Pero mantengo la esperanza de que un cambio es posible, de verdad, y a veces tienen que plantearse "crisis" para empezar a dar soluciones.
Un besico.