jueves, 9 de febrero de 2012

Dickens








 Hace frío, también por dentro.
Me he fijado en él porque tiritaba tanto, que hacía crujir el papel de estraza con el que se protegía. Ni siquiera eran cartones. Un hombre de unos sesenta años, vestido con una americana heredada en una recogida de caridad, temblaba tendido en un sopor de borrachera, con los zapatos puestos, por si amanecía sin ellos.
Me ha helado el alma comprobar que me he acostumbrado. He necesitado que el frío haga ruido para despertar. Han pasado a formar parte del mobiliario urbano. Nuevos pobres para la miseria de siempre.

No sólo las cumbres, el gorgoteo de un río o el mar sin límites transmiten transcendencia. No de forma exclusiva.
Pasear por la ciudad desvela también oraciones escritas en las cornisas, belleza edificada, huellas amorosas del hombre sobre la tierra, realidades para el siempre.
Pero hay otras piedras negras, constantes.Las calles están salpicadas de miseria, evidente o vergonzosa. A primera hora, cuando aún puedo oír mis pisadas, o a última hora de la tarde, con la oscuridad borrando vergüenzas, existe otra transcendencia, doliente, que esconde su belleza a los ojos humanos.

Estos días se recuerda a Dickens, que denunció hipocresías de su época, tan parecidas a las nuestras. Todos los personajes de sus cuentos y novelas tienen un actor en el presente, una identidad nueva que sale en los periódicos, que encontramos en el metro, en casa, en nosotros mismos. ¿No es una réplica del especulador Merdle en Little Dorrit la historia de Madoff? ¿No nos sentimos en "La oficina del Circunloquio" al enfrentarnos a la burocracia cotidiana? ¿No vemos a Oliver Twist en esas bandas infantiles de pedigüeños ?
Pero como detalla la obra de Dickens, no se trata sólo de hacer denuncia social y retratar un mundo poco comprensivo, incapaz de distinguir entre pobres, holgazanes y enfermos, sin piedad, sin compasión ante el sufrimiento ajeno. Como Dickens creo que el mal no sale siempre vencedor. Junto al dolor y el mal hay sitio para la compasiçon, la generosidad y la redención
La pequeña Dorrit nace y vive entre los presos de Marshalsea pero mantiene clara la distinción entre el bien y el mal, y el avaro Scrooge oye al fin las campanas de la Navidad. También se oyen con el crujir del frío en las sábanas de papel.


12 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

La espuela de tus palabras clavada en mi ciego corazón de nuevo.

Dickens nos tiene que sonar, porque la historia tiene la mala costumbre de repetirse, siempre con matices. La guerra de ahora no es una guerra con pistolas y bombas, es con dinero e hipotecas, pero nos traerá miseria y postguerra, que Dios se apiade de nosotros. Gracias, una vez más.

Unknown dijo...

Me has dejado sin palabras qué contestar...

Miguel dijo...

¡Chula! Cuando has descrito al hombre ese, me ha entrado un escalofrío. He pensado: Puffff demasiado largo, pero en cuanto he empezado, me he enganchado. Flipante mami! un besito del nuevo calvo! jejeje

Antonio Rivero Díaz dijo...

La vida no es lo más dulce posible pero bueno, al final, y esa es también mi experiencia, si se espera un poco, también hay muchas alegría. El problema es que hay que verlas en lo pequeño.

Gracias por recordarme hoy a Dickens, que lo necesitaba.

Pd. Siento lo del pelo de tu hijo. Hemos sido un poco crueles. jajaja!

Mariapi dijo...

Es una lástima que no nos sirvan las expericncias de las generaciones pasadas,¿verdad?. Pero con retrocesos y adelantos, creo que hay que ser realistas, y en muchísimas cosas, hemos mejorado.

Un besote, para deshelar las predicciones de frio en el fin de semana.

Mariapi dijo...

Dolores, el silencio es todo un mensaje. Mil gracias por él, me llega como comprensión. Un besote.

Mariapi dijo...

¿Demasiado larrrrgo?No, Miki, no me digas eso, que me caigo redonda...¿dónde has dejado el amor a la lectura, está en remojo todavíaaaa? Gracias, veo que por amor de hijo has sido capaz de leer semejante tocho...¡muy agradecidaaa!

Un besico, pelaaaaaaaooo

Mariapi dijo...

Antonio, lo mejor de la vida es que es real. Salpicada de todo lo humano, que tan propio nos es la risa como el llorar... Ya verás como con los años eso que tu llamas alegríias pequeñas son Grandezas.
Y, oye...¿te confiesas coautor del desastre...? Os habéis pasado "un pelo", que está el niño feo pero que muy feo. Menos mal que no hay mal que cien años dure,¿o sería mejor en este caso decir que en cien años todos calvos?

Un abrazo, Antonio, y hasta pronto.

R. dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=jafkHEc1SAA&feature=related
'somos muy ricos,podemos compartir uno cada uno,tu y yo,tu y yo...'
http://www.youtube.com/watch?v=Ax06V2cg78U
no sé si barro para casa o es que Karolo tiene algo que llega al alma
espero que los disfrutes como yo disfruto leyendote,
un besote mater!

Mariapi dijo...

Gracias R. Me has alegrado la convalecencia de un virus antipático y chinchorrero que me tiene paralizada.

Me han encantado los tres, Kepa, Cayetano y Karolo...que dice que no cree en el amor...pero yo no estoy tan segura...Un besico, mil gracias.

Oye, la música, también genial.

la luna dijo...

Mariapi

¡Gracias por esa mirada tan profunda que estremece!

Mariapi dijo...

Luna, gracias a ti.
Tienes un blog precioso, he disfrutado y aprendido visitándolo. ¡Gracias!