jueves, 18 de octubre de 2012

El crimen de la calle Montcada





Ha sido un septiembre seco. El aire araña la garganta.
Ni una gota de lluvia que echarse a los pulmones. Aunque las noches mediterráneas son tan húmedas, que descomponen las basuras que quedan incrustadas en los resquicios de la calle. Sólo humedad en humo tibio, invisible. Las únicas aguas líquidas desde agosto son los orines de los borrachos. 

Ni una gota  que limpie y devuelva la sensacion de empezar de nuevo. 


El vapor de las madrugadas, tan cerca del mar, desintegra los aromas, los embrutece y ya no se distingue el salitre, ya no hay olores, solo  hedor. Indefinido, pringoso, putrefacto.

Desde primera hora estoy dando vueltas en busca de algo sólido, algo que no sean esos gases nauseabundos del puerto. He recorrido mil veces las sombras de la calle  Rec, hasta los adoquines de la palaciega Montcada, que  suele ser más generosa: Hay que acercarse a los ricos, siempre sueltan alguna migaja, lo decía mi madre. También decía que cuando los ricos hacen algo o comen alguna cosa desconocida,  seguro que es apetecible. Tiene razón, como siempre. Mi madre siempre tenía razon.

Pero por más que lo intento, hoy solo hay polvareda y piedras por los rincones. 
Los nervios empiezan a hacer de las suyas.  Anochece.  Mala cosa juntar  oscuridad con  tripas vacías. Hace que se  desconecten las pocas neuronas que caben en mi cabeza. 

Y además está el miedo. El presentimiento de un peligro que no veo, en realidad ni lo huelo, pero sé que está... ¿donde?  Esperaré a que empiecen los del mercado de Santa Caterina, algo se les caerá, sólo serán unas horas más. 
Me haré una bola en ése recoveco, y dormiré un rato.

El despertar dura un segundo. 
El tiempo imprescindible para sentir cómo se clavan las uñas en la garganta y oír la voz del asesino: ¡MIAU!. 
Así de breve. 
Como mi vida, la de un ratón cualquiera.


16 comentarios:

que dificil la vida sin ti dijo...

¡¡¡Bravo!!! No te conocía en narrativa y has superado la prueba con sobresaliente, de verdad.
Muy bien escrito como en ti no podía ser menos, y un final sorprendente que le da una gracia enorme.
Mariapi, encantadísima de leerte como siempre ¡cuanto me alegro cuando actualizas el blog! Sé que tengo un rato asegurado de disfrute y calidad.
Muchísimos besos
Asun

lolo dijo...

Me encantan las historias de ratones: Ratatouille, Firmin... y ahora éste. Me gustaría que fuera solo un capítulo.

Animo y a por ello.

Ana, princesa del guisante dijo...

Uy, ni te acerques al castillo, las dos negras asesinas y sus cuatro churumbeles maullantes harían de ti un buen bocado. :-) Buena sorpresa. Besos

Mariapi dijo...

Asun, creo que lo de "narrativa" me viene grande...pero te lo agradezco muchísimo, anima, y sobre todo, si te ha gustado me haces muy feliz.
Un besico.
Ah, que está lloviendo...cuida las chispas.

Mariapi dijo...

Lolo, deben ser los muchos años en compañía de esos ratones los que me inspiraron en mi "día Borne". Antes de que soltaran la jauría turística vi un ratoncillo cruzar la calle, y me acordé de "La Sra. Brisby" y de "Fievel Ratónovich", otros héroes ratonudos donde los haya. Pero mi experiencia en la vida ratonil, no da para más. Me temo.

Mil gracias, Lolo.

Poto dijo...

¡¡¡¡Los matermaníacos queremos más relatos cortos!!!!

Mariapi dijo...

Ana, gracias por avisar, cuando vaya al castillo lo haré con otra identidad, por si acaso.
Un besoncio, gracias.

Mariapi dijo...

Vale vale, ratoncita, se intentará.

Besotes.

Pablo dijo...

me ha costado entenderlo. Empiezo a sospechar que en mi cabeza no falla solo la memoria. ¿Este es el primer relato de tu libro?

Mariapi dijo...

jaja, es porque no estás acostumbrado a los dibujos animados...no falla tu cabeza, es que no está sintonizada con este tipo de tontadas que se me ocurren, no te preocupes, oh "güecencia", que es normal que a las mentes preclaras como la tuya les causen cortocircuitos estas simpladas... marramamiau,miau,miau.
Besos.

Marta piesdescalzos dijo...

Tus ojos, una vez más, pueden ver lo que otros no vemos. Y además contarlo así de bien. Me encantan tus escritos y siempre logras sorprenderme.
Un beso dominguero, bajo al puerto sin paraguas!

Anónimo dijo...

Alucinante. No hace falta mas.

Mariapi dijo...

Gracias, Marta. Al final ayer tuvistesis puerto "sin agua"¿no? Un besico, nos vemos YA.

Mariapi dijo...

Gracias, Anónimo. Hacía falta tu comentario, que agradezco de verdad.

Kiki dijo...

Espero que este sea el comienzo de un libro de relatos cortos. Como en la buena narrativa hasta el final no descubres al asesino, o mejor dicho en este caso, al asesinado.

Mariapi dijo...

Jeje, un libro corto de relatos cortos...¿por una corta? Un besoncio.gracias mil.