miércoles, 25 de septiembre de 2013

Nepotismo. ( A trompicones por Roma II)




Lo más sorprendente de Roma no está en sus museos.
Hay que callejear sin rumbo, dejarse los pies en los
adoquines, negros y cuadrados, para acariciar el alma de la ciudad.
Y perder el miedo y la vergüenza, atreverse a desafiar la chulería congénita de los romanos, chapurrear italiano, dejarse tomar el pelo.

Ha sido mi primera visita a Roma desde que soy abuela, y he descubierto que esto de la abuelidad une más que cualquier otra circunstancia. Ser "nonna", compartir la pasión por los respectivos "nipoti" abre todas las puertas.

En definitiva, que esto del nepotismo es de lo más universal.



Adoquines justicieros. 



El hermano gemelo de nuestro antiguo Volvo...un clásico del siglo de oro intrafamiliar.






Me gustó la fiel restauración de la columna, dejando al descubierto el corazón de arcilla, barro debajo del mármol.





Primer atisbo de Piazza Navona. En "Tre scalini" aprendí en carne propia el significado de "güifigüeña"...queridos hijos, cuánto os comprendo ahora...





Desde mi ventana.







La calidez de los siena, ocres, toda la luz en sus muros. 
Hoy, ya en casa intento retener los colores con los oleos, pero me falta paleta.





5 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Tus palabras y tu paleta me confortarían para compensar el no poder ir...

Mariapi dijo...

Estoy aprovechando las impresiones para pintar un recuerdo de Roma, aunque mi arte no le pueda hacer justicia...es tan difícil atrapar su belleza...pero por intentarlo que no quede, ya te enseñaré el resultado. Mil gracias.

oles dijo...

Los colores rojizos de sus calles, los adoquines plateados... Las gentes bullangueras... Esa piazza Navona!!! Con ese tartufo en esa esquina tan visitada... En fin te sigo teniendo envidia sana. Que bonito cuentas lo que has vivido y sentido en esa ciudad maravillosa.
Un beso

Mariapi dijo...

No sigo contando(de momento al menos) por no hacerme pesada...a veces esto de las crónicas de viajes, bodas y gracietas de niños son un modo sutil de perder amigos...jajaj.
Gracias mil.

lolo dijo...

Justicieros en grado máximo, coincido contigo. Barro debajo del mármol, preciosa metáfora. Y la paleta y los sienas... ay, que me emborracho. ¿También Trastevere? Matermanías!!! Qué suerte!!!