miércoles, 16 de julio de 2014

¡Ay...Carmelo!








Carmelo nació en medio de julio, por encima de la media, con cuatro quilos y medio. 
Eran otros tiempos, cuando los médicos no estaban obsesionados por los percentiles ni las glucemias.
Nació el día de la Virgen del Carmen, la patrona de su pueblo. Y ésta celestial coincidencia hizo que su autoestima progresara adecuadamente años y años, pensando que las orquestas, los cohetes y el volteo de campanas que anunciaban cada año las fiestas patronales, eran con motivo de su nacimiento y onomástica.

Fue un churumbel plácido, de los de comer-dormir, todo seguido y de forma continua. Un bebote de esos que hacen las delicias de los padres, sobre todo cuando es el cuarto hijo y la mayor tiene cuatro años. Y así  siempre ha seguido siendo, poniendo las cosas fáciles: bueno, verdadero y bello.

Era un niño un poco cabezón. No sé si por genética, porque ya apuntaba maneras y necesitaba tener un buen soporte para sus cabezonadas, o si, como se rumoreaba en esa época, eran los efectos secundarios del “Pelargón”.  Pero le lucía al más puro estilo "afro" el pelo ensortijado, como colofón a una considerable testa.
Ese tamaño debía facilitarle la tarea de aprendizaje, y desde muy pequeño, era capaz de memorizar poemas y versos. Curiosamente, algunos de estos sonetos fueron proféticos, y marcaron su destino.

“Yo soy un pobre gallego
 que vengo de Galicia aquí,
y al Niño Jesús le traigo un gallo.
 Kikirikí”


Y así fue y así pasó.
Pero hasta el “momentazo Galicia”, trancurrieron unos cuantos años, con ascensiones montañeras y elevaciones intelectuales. Lo dicho: la fuerza de un gran corazón a la sombra de una buena cabeza.

Un día de junio, cambió de vestuario.
En una pirueta valiente se puso del todo en Sus Manos.
Quemó las naves, como las queman los enamorados, y se hizo cura.
No sé si a él le pasó lo mismo, pero yo no pude echar ojo la noche previa a su salto.

Y hoy resulta que nuestro Carmelo cumple ¡50! tacos.
Que te quiero (queremos) muchísimo, hermano.

¡FELICIDADES!

Léelo despacio y recuerda, porque  no voy a repetírtelo antes de otros tantos años. No vayas a acostumbrarte, que luego eres un chungón que no hay quien te aguante.


P.D. Como banda sonora, la canción que con tanto arte interpretabas, 
         en las horas de la siesta paterna...





5 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Felicidades a ese hermano... Le debes una tarta, como poco!

Poto dijo...

Pedazo de homenaje!!!
¡¡Felicidades!!

Tita dijo...

Muchas felicidades a tu hermano.

Qué maravilla de post ¿puedo quedarme esto?

"Lo dicho: la fuerza de un gran corazón a la sombra de una buena cabeza"

Qué hermosa definición.

Mariapi dijo...

Ana, Poto, Tita: Gracias a las tres, por venir y por leer con tanto cariño.

Besos.

Unknown dijo...

BRAVO! Muy muy chulo mater! Matermanias vuelve con fuerza! No se podrá quejar Carmelo ehh! Besotesss!