martes, 22 de julio de 2014

La eterna canción del verano






Los veranos cantaban "La Chevecha", "Juanita Banana", "Casatshok","El sol español"...música eferevescente que aún burbujea por el alma.

Recuerdo el momento con nitidez.
Tenía nueve o diez años, y le pregunté a mi madre porqué había tantas canciones " de amor".
Me parecía un rollo,una auténtica pérdida de tiempo, sinónimo de penas y aburrimiento en las letras...mi cabecita no entendía porqué a los mayores les interesaba tanto esa languidez que siempre llevaba consigo lo que llamaban amor.
Mi madre me miró, riéndose un poco,y sólo me dijo que el amor es lo más importante de la vida, que lo entendería pronto, que me fuese a jugar.
Pero a mí me quedó la intriga...¿cuándo entendería?¿ porqué eso del amor les importa tanto?
Mi madre, como siempre, tenía razón, y pronto comprendí la esencia,el  porqué, qué hace que  nos gusten tanto las canciones de amor.

Me gustan casi todas.
Este año he descubierto a Toni Zenet, que me ha atrapado con sus letras, y buen rollito. No tanto como Kevin, pero casi casi.

Ahora ya tengo edad para entender:
Que el enamoramiento es como una "invasión marciana", que nos enajena en el sentido estricto de la palabra.
Alguien entra en la mente y el corazón, sin pedir permiso, y lo cambia todo.
Todo gira entorno a el/ella, despertando lo mejor de nosotros mismos, pero también dejándolo todo en vilo.
Ése es el inicio del camino.
El estribillo de la canción.

¿Y cómo saber si es tan sólo la canción de un verano o va a ser sinfonía eterna?
Eso es para otro día, otras músicas, otros temas.





             


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