lunes, 19 de abril de 2010

Cenizas


Eran fascículos coleccionables, que nunca se encuadernaron. Apilados junto a los libros de mi padre, formaban montones que se desordenaban en continuo movimiento. Un título inolvidable: "Enciclopedia Estudiantil"

Sus ilustraciones de colores básicos, eran detallistas al máximo, despertaban la imaginación mejor que cualquier fotografía.
En cada cuadernillo descubría nociones y curiosidades de biología, geografía, descubrimientos científicos, historia, literatura... Desde la óptica actual, estos folletos  pueden parecer toscos, pero les debo una curiosidad perpetua para aprender, el descubrimiento de ese placer que es conocer, saber.

Hay una de estas páginas que recuerdo con la misma emoción infantil que sentía en aquellos sesenta-setenta.

Volvía mil veces sobre ella, tocando con mis ojos los detalles, los rostros de aquellos imaginados hombres  llenos de pavor.

 
Desde entonces tengo el sueño secreto de acariciar el mismo aire que ellos, pasearme entre esos retales de tiempo que quedaron petrificados, en un instante tridimensional. Algún día iré a Pompeya.

Las impresionantes imágenes de ese impronunciable volcán islandés han traído estas cenizas de recuerdos.
Un dragón enfadado, en su isla de hielo, atenaza y detiene a los más poderosos.
Ésta vez la parálisis ha sido sólo aeronáutica, pero me acerca a una idea que, en esa infancia lejana, grabaron las páginas centrales  del fascículo. Somos frágiles,  dependientes, vulnerables.

Este molde de yeso, testigo de una muerte en Pompeya, me llega como el único remedio ante esa vulnerabilidad constitutiva: el cuidado amoroso hasta el último instante, petrificado en lo eterno.








P.D: Para los fans de Pompeia, un regalico que os encantará.
                           http://www.pompeiisites.org/

13 comentarios:

Pablo dijo...

Dos cosas. cuando vayas a Pompeya (que irás) me avisas por si tengo que pedirte algún favor ¿cómo vas a ir a Pompeya sin pasar por Roma. No me lo puedo "de creer". Segundo: efectivamente, lo del volcán es una prueba irrefutable de nuestra pequeñez: toda la técnica del prepotente hombre occidental paralizada por un "capricho" (¿o una lección?)de la naturaleza. Cómo se nota que te han sentado bien las "vacaciones" del fin de semana.
PD: Envidio tu memoria: ahora me acuerdo un poco de esas revistas pero he tenido que ir casi casi a la papelera de reciclaje

Miguel dijo...

Muy bueno, mater, sobretodo me gusta la parte más filosófica, lo del final, q pone, lo de q no nos separamos hasta el final, pero tambien que quieres irte a pompeya, aunq siempre quieres ir a todos lados, que si London, que si NYC, que si Pompeya... no te preocupes, que cuando nos vayamos, podreis ir papi y tu a donde querais jajaja hasta entonces... en casa jajajaja un beso chula!

Marta piesdescalzos dijo...

Que un volcán paralice unos días el mundo me parece un guiño genial de la naturaleza "¡aquí estoy yo!" parece gruñir... A ver si se nos bajan un poco los humos ( por culpa del humo!!!) y reconocemos nuestra pequeñez y dependencia.
Pompeya! viaje también anotado en mi libretita de "ilusiones pendientes",
un abrazo!

ana dijo...

Uys... a mi peque la han tenido muy preocupada los volcanes... no veas... y lo he pensado sí: "Somos frágiles, dependientes, vulnerables".

Y pienso que esas deficiencias nos hacen mejores personas... siempre.

Ana, princesa del guisante dijo...

A mí Pompeya, y todas las épocas desaparecidas de esplendor en la humanidad en general, me suscitan a partes iguales, curiosidad, y lástima por lo perdido. Como si alguien hubiera podido ser eterno...¡ja! besicos.

Mariapi dijo...

Pablo:
Para ir a Roma voy encontrando "excusas"...a ver qué se me ocurre para Pompeya, de momento no hay ningún congreso justificador a la vista, tranquilo, que yo te aviso.
Me maravillan todos los conocimientos y conquistas del hombre, históricas y actuales, las veo como una muestra del Amor de Dios, que nos ha hechocapaces de tanto...y al mismo tiempo, todo eso, resulta tan efímero...Un besote, desmemoriado.

Mariapi dijo...

Miguelón, yo esperaba que propusiesesponerte a pasear perros, cortar el cesped de todo el pueblo, hacer canguros sin parar...y me pagases el viaje a Pompeya...bueno, tendremos que esperar. Un besote, pequeñajo.

Mariapi dijo...

Marta, podemos organizar un bloger-viaje a Pompeya...¿Qué te parece?

Mariapi dijo...

Ana, no me extraña que tu niña se conmueva por el volcán...las imágenes son impresionantes...la comprendo perfectamente, a mi, sólo eran dibujos rudimentarios y la explosión del Vesubio se quedó grabada en la memoria.
Si, a mi también me parece que estas limitaciones son siempre oprtunidades. Un besico para ti y para esa niña tuya,con esa mirada abierta y preocupada por lo que pasa.

Mariapi dijo...

Ana, yo veo en ese hacer-deshacer, en lo efímero de las distintas civilizaciones una especie de moraleja interna...una llamada para construir lo que no se pasa, ni con volcanes ni terremotos... Un besico.

Pablo dijo...

Mami ¡si no vas a Pompeia es porque no quieres... coge el bus como Pep!

Mariapi dijo...

Claro, Pablete, sólo es cuestión de coger el autobús... ¿Me acompañas o te quedas al mando?Un besote...y haz el favor de comerrrr.

Marta piesdescalzos dijo...

Me parece im pre sio nan te!!!!! (léase con alegría, en mayúsculas y colorines)