lunes, 13 de diciembre de 2010

Os precederán.




Es cada vez más frecuente. Descubro mi ignorancia en lo que creía ya sabido.

Suele suceder a través de las minucias cotidianas.
De repente, por un fogonazo que ilumina el instante con tanta fuerza, que hace inolvidable el hallazgo.

Dos instantes así, de luz, me han asaltado estos días, de distinto modo, pero iluminando el mismo rincón de analfabetismo.

Ecos de sociedad.
En el incomparable marco de mi gran ciudad, nos reunimos para un evento gozoso. La boda de un buen amigo.
Formamos una masa homogénea de invitados, que nos hemos aplicado a fondo en la recomendación del tarjetón: "Se ruega traje oscuro".
Y ahí estamos todos, con el olor dulce y tibio de la burguesía vestida de fiesta, con su discreta elegancia, salpicada con algunos guiños de audacia en pieles y joyas. Como corresponde a la soleada mañana de diciembre. El sustantivo para definirnos es corrección.

Y de ése conjunto monocorde de uniformidad bienpensante, surgen ... digamos que... dos valkirias rubias, digamos que...espectaculares...digamos que... llamativas.
Lucen pierna y desparpajo, y llevan esos tocados tan de moda esta temporada, al más puro estilo Ascot, aptos para atrevidas. Dos pinceladas tornasoladas en el fondo gris marengo.
A mi lado oigo risitas y la palabra "pedorras". Me llena una instintiva tristeza y decido unirme a la nota discordante.
Me acerco y conozco a dos mujeres jóvenes, sensibles, cariñosas, que se esfuerzan por encontrar la conversación que "me" interese, descubrir los puntos que tengamos en común. Dos minifalderas explosivas  que se desviven por ofrecerme el canapé más apetitoso, y sólo ven maravillas y aspectos positivos en la celebración y compañía que nos rodea.

Falsas apariencias.
Siempre ha sido el garbanzo negro de la familia. Un perdedor. Un desequilibrado. Sutilmente esclavizado por el alcohol. De fracaso en fracaso, de relación frustrada a otra peor, ahora está solo, enfermo.
Pero me cuentan cómo sabe cuidar y dar cariño con generosidad y delicadeza a su hermana, a quien yo quiero tanto...



Y ahora entiendo porqué tantos me "precederán en el Reino de los Cielos".

16 comentarios:

Modestino dijo...

Todos, mariapi, descubrimos de vez en cuando cómo hay personas a quienes habíamos -injustamente- tachado y resulta que comrobamos que, efectivamente, nos precederán.

Agradezco a Dios que me haya hecho inseguro ... o dicho de otra manera, que haya aprendido a no ir pisando tan fuerte por la vida.

Ana, princesa del guisante dijo...

A menudo para encontrar una flor hermosa hay que mirar bien, y es obvio que tú sabes hacerlo. Gracias por enseñarme que a veces hay que saber ponerse junto a los desdeñados por los demás. Un beso grande

ana dijo...

Mirar de frente a las personas sin reparar en su apariencia es un gesto de de valientes.

Nos precederán, y nuestra soberbia lastimada aún no podrá comprenderlo... tan cegatos andamos con nuestra mirada altiva.

Afortunadamente la vida tiene más luz. Y brilla.

Al igual que Modestino yo también me alegro de mi inseguridad...

Marta piesdescalzos dijo...

A más edad menos puedo con la uniformidad de forma y fondo...Cada vez descubro más pedorras y notas discordantes que desbordan belleza interior a raudales y abren horizontes diferentes. Antisistema! así me gustas Mater, dejando huella propia, que para algo somos únicos e irrepetibles y sobretodo sin encasillar. Besazo!

mOnTy @holasomos7 dijo...

Detesto el encorsetamiento social.
Un beso Mariapi, sigo con los codos en la mesaaaa, pasaba a saludarte.

Poto dijo...

Si es que... vivan los garbanzos negros, vivan las pedorras y todo aquel que sorprende para bien!!
Qué malos son los típicos tópicos tropicales, eh?? Y qué malas son las sonrisas de "corrección", VIVAN LOS ANTISISTEMA!!

Besete Mater

Mariapi dijo...

Modestino, yo lo que más agradezco es ver cada día más claro mis limitaciones e inseguridades. Me ayuda a encontrar la seguridad en una o dos cosas y a mirar de otro modo. Gracias, un cariñoso saludo.

Mariapi dijo...

Bueno, Ana, hay dias que me pongo torcida, y no veo ni flores ni siquiera un maldito brote verde, no creas... pero lo de ponerme en contra del mundo...hija, eso me viene de serie...jejejeje.Un besoncio.

Mariapi dijo...

Ana, ¡cómo me ha gustado esto que dices"y nuestra soberbia lastimada aún no podrá comprenderlo... tan cegatos andamos con nuestra mirada altiva!" Es la puritita verdad...

Un abrazo, y gracias mil

Mariapi dijo...

Marta, si es que esto de cumplir años tiene una de ventajas...a mi me pasa igual, y da una ligereza esa libertad de disentir...jajaja.Ya veo que has cambiado tus calcetines por atuendos navideños, muy chulis.
Un abrazo, amiga.

Mariapi dijo...

Monty, sigue, sigue estudiando. Te agradezco muchísimo la visita, pero tu no te despistes ¿eh?
Un abrazo.

Mariapi dijo...

Poto...ya sabes, me conoces bien, y sabes que a veces me pongo borrica, así que no me vayas dando ánimos...Besotes.

lolo dijo...

Qué post-azo.

A mí me precederán también.
Por no mirar detrás y dentro, por tanta corrección, a veces. Por tanto olor dulce y tibio.

Gracias, Mariapi.

sunsi dijo...

No sé qué ha pasado con el comentario de ayer, Mariapi. ¿Dónde van los comentarios que se pierden?

Mater, querida Mater. Al final de la vida nos examinarán del amor... Dos ejemplos que son eso.

Del primero tengo que morderme la lengua. Desde la atalaya de esos estatus bienpensantes y bienolientes de la Barna exclusiva de círculos cerrados, herméticos y con "pedigrí". No sigo. Estoy haciendo lo mismo que ellos cuando ningunearon o despreciaron a las chicas que vestían de colorines.

Gracias. Un beso grande y fuerte.

Mariapi dijo...

Lolo, son regalos divinos, lecciones de Quien tanto nos quiere¿no crees?

Mariapi dijo...

Es verdad, Sunsi, tampoco podemos dejarnos llevar de una demagogia que demoniza o excluye en global, aunque sea un círculo excluyente.
Situaciones como éstas me ayudan en ésa búsqueda vital de la Verdad.Las recibo como auténtica luz, que tanto necesito. Un beso enorrrme.