El 14 va rebosante desde las primeras paradas.
Ni un asiento libre, toca aguantoformo.
El calor acaba con cualquier visión romántica del transporte público: el olfato y la vista se muestran despiadados.
Cerca del Clínico ya suben a empujones, y los afortunados que van sentados se hacen los despistados, para no apabullar con su privilegio.
Una anciana intenta mantener el equilibrio bailando con la barra.
Nadie la mira, nadie quiere verla.
Es muy socorrido evadirse, mirar hacia la ventanilla y atontar la conciencia .
Un chico gordito, con la cara chata y los ojos rasgados, está absorto en sus auriculares.
En cuanto la ve le sonríe y de un salto le cede su asiento. Después sigue con su música y la sonrisa puesta.
El niño Down ha sido el único capaz . No tiene el corazón enfermo con la cardiopatía comodona, y nos regala educación ciudadana.
14 comentarios:
Olé.
Detrás de ese comportamiento (me refiero al de los que se quedan con el culo pegado en su asiento) hay una educación deficitaria, y como tú dices, una comodopatía galopante. Gracias por la imagen, y felicidades al que hizo lo correcto y a ti por ver y contar. Besicos
¡Magnífico, Mariapi!
¡Qué lección de humanidad con ese estilo tuyo inconfundible!
¡Como me ha gustado!
Muy agradecida por estos instantes de esperanza en una humanidad mejor y por la calidad con que está escrito.
Besitos
Asun
La educación deficitaria -pienso- no es tanto no haber aprendido qe hay que dejar el sitio a una señora mayor, como no saber ponerse en el sitio de los demás, a darse cuenta de la situación de la mujer, a sentirse a gusto cediéndole el privilegio.
Yo, que soy usuario habitual de los transportes públicos siento cierto apuro al ceder el sitio a una señor, porque me da que buena parte del pasaje me puede mirar como a un tipo de otra época.
Ampliando el tema, creo que a veces no nos ponemos en el lugar de quien ha cumplido bastantes años: la gente mayor pierde facultades y con ello soltura y confianza y se apuran si no encuentran una calle o una casa, en una estación de trenes y buses .... y es doloroso verles sufrir entre la indiferencia del resto el público y la imprevisión de quien fabrica edificios sin contar con ellos.
Daban ganas de gritarle ¡Torero, Torero!
¿Sabes lo mejor? Su naturalidad, al ceder el asiento y al mostrar la alegría de su gesto.
Gracias, Lolo.
Me gusta lo de "comodopatía", le veo mucho uso...Hay que hacer más gimnasia con el corazón....Un besico, Ana.
Asun, no sé si tengo esperanza o fe ciega en la verdad que es el ser humano. Me admira, con todos nuestros límites y fallos...para uestra un botón, éste niño maravilloso.
Gracias, Asun, un abrazo
Modestino, planteas muchos temas interesantes en tu comentario. ¿Las normas de educación son meros formulismos, hipocresías? creo que no, detrás de cada una de ellas hay un gesto de respeto, de cariño, en definitiva de caridad hacia otro. Claro, no basta con enseñar a ceder el asiento, pero sí que eso es un "minimo", que supone darse cuenta de que existe "otro", más ncesitado, y vencer nuesta comodidad.
Cada día me conmueven más los ancianos y su soledad. Como la peli, realmente "noes un país para viejos"...
Muchas gracias, un saludo.
qué pocos gestos me encuentro yo de esos!
A veces me dan ganas de decir a la gente que en el metro está sentada en los asientos "reservados" que se levanten para dejar sentarse a personas mayores!
Es verdad, meloenvuelve, por eso creo que debemos celebrar al que es capaz de ésa delicadeza. Un besico.
Paso tarde. No puedo evitar comentar. Ese gesto deliberado... de mirar al infinito por no sonrojarse... ante la visión de una persona mayor aguantando el poco equilibrio que le queda...
Ya no nos llega el oxígeno al corazón, Mater. Solo estos "diferentes" también son diferentes porque todavía no se les ha atrofiado el alma.
Gracias, Mariapi. Sí...¡¡¡torero!!!
Me ha encantado, cada vez perdemos mas los valores y la espontaneidad
Son bendiciones Divinas,ángeles de carne y hueso.
Esperanza,bondad y alegría.
Me quito el sombrero.
Un besito!
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