jueves, 29 de septiembre de 2011
Cuento equivocado
Erase una vez una famila modelo.
Desde que sonaba el despertador todo estaba medido. El desayuno esperando desde la noche anterior en la mesa, las galletas contadas en cada plato, la hora de salida cronometrada.
Cada hora, cada paso debía tener un sentido práctico, siempre estaban muy ocupados, con el tiempo contado en gramos, como las raciones congeladas del menú semanal.
No les cabía en la cabeza que ningún despistado se invitase a comer en su casa, no tendrían ni tiempo ni ración preparada. Nunca se ofrecían a alojar en sus habitaciones a nadie, no había minutos y energías que perder en tontadas.
Necesitaban descansar de una vida de tanta entrega, con calendarios de asueto rígidos hechos a su conveniencia, que todo el mundo debía respetar, se trataba de SU descanso...
Cada uno dirigía su vida con orden ajustado, sin interferir en los quehaceres del otro... que la convivencia crea muy malos rollos, desordenes y despilfarros.Vivían juntos, pero sin intersecciones molestas.
Todos sus días encajaban como las fichas de un puzzle, y era tan importante mantener ese esquema, que el resto de la realidad debía ajustarse a ésas mismas coordenadas.
No cabían más cumpleaños que los suyos, sólo sus problemas debían tenerse en cuenta. Si ellos no sentían una necesidad, es que no existía.
Eran un sistema solar con órbitas milimetradas, girando en torno al astro rey, su YO enorme, disfrazado de "ordo amoris"
Estaban convencidos de que en esto consiste el buen amor: ordenado, pesado y medido.
Pero se equivocaron de cuento, confundieron las relaciones afectivas con las efectivas.
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14 comentarios:
Cuánto me suena. Puedo poner una cara a esos personajes, pero no un corazón. Gracias por el cuento, es el Anti-tú. Besos
vaya coñ... de vida! que estaban preparando el MIR??
Es que la vida real siempre supera a la ficción. Por desgracia no son personajes inventados...ni siquiera distorsionados. Siempre queda la esperanza de que algún día, "haciendo orden", encuentren el corazón extraviado...Gracias por tu cariño, Princesa.
jeje...Siempre has sido muy exigente con los cuentos, Pablo.
Ah!, pues igual es que ese estilo MIR se les ha hecho crónico...Lo triste del cuento no es el orden perfecto, que me parece imprescindible, lo malo es que han olvidado que tanta virtud es inutil y se hace odiosa cuando no sirve para amar mejor.
Tranquilo, que lo del MIR es pasajero, y no te quedarán secuelas importantes...Besos, doctor.
tengo que reconocer que al principio me ha seducido tanta organización jeej. pero deja tan poco espacio a la vida real, a la espontaneidad, a los desordenes familiares que tan en casa te hacen sentir... no tengo el placer de conocerte en persona pero estoy segura que como dice Ana, es el Anti-tú. Besitos mañaneros!
Por mucho que pedalee no conozco a ninguna famila así, creo. Incluso las riñas son mejor que eso. No sabes qué bien me viene el ejercicio, Mariapi.
-Toc-toc... Perdona... Te necesito... Ya sé que es tarde... ¿Puedo ir a verte?
-Ah... No. No cuadra. Mañana. En el descaso de 11 a 11'30... mientras me acerco a... Lo tengo en la agenda desde hace un mes...
¿Prioridades? ¡¡¡Bah!!!
Se ha hecho tarde. Ya pasó el tren y no estuve allí, en ese momento, cuando el amigo era el "desnudo", el "hambriento", el "sediento", el "peregrino", el "cautivo"...
Gracias, Mater.
Vivimos demasiado deprisa. Es necesario ponerle freno, pues no apreciamos las cosas buenas que nos dá la vida por intentar buscarlas donde no están.
Un bico SuperMater..
Gracias.
Casita-de-las-Hadas, creo que el orden proporciona serenidad necesaria para querer bien, da seguridad, acierto y sosiego, no sólo el material, también el orden por dentro...pero todo lo bueno, también el orden, cuando lo convertimos en objetivo "per se", cuando su sentido está en "mi-me-conmigo", y no nosayudar a querer mejor, es un estorbo, una odiosa equivocación.
Ub beso, gracoas mil.
Eres muy afortunada. La cercanía de familias así crea mucha tristeza...además suelen estar tan convencidas de su perfección que es muy difícil establecer diálogo.
A mi también me sienta bien el pedaleo, mueve el corazón. Gracias a raudales.
Sunsi, a veces buscamos empresas de caridad a lo grande, y no vemos que las más importantes están en el cuarto de al lado, cruzando la calle, enfrente mismo de nuestras narices...Gracias, un abrazo con cariño.
Sí, Leles, demasiado deprisa y en superficie...donde sólo cabe un pronombre: YO.
Será cuestión de dar un volantazo.
Un besico, gracias.
más que deprisa es todo como muy encorsetado y organizado...
hay que dejar algo sin atar, siempre pueden surgir imprevistos y a veces son de lo más divertidos!
Enfins, ellos se lo pierden, espero que no contagien ;)
No contagian, pero suelen tener la virtud de amargar la fiesta...sí, ellos se lo pierden. Un abrazo, Gracias Tere.
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