"Su nombre en el espacio". Collage de Randy Mora
La Filosofía tiene la ventaja de estar esparcida entre los rincones del hacer humano. En cualquier creación del hombre es posible encontrar esas verdades profundas que después complican los pensadores y destrozan los políticos.
Esta semana el protagonista de una frikipelícula me ha hecho pensar.
"Lars and the real girl" es una comedia luminosa y llena de esperanza, cuenta una historia surrealista: Lars Lidstrom, un tipo apocado e introvertido de unos 30 años, que trabaja en un almacén y vive en un garaje que le ha cedido su hermano y que... se compra una muñeca de tamaño natural, Bianca.
Cuando acuden invitados a una fiesta, Lars le dice a Bianca :
"Está científicamente probado que la palabra preferida por todos es su propio nombre, así que si sólo dices sus nombres varias veces...verás que eso les hace felices".
Tiene mucha inteligencia el consejo. Llamar por el "nombre de pila" crea lazos.
Por el contrario, no llamar a una persona por su nombre propio sino por un número, supone una reducción violenta de su rango como ser humano. Así sucede con los esclavos, con los prisioneros del campo de concetración, cuando sólo somos un expediente del montón... o cuando nos referimos a "ése"...sin querer pronunciar el nombre que lo ata a nosotros.
El nombre propio, ésa palabra que nos identifica íntimamente, el apodo familiar. No "somos" nuestro nombre, pero nos definimos con él.
Con ése "nombre" hablamos con nosotros mismo, nos proponemos metas, nos reprochamos y nos alegramos en nuestra "mismidad" más escondida.
El hombre, para ser lo que es, debe conocerse y poseerse a sí mismo, y lo hace con un "nombre", que normalmente le viene regalado, como la misma vida.
Hay nombres que imprimen caracter, y otros muy comunes que adquieren tonalidades únicas al entrar en contacto con cada piel, como los perfumes.
Usamos un nombre para estar en casa y a veces tenemos otro de recambio para "lo oficial", pero siempre nos sentimos íntimamente llamados por unas sílabas concretas, tal vez las que susurraba nuestra madre mientras nos dormía.
Mañana celebraré mi nombre, que es el de mi madre, el de mi hija, el de mi sobrina. Un nombre que agradezco, porque me acerca cada día a la Virgen María.
13 comentarios:
Un compañero del trabajo tiene un nombre compuesto. Al preguntarle cómo quiere ser llamado te dice que le da igual, que su padre le llamaba de una forma, y su madre de otra. Y lo cierto es que parece emocionalmente no muy estable, ¡y no me extraña nada!
Otra cosa, los nombres nos ligan a los nuestros, o nos apartan de ellos. Además, nombres como el tuyo, con sentido, son preciosos: Pilar, columna fuerte sobre el que se apoya el peso de tu familia. Con razón eres grande. Espero no despistarme mañana, entre cambios de armarios y cocinetas, y poderte felicitar en directo. Un besote
¡Muchísimas felicidades, Mariapi!
Me ha gustado mucho el post; el nombre nos cura, nos acaricia. Intercalado en una frase nos acerca, nos gusta escucharlo. Y también decirlo a otros. Hay formas de llamar que son únicas, otras las compartimos o nos identifican y nos sitúan. Esta noche te dedicaré una oración y daré gracias por mi nombre. Te ha tocado uno precioso. Otra vez felicidades.
...DobleMater, me ha encantado como nos has llevado a todos a la MultipliMater del Cielo. Me has recordado algo que comentaba Sunsi sobre el cole...recuerdo algo de llamar a los compañeros por el nombre.
pues eso, de la pila, al Pilar!!!¡Felicidades!
Primero y antes que nada ¡¡¡Feliz pre-santo!!! Pilar, nada más y nada menos, Mariapi. A ti tu nombre también te remite a tu tierra. Orgullo de origen y de raíces.
Vaya post, Mater ontológica. Pensaba escribir sobre este tema algún día. No hace falta. Lo has bordado, maña. Ya lo ha comentado lolo. Cómo cambia acompañar unas palabras con el nombre o apelativo familiar de la persona con quien hablamos. Cuando es por escrito, aún se nota más esa fuerza y el cariño que impregna lo que dices a quien lo dices. Personalizar...sacar del anonimato.
Se os acumulan las celebraciones... ¡Otro pastelico!
Un beso gordo, Mariapi.
que peliculón! jejej aunque sólo oía ... ¿todavía estáis allí? ¡no lo entiendo! kss
Ana, a mi también me llaman de muchas maneras: Mª Pilar, Pilar, Mariapi...¿será eso la causa de mis contradicciones internas?jejeje...
Tienes razón, el nombre nos liga a los nuestros, al menos ése es mi caso, al hogar y a la tierra. Gracias por tu cariño, un besico que ya sabe a "adoquín" y a piedricas del Ebro...con jota incorporada.
Lolo, me ha gustado eso de que el nombre cura...cuando nos lo dicen y cuando lo decimos...¿o no tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos cuando quien amamos dice nuestro nombre? ¿no decimos íntimamente "mamá" cuando sentimos dolor aunque tengamos 90 años?
No sé si Lolo es tu apodo, pero aunque sea un nombre inventado, son las sílabas con las que te conozco y las que me unen a ti. Gracias por acordarte, yo también rezaré por tu nombre, sea el que sea...Lolo.
Mil gracias y un besico...que hoy es mi santo.
Tomae, es que casi todo en la tierra nos lleva indefectiblemente a Ella, en el cielo. Es lo que tienen las madres.
Muchísimas gracias, Tomás: un preciosísimo nombre.
Besos.
Sunsi, si es que con tanta celebración no damos a basto...pero qué aburrimiento sin celebrarse y celebrar...somos muy de la fiesta, la verdad. Cualquier excusa es buena. Y la de hoy es fiesta grande: la Patrona.
Y oye, que no hay temas en exclusiva¿eh? Lo mejor es disfrutar de varias versiones sobre el mismo tema...podríamos hacer un "SAL" como en los blogs de costura, que todas hacen la misma labor al mismo tiempo...jejeje.
Un besazo, mil gracias.
¿A que te gustó? Hay que reconocer que si no "pillas", el principio del argumento hace sospechar lo peor...nuevamente, las apariencias engañan que es una barbaridá...y a esas hora todo lo que no sea futbol, tiros o gatos, a algunos les descoloca.
Besotes, doctor, que ya queda poco.
Muchísimas felicidades! fiesta grande en tu familia y en tu tierra; ¿de qué será el pastel hoy?
Disfrútalo con los tuyos Mater! Me gusta llamarte también así, y es que Pilar y Mater tienen mucho en común. Achuchón de santo!
Muchísimas gracias, Marta. Hoy un pastel clásico, para retomar sabores de Pilares antiguos: Bizcocho saboya con relleno de nata y jijona. Queda un trocito,¿gustas?
Un besote, y mil gracias.
Te deseo la infinita sonoridad en cada uno de tus días por vivir, la sonoridad de ese nombre por el que los seres más queridos te llaman, te nombran y te recuerdan.
Me has recordado una dedicatoria que Carmen Martín Gaite regala a su hija en el libro Nubosidad Variable:
"Para el alma que ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo, y en el nombre por el que me llamaba".
Sin duda, la sonoridad de nuestro nombre en los labios de las personas que queremos, es emocionante. Un gran regalo.
Un abrazo.
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