viernes, 4 de septiembre de 2015

Cuestión de ombligos











Hablando de puntos redondos,  de esas curvas cerradas que contienen principio y fin en un mismo movimiento, llegamos al círculo rotundo  por antonomasia: el ombligo.

Tiene inmerecida mala fama ése ojal íntimo.
Dicen que embelesarse mirándolo hipnotiza de tal modo, que te come un agujero negro. Regodearse en sus pliegues irregulares conjura una maldición que transforma en seres unineuronales, cortos de vista y cejijuntos de por vida. Parece ser que concentrarse en su redondez infinita, atrapa y arrastra hacia un huracán sin retorno, tanta es la fuerza del mi-me-conmigo.

A primer vista el ombligo huele a cerrado,
Pero es tan solo una impresión equivocada. Tantos siglos de vilipendio no nos dejan reconocer el misterio que se esconde entre los pliegues de ése bodoque distintivo, que nos acompaña desde el primer suspiro.  
Esa cicatriz personalísima, única e irrepetible, nos une con la Historia.
La que que escribimos con MAYUSCULAS, y que nos deja enganchados unos con otros, haciéndonos protagonista de epopeyas ajenas, y también la que deletreamos con letras grises y pequeñas , la historia propia, personal y anodina, que deberíamos  escribir con  Versalitas   De Oro,  la historia secreta de cada uno de todos los millones de hombres anónimos que, desde que quedamos marcados por la herida del ombligo, marchamos hacia lo eterno.

Ese gurruño de carne encogida nos recuerda tozudamente que no estamos solos, que tenemos procedencia. El ombligo es el sello carnal que certifica que somos humanos porque tenemos padre y madre, que también son ombligados, tatuados con el mismo marchamo de autenticidad que certifica la denominación de origen: un hombre y una mujer.
Que probablemente se amaron. Y es que el ombligo tiene tanto que ver con el amor...
Pero eso ya es otra historia, que dejaré para más adelante. No puede desvelarse la fórmula magistral en el etiquetaje.





8 comentarios:

tomae dijo...

Gracias Mater, un escrito genial ...y yo que pensaba que la práctica del "ombligüismo" estaba tan reñida con el humanismo cristiano. ;)


Ana, princesa del guisante dijo...

Punto de partida, el ombligo. Me gusta la metáfora que encierra.besos!

Mariapi dijo...

Tomae, como actitud vital, me parece peligroso eso del ombliguismo. Pero es que en lo verdaderamente importante tanto la intención como la intensidad es determinante.
Pero como característica que nos determina me parece un buen punto de partida. Es una marca de nacimiento que nos recuerda de por vida que estamos hechos de una relación de otros, diferentes entre sí, complementarios. Es marca de la casa "humanidad. Además, fijate qué diferencia, aunque hay más mamíferos que tienen ombligo, sólo los humanos podemos ejercer el ombliguismo, o hacer reflexión sobre su existencia...es genuína manifestación de nuestra denominación origina.
Mil gracias Tomae.

Mariapi dijo...


Millón de gracias, fiel y constante Princesa.
Es una metáfora, claro, pero a partir de el propio ombligo, de su contemplación , de su análisis, creo que podemos aprender mucho sobre quienes somos. Y esas verdades sabidas por todos, a veces me parece que son las más desconocidas y evitadas. Un besote, y nuevamente gracias.

aaana dijo...

Pues aunque suene raro...mi padre no tiene ombligo. En su barriga otrora gorda, tras una hernia umbilical y su correspondiente operación, se lo taparon. Tiene la barriga lisa con una rayita, pero no el nudito que tenemos todos. Para asombro de todos en la playa, claro!!
Por cierto que desde que escribiste en Navidad por ultima vez he cortado un cordon umbilical mas, y ya soy madre de familia numerosa. No tan numerosa como la tuya, pero bueno...

sunsi dijo...

Qué ombligo más antropológico, Mariapi...
No es el tema, pero este verano he pensado en él y en la capacidad curativa de las células madre del cordón.
Un beso, Mater. Poco a poco vamos volviendo...

Mariapi dijo...

Mmmmm....pero nación con ombligo, eso seguro¿no?
jejeje

¡Felicidades por el nacimiento! Es la mejor de las noticias. Bienvenida al mundoXLfamiliar. La mejor aventura jamás contada.
Gracias mil, por tus comentarios.

Mariapi dijo...

¡Que alegría reencontrarte, Sunsi!
Espero que lo de las células madres no sea por algo serio...
Parece que va por olas, ojalá nos "reenganchemos" de nuevo a esto de escribir. Fue hermoso.
Un beso, y gracias.