viernes, 13 de noviembre de 2009

Pablo hace Bechamel.

Y sin grumos. Toda una lección de "gourmandisse". Un hecho tan insólito ha resuelto dudas existenciales que no me dejaban dormir: Los grandes ideales...¿son sólo cosas de mujeres y curas? La bechamel de Pablo me hace pensar que NO. Otro rato lo desgloso.
¡Ah! Y después ofreció calamares. Un detallazo.

Nota: Pablo no tiene Thermomix. Es un dato imprescindible. Con nuestra querida Termo, la cosa cambia un poco. pipipipiiii-pipipipiii-pipipipiii.

5 comentarios:

Pablo dijo...

El problema llegó con la harina. Llevaba levadura (especial repostería).Por mucho que echase leche para rebajarla de masa a crema aquello seguía creciendo en el interior del pequeño cazo.
Como se echa de menos ahora ese dulce sonido que indica que todo está listo. Pipipipiiii-pipipipiiiii-pipipipiiiiiiiiiii y como el perro de Pávlov empieza la secreción. Y cito a Pávlov porque el también vivió una revolución antisistema.

Mariapi dijo...

Me doy cuenta de que el texto resulta críptico, pero no pretendo que sea "miqueridodiario". Os dejo una frase que ayuda a desentrañar el misterio: Es de Enrique García Maiquez, me parece genial

"Un punto de equilibrio entre el amor propio y el amor al prójimo: la delicadeza con que el ama de casa prepara la cena para el invitado."

Guayen dijo...

Que profundo es todo estooooo!!!!!!! yo me limito a añadir: LA BECHAMEL ESTABA... BUENIIIISIMA! Y LOS CALAMARES... TRRRRRRRRRREMENDOS!!!!! por no hablar del "pastel de chocolate", eh pablo!?

tomae dijo...

¡¡felicidades Matermani!!


...muy buena la fotico!!! ;)

Mariapi dijo...

¡Gracias, Tomae! Mira que eres original...un comentario en el primer post, realmente eres único y especial, un cariñoso saludo