Ha sido un fin de semana socialmente activo.
Un trabajo de campo sobre los diferentes niveles de la comunicación humana.
Suelen señalarse tres sistemas: informativo, racional y emotivo-profundo. Sugiero otro nivel: el nimio o absurdo.
Las relaciones sociales en las que la etiqueta exige la comunicación de la nada, y la profundización en lo frívolo, no son mi fuerte, aunque la acompañe con risa fácil.
Ahí me quedo.
Sólo puedo poner el piloto automático de la sonrisa eterna.
Por más que busco en mi interior algo que aportar, se cierran todos los circuitos neuronales, como se cerraban las puertas en "Superagente 86".
Me admira esa facilidad para permanecer toda una cena con sus prolegómenos y epílogos, hablando continuamente y sin comunicar algo que roce, que implique lo íntimo.
Me rindo. Nunca lo conseguiré.
Tengo el consuelo de la mirada cómplice del "Mister", que se divierte viendo mi lucha titánica contra los elementos, y la compensación de otras cenas y tardes largas-largas, en las que estar con amigos limpia el alma.
Para los demasiado jóvenes que no saben quién es, y para los demasiado viejos que no recuerdan... Maxwell Smart
12 comentarios:
Mariapiiiiii jajaja eso me pasa a mí,... Ah, la sangre aragonesa ¿Cómo limitar las palabras, como callar el exabrupto que nos sale del hígado directamente a la boca? ¿Cómo ser socialmente correcta cuando una tiene un cachirulo en la cabeza? ¿Es eso lo que te pasó?
Besos
Ana, me has hecho un TAC.
No es que me "pasó" es que "siempre me pasa"... y no encuentro remedio...Un beso, cuidado que no nos demos con los cachirulos...
Has descrito maravillosamente la situación; hace ya unos cuantos años que en las comidas oficiales no puedo escoger con quien me siento y me toca la mesa de la presidencia; caben dos situaciones: si están los de siempre existe al menos cierta complicidad, pero si coincides con gente con la que no tienes confianza te pasas el rato con lugares comunes y esfuerzos por no meter la pata y ser políticamente correcto.
Genial el vídeo, es una de las series que recuerdo con más cariño. ¡Qué guapa la agente 99!. Me ha servido para saber que detrás de todo estaba Mel Brooks, algo que ignoraba.
¡Lo sabía! muaks
Como los pingïnos de Madagascar:
"Just Smile and wave boys, just smile and wave..."
También en versión: "Cute and cuddly boys, cute and cuddly"
¡¡Sonreíd y saludad, cucos y coquetos!! JAJAJAJAJAJAJA!!!
como si te viera!!!
Modestino, te compadezco.
Por suerte, estas situaciones son esporádicas. Realmente, no sé que hacer. Cuanto más lo intento, más lo empeoro.
¡La Agente 99! ¡Qué recuerdos! ¿Y el zapato-teléfono...?
Gracias, un saludo
Poto:
¡Los pingüinos son geniales! A ver si puedo dejar el link. Muacs.
Pues yo me empeño en decir que SI soy sociable. Pero no de esa "sociedad" de risa forzada y conversación programada y estúpida. Nivel nimio y absurdo, dificilísimo. ¿Por qué cuento mis vacaciones o parecen mostrar interés por mis hijos, o rozar el tema político si no me conocen? Y lo he intentado, lo aseguro. "Se me cierran todos los circuitos neuronales", a mí también, como las puertas del agente 87, justo eso. Qué mal se pasa y de qué poco sirve.
Ser sociable no es eso. Eso es tener mucha voluntad de pasar por lo que no hay más remedio a veces, pocas, espero.
Una mirada complice y divertida ayuda, desde luego. Y un buen rescate a tiempo. Y la revancha con los amigos en tertulia distentida, aquí sí, sociable. Siendo cada cada uno quien es.
Dí que sí, Mariapi. Haces bien en cerrar puertas. Si abres y abres puede colarse algún gato.
cucos y coquetos como los pinguinicos haha
Lolo, se pasa mal, porque no acabo de resignarme a que no sirva para nada, me siento obligada a intentar integrarme...
Tienes razón: que no entren gatos, la clave es esa que dices, ser cada uno quien es. Gracias, un abrazo.
¿¡Tegustan los pingüinos, eh!?jajaja. Un besote, Pablito.
¡Cuántos recuerdos me ha traido el video!. ¡Qué tiempos!
Entiendo la sensación que describes. ¿Cómo mantener el tipo cuando lo que quieres es mandarlos a ...?
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