Es un desbarajuste ordenado. Cada tablero, cada toldo tiene un lugar específico, no hay un gancho de alambre superfluo.
Es todo un arte construir esos túneles de camisetas, elevar los taludes de zapatos, dibujar los laberintos de telas , y colgar los calcetines con el roperío íntimo, que así, en el mogollón exibicionista pierde cualquier atisbo de seducción. Exige mucha preparación técnica exponer las medias con esas piernas cortadas, como si fueran ex votos de una ortopedia ...y mezclarlo todo con el olor a aceitunas, a especias orientales y a fruta recalentada ...
Después llega el hilo musical. Antes se oía mucho a "Estopa", ahora hay "mohamelodías", canciones dedicadas a las mujeres de los pañuelos.
Los mensajes de márketing obligan a lanzarse al ruedo, a entrar en ése diálogo del regateo.
-¡ Venga, señora, venga, al remeneo!
Y el montón de prendas imposibles, se convierte en una selva donde arrancar tesoros entre lianas. Me tiro de cabeza, y siempre hay algún coco, una flor exótica como recompensa.
El mercadillo y el metro son dos fusiones nucleares de la diversidad humana. En los dos nos arremolinamos y rozamos sin entrar en lo íntimo.
Ése ser río humano me quita cualquier orgullo presuntuoso, me hace sentir como todos, ni más ni menos... que ya es mucho.
Durante años guardé en el monedero un recuerdo de ese golpe de realidad que regala el mercadillo. Un papelito rasgado y sucio, con un mensaje cifrado.
Había "apartado" del montón unas cuantas camisetas para que me las guardaran, y cuando volví a recogerlas, encontré un regalo prendido con un alfiler, la definición de mi "yo" más original que me han hecho nunca: "la de los seis hijos que no es gitana".
21 comentarios:
really?¿¿? buenisisisma!!!
¡¡¡Primins!!!
Es lo que tiene estar pendiente de tu entrada: GENIAL, GENIAL, GENIAL...
Permite que me ría porque aunque es sutil resulta graciosísima "el roperío íntimo", "los ex votos de las medias", JUAS, JUAS, JUAS, JUAS...ESTOY ENLOQUECIDA DE PURA DIVERSIÓN ¡ESTO SÍ QUE ES HUMOR!
Y AL ESTAR TAN BIEN ESCRITO ¡AÚN HACE MÁS GRACIA!
Por Dios Mariapi, tantos años "tratándonos", con impecable educación, con cortés distancia, para descubrir ahora tu verdadero "yo" en un blog prácticamente anónimo...déjame ser tu amiga de verdad, necesito tu forma de ser para reconciliarme ¡con tantas cosas!Habrá que recuperar el tiempo perdido, me puedes enseñar a vivir...la gente que me lea pensará que estoy loca pero, tú me entiendes ¿verdad que sí, querida, queridísima Mariapi?
¡ERES MARAVILLOSA!
Y ahora permíteme una anécdota personal que no te llega ni a las botas pero es de ese estilo: tú sabes que mi marido por su profesión está siempre "desaparecido", bueno, pues un día trajeron un paquete para él y la portera dijo :¡Ah si, es ese señor que no está nunca pero tiene tantos hijos!
Un abrazo muy fuerte, más que antes y que nunca
Asun
Jajajajaja, imposible no arrancar una carcajada. Entre tu "yo" más original y la definición del marido de Mº Asunción, no sabría decirte cuál me gusta más....jajajajajaja.
Biquiños Mariapi
Definitivamente eres un auténtico crack!!!!
Besos, a la de los 6 hijos que no es gitana, me troncho!
Qué bueno, Mater... Todo un submundo el de los mercadillos. Y desde tu mirada, un mundo entero. Besos
Vaya sorpresa. Una definición que dice mucho más de lo que parece...
Besos.
¡¡Braga' a tre' euro nena!!
El mercadillo es todo un mundo, divertidísimo!! Menuda genialidad la de la definición de la tendera... ayyy, la mater-gitana guapa!!
El post destila costumbrismo en estado puro. Real como la vida misma ... y los mercadillos tienen un olor especial, propio.
Pabo, really total...eran los tiempos añorados por MiGeorge...los tiempos en los que aún compraba en el mercado...ya sabes, el progreso...Un besote, estudiaaaa!
Asun, qué bueno el comentario de la portera...es que no se les escapa ni una...es genial.
Sí, ya sabes que entiendo lo que quieres decir...muy bien lo entiendo. Un abrazo, Asun, me dejas paralizada con tu cariño, que soy muy tímida...¡Gracias!
Mariapi. Me encantan los mercadillos. Lo has descrito con un no sé qué tierno que da la sensación de que he estado en el meollo del gentío. Como si lo hubieras dibujado.
De todas formas, Mater, hay que reconocer que no todos tienen arte para pillar una prenda acertada. Mi cuñadísima sí posee este don natural. Recuerdo el mercadillo de Huesca, en vacaciones de verano. Calor asfixiante. Metía la mano y ¡zas! sacaba una joya de entre los montones. Yo, en cambio, me "atabalo". Se me mezclan todas las telas colagadas y llega un momento que no distingo una colcha de una falda...
Un beso a la Mater con seis hijos que no es gitana. Qué bueno...
Dolores, realmente las dos anécdotas confirman que la realidad es siempre más ingeniosa que cualquier fantasía...el truco está en darse cuenta. Un besoncio para ti.
Bueno, Marta, llegamos a ir juntas y les fundimos los plomos...Un abrazo, qué bien que estés por aquí.
Ana, a mi me gustan los mercadillos, no tanto por comprar...es el ambientillo, no sé...es especial, y en cada sitio tiene sus peculiaridades aunque estén los mismos puestos.
Un besote...bueno, imagino que las Princesas no van de mercadillo, claro.
Sí, Pablo, es todo un tratado de sociología...consultaré a Donati, a ver qué opina. Un beso.
¡Uy, Poto, tré euro...! eso como poco la media docena...que se van a la competencia, al carreful...
Modestino, cada uno es distinto, cuando voy a una ciudad nueva, me gusta ir a sus mercados callejeros, es una forma distinta de conocer la vida de sus habitantes.Gracias, un saludo.
Sunsi, no soy de grandes chollos, pero alguna ganga he encontrado...lo mejor es pasearse, observar, escuchar las conversaciones, leer los carteles...la próxima vamos juntas. Gracias mil, un abrazo.
Qué bien me lo paso yo también en los mercadillos de veraneo, pero no soy tan asidua como para tener un mote; el tuyo es buenísimo!!
un besazo, mariapi,
PD: je, je, me encanta que lo llames regalo :)
Tere, fué una época que iba cada semana al mercado, y me paseaba por el mercadillo, terminas conociendo a casi todos...Gracias, experta en regalos.Un abrazo.
me requetechilannnnn
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