martes, 3 de mayo de 2011

mi mamá me mima

Quería escribir algo bonito, como aquellas redacciones que nos pedían en la escuela.
Con "letra junta", al ritmo del latido acelerado de un corazón infantil...toc-toc-toc-toc-toc...
Con palabras secillas y previsibles, como hablan los niños.
Pero me quedé muda.

No sé por dónde empezar, no puedo olvidar nada y al mismo tiempo no quiero compartir un tesoro que aún está creciendo.

Es tan curioso... quisiera describir lo que es delicado,  excepcional, glorioso y admirable, y me paraliza una imagen simplona, insignificante, cotidiana...incluso vulgar. 

Cuando quiero explicar el amor de mi madre, recuerdo las meriendas.

Si quisiera, que no quiero, contaría su  epopeya de amor, la historia de una heroína...pero cuando busco sentir su amor tierno y concreto, vuelvo a oir sus pasos por el pasillo, con una bandeja repleta de pan con chocolate, "tulipán" con colacao, tostadas con mantequilla y azucar, leche condensada, o algo tan delicioso como el pan con vino y azucar.

Merendar es comer ilusión pura y dura. Y ella nos atiborraba siempre de esas alegrías fantasiosas y chispeantes.

Cuando fuimos universitarios, cambió el dulce por los bocatas salados, pero nunca dejó de darnos ése parón a media tarde, esa "tetadica" de dulzura en los mayos llenos de exámenes.

Nunca me lo ha dicho, pero cuando he sido madre, he comprendido que el querer maternal no viene de serie, que hay que trabajarlo como cualquier cariño que se precie...que bregaba todo el día y llegaba a casa cansada, que no siempre tendría ni humor ni ganas de partir una barra la pan y preparar una a una aquellas rodajas de ternura...algo tan prescindible e innecesario como una merienda.

Cuando me fallan los ímpetus, y por mucho que los quiero no me levantaría del sofá ni para darles un beso... me llega la fuerza de las meriendas pasadas, el efecto retroactivo del amor, que siempre es un tu y un ahora. Siempre-siempre concreto.


25 comentarios:

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Te lo dije Mariapi, que quería ser la primera!
¿Querías escribir algo bonito?
¡Pues ya lo has hecho, PRECIOSO!
ME MARAVILLA EL LIRISMO QUE CON PALABRAS SENCILLAS IMPREGNAS TUS ESCRITOS, ESE DESCRIBIR UNA MERIENDA Y QUE LA LECTORA - YO - SE EMOCIONE EN LO MÁS HONDO POR EL MODO TAN, TAN, HERMOSO COMO LO HAS HECHO.
MI ENHORABUENA ADMIRADA Y AGRADECIDA, UN PELÍN CELOSA PORQUE ESO TUYO ES UN DON...
¡AH, SE ME HAN DISPARADO LAS MAYÚSCULAS SIN DARME CUENTA! ¡MEJOR MÁS ÉNFASIS!
OTRA COSA: TIENES QUE DAR GRACIAS A DIOS POR EL TESORO DE TU MAMÁ. TE LO DIGO YO QUE DE ESTE PRIVILEGIO ME VI PRIVADA.
POR ESO, DECIRTE MATER ME PROVOCA DULZURA, COMO UN TIERNO SIMBOLISMO DE CARIÑO.
P.D.Yo intuyo algo..."que está creciendo...¡chitón, soy una tumba que a lo mejor me equivoco...¿nos entendemos?
Yo creo que sí.
¡QUE TE QUIERO A GRITOS, GENIO MARIAPI!
Asun

Ana, princesa del guisante dijo...

Tienes la habilidad de convertir tus palabras en un regazo en el que todos nos sentimos acogidos (y no lo digo sólo por tu blog).
Mis hijos merendaron en tu cocina, como si hubieran pasado media infancia en ella...

En fin, lo mejor del pan con chocolate son las palabras masculladas entre mordisco y mordisco, fuente de información valiosísima para que las madres no nos perdamos en su precioso mundo interior.

Me siento privilegiada por haberte conocido, gracias Mater.

LaCasitadelasHadas dijo...

tu entrada me llega en un buen momento, no sé por qué pero hoy estoy un poquito bajita de moral, será el cansancio...
Pienso en mi madre a raiz de tus palabras...cuántas veces le habrá vencido el cansancio, el desaliento...habrán sido muchas? seguramente si pero no a nuestros ojos de niños, siempre refugio seguro, fortaleza invencible donde acurrucarnos cuando tenemos frío.
Quisiera ser eso para mis niñas, que jamás sepan de mi cansancio ni de mi desaliento...que sólo sepan que en mi tienen ese rinconcito siempre seguro, la sonrisa y el abrazo. Y que un día cuando sean mayores puedan decir q se imaginan q su madre estuvo cansada y triste alguna vez..pero q ellas nunca lo notaron.
buenas noches mater...

Pablo dijo...

mmmm merieeeeeendaaaaaa.... jejejejeje

Tita dijo...

Ole, ole, ole, qué entrada más bonita y más de las que me gustan a mí: amor y comida cotidiana ¿tontería la merienda? las madres no dejan de tener detalles así, de infinito amor. Es en lo prescindible, en lo innecesario, donde se ve el detalle de los que más nos quieren.

Abrazos Mariapi

lolo dijo...

Entro en conflicto con tu entrada. También mi madre nos preparaba pan con chocolate para merendar; ella lo rallaba encima de la matequilla y por más que me he empeñado nunca me ha salido igual. Ahora la prepara para sus nietos, ¡es otra maravillosa oportunidad!, y la miro con envidia porque sigue haciendo de ese momento un regalo cotidiano y especial.
Sin embargo yo decidí en un momento que fueran mis hijos quienes se la prepararan, por un tema de competencia y responsabilidad. Y dudo muchas veces de si les he negado ese mimo, como tantos otros, por mi cabezona racionalidad.
También dudo de cuáles serán sus recuerdos y admiro el no haber visto en mi madre, mientras fui pequeña, ni un gesto de cansancio. Solo acogida, ese hablar quedo y suavidad.
Así que ya ves cómo me remueve tu entrada, que no es solo bonita sino mucho más...

Mariapi dijo...

Gracias, Asun...me pones colorada y no sé que decir...
Cada día doy gracias a Dios por la madre que tengo, haces bien en recordármelo, a veces nos acostumbramos a lo extraordinario, y eso es imperdonable.
Un besico.

Mariapi dijo...

Ana, muchísimas gracias, me pongo tan nerviosa con esas palabras de cariño, que no sé cómo contestar...
tengo una teoría nada científica pero comprobada sobre los niños de conocidos y amigos: Cuando llegas a una casa y los niños te reciben con cariño, o vienen a la tuya y se muestran contentos...sus padres te quieren y hablan bien de ti...si no ses así, algo pasa. Al margen de timideces y otras cosillas puntuales, que con los peques, ya se sabe...esa teoría es infalible.
Un abrazo, Princesa.

Mariapi dijo...

Hada, me alegra tanto haber podido descansarte aunque sólo sea un poquito...estás en un momento"cumbre" de la crianza, los cimientos de "las meriendas". Tus niñas sabrán cómo y cuanto las quieres, seguro. Yo tuve que ser madre para comprenderlo con claridad y concreción...pero porque soy torpona, seguro que ellas no necesitan tanto tiempo.
Un beso a las tres...procura descansar, y ten la seguridad que merece la pena el cansancio y el esfuerzo, éso pasa rápido, pero los cariñicos que sabes dar a los tuyos a pesar de no poder más...nunca se pierden.

Mariapi dijo...

¡Ay, Pablete...siempre con angrucia!Un besote, ¡a por los últimos!

Mariapi dijo...

¡Es verdad Tita! Es un post "tuyo", lo define el título de tu blog. Me ha gustado mucho la entrada que dedicas a tu madre...esto del blogueo es interactivo...Mil gracias, un beso.

sunsi dijo...

Las meriendas, Mariapi. Es curioso que yo también recuerde eso de mi madre. No sé si a ti también te pasaba. Esas ganas de llegar a casa después de muchas horas de cole. Y la merienda que nos reunía en la cocina y era el momento en el que contábamos las batallas de la jornada. Nos quitábamos la palabra de la boca y hablábamos todos a la vez... y mi madre que parecía un moderador. Y mira que era (es) pequeña la cocina...

Mater... con lo poco cocinillas que soy. Qué bien me ha sabido tu post.

Gracias, Mariapi.
Un beso.

Mariapi dijo...

Lolo, ahora tampoco les preparo habitualmente la merienda...simplemente por horarios...y porque prefieren prepararse ellos solitos un menú-merienda completo de primero segundo y postre, con final de colacao y galletas, que la tontadica de merienda de su madre... Cada generación tiene sus costumbres, cada familia sus maneras ...creo que lo importante es descubrirlas y cuidarlas, cada uno las suyas.
Las meriendas de mi madre me descubren que el amor no es una idea, ni sólo palabras...es hacer pequeño, desapercibido, constante...lleno de vencimiento...y sí, de sacrificio.En lo que nunca nadie verá...éso no importa. Y siguen dándome la fuerza que tanto necesito.

Mariapi dijo...

Sunsi, tu comentario me hace pensar en cómo nos engañamos a veces con teorías que nos convienen...como ésa del tiempo de calidad y bla-bla-bla...si el amor siempre y eternamente necesita tiempo "desperdiciado", roce tras roce, sin objetivos, ni metas...Gracias miles, Sunsi. Un día de estos merendamos juntas ¿verdad?

Unknown dijo...

Muchíííííísimas gracias, Mº Pi, por esta entrada. No tengo ni memoria ni esas palabras para expresar lo que has escrito. Muchos besos Pablo

PD. Andaba yo preocupado con mi falta de memoria porque he llegado a pensar que era sobre las cosas familiares, lo cual me inquietaba.
El sábado me encontré con alguien con quien estuve trabajando codo con codo durante un intenso mes hace unos años... Nada, que sí algo me sonaba, pero... y hablando, hablando... Al menos mi falta de memoria no es sectorial, pequeño consuelo.

Poto dijo...

Matermanías... merienda...

no tengo tampoco palabras para decir cuánto me ha gustado este post!!

Un besote

Unknown dijo...

Estoy igual que Poto... no me salen las palabras para decir todo lo que me ha gustado este post.
Sobretodo al recordar las meriendas a base de bocadillos de mantequilla con pan o colacao.... Mmmmm
Curioso que las valoremos más ahora que antes.
Esta tarde, cuando le haga a Sara la merienda, untaré orgullosa el pan, e incluso le haga un bocata de mantequilla y colacao...jajaja

ana dijo...

Uff... cuánto de grande hay siempre en las cosas sencillas. Sólo con el tiempo, llegamos a intuir tan sólo un atisbo de lo que había detrás de un trocico de pan, de unas frutas cortaditas y mezcladas, de un batido de frutas o de unas simples lonchas de jamón...

Y seguirán las meriendas... foreverandeverporsiemprejamásaménJesús!!!

Un abrazo Mariapi.

No sabías còmo expresarlo, y te ha salido precioso.

El alegre "opinador" dijo...

En esas rebanadas de pan hay mucho amor.
Un abrazo.

Mariapi dijo...

Pablo, gracias a ti, no te preocupes, yo tengo memoria selectiva, sólo recuerdo detalles pequeños, páginas sueltas de la historia...ahora intento leer el contexto. Seguramente, tu hiciste éso hace tiempo, y como la memoria es también la capacidad de "resetear", te has quedado sólo con las conclusiones importantes.

Un beso enorme.

Mariapi dijo...

Gracias, Poto, tu también has disfrutado mucho de esas meriendas...y las tostadas por la mañana, ¿recuerdas? Un besito.

Mariapi dijo...

Muchísimas gracias, Dolores. Es curioso, pero normal que ahora le demos la importancia que tienen. Ahora tenemos la experiencia propia, sabemos que el amor es una conquista.
Un besito para ti y para Sara.

Mariapi dijo...

Ana, las frutas cortaditas merecerían un post aparte, esos son palabras mayores...cariño en rama.

Gracias, Ana, un abrazo.

Mariapi dijo...

Sí Opinador, un cariño que aún estoy saboreando.

Muchas gracias, un abrazo.

Poto dijo...

Mmmmm, sí, tostadas con olor a estufa!! y si se queman, rascar un poco con un cuchillo dejando el plato de desayuno negro y... mantequilla de la lechera!! Increíbles!

Un besote