domingo, 3 de julio de 2011

No es para viejos





Las calles del centro se han quedado para los viejos. Salen cuando no hay sol, a primera hora, con la fresca y alguna vez, si sube la brisa, cuando la tarde casi es noche.

El resto del tiempo están en penumbra, las persianas verdes descansando  en el balcón, junto a la bombona de butano y algunos geranios supervivientes.

Los miércoles me cruzo con la señora Paquita. Acaban de regar  las calles y ella ya vuelve de comprar un melocotón, dos tomates, un pepino: Cualquier excusa es buena para un ratito de conversación con el del super.
Un día de invierno al cruzarnos en la calleja solitaria,comentamos el tiempo, y ése resquicio de comunicación abrió la costumbre.
Carga una bolsa de ganchillo y un bastón que le ayuda con el andar tambaleante, inseguro y rítmico, de lado a lado del callejón. Casi siempre habla sola.Cubre su espalda abombada con una blusita de lazada blanca , a juego con una falda de medio luto, con flores en grises y morados, diminutas como ella.
      
        -  ¡Nena, qué calorada! apriétate a la sombra, que han dicho por la tele que el sol este año es muy malo...

Va tirando con una pensión justita, se puede decir que está “atendida”.

Excusa su soledad.
Cada semana.
     
          -  Me ha llamado mi hijo, y dice que igual el domingo  vienen a buscarme, para comer...es que están en la torre, pero la nuera ...trabajan tanto...y claro, tienen que descansar...

Cada semana.
El mismo sueño, la ilusión que no se rompe.
Pero los hijos, claro, están siempre tan ocupados...no van a cambiar sus planes por ella... al fin y al cabo, no le falta lo necesario...


Cuando mi abuelo empezó a quedarse ciego, cerraba los ojos y andaba en la oscuridad.Quería comprenderlo.

Quisiera entender ahora la soledad del abandono, del sentirse  estorbo. Aparcados en la cuneta, como si la vida sólo fuese para los fuertes.

Ante la indefensión de un niño nos conmovemos, pero ¿quién le hace carantoñas a un anciano? ¿quién quiere perder su tiempo besando sus manos, agradeciendo?

No, tampoco el verano es para los viejos.

13 comentarios:

sunsi dijo...

Menos mal que lo explicas con este estilo tuyo, quedo... como si hablaras bajito. Porque es para que se suelte el nudo y caigan lagrimones, Mater. "Es que hoy día los jóvenes tienen mucho trabajo..." Es triste, pero estas soledades empiezas a entenderlas cuando eres menos joven. Y vamos a recoger lo que hemos sembrado.

Mi abuela siempre decía: "los viejos estorbamos"... Y yo le contestaba que era muy exagerada. Ahora pienso que se quedaba corta.

Gracias por este post, Mariapi. A veces se nos duerme el corazón.

Un beso, mater.

Ana, princesa del guisante dijo...

Alguien nos ha vendido la moto del Carpe diem mal aprendido. Vivimos el momento como si mañana no existiera. Y si mañana no existe, no necesitaremos a nadie.
El colmo del recolmo del no saber mirar al futuro son las parejas que se declaran anti-hijos. No necesitan tener hijos que les estorben ahora... total, ellos nunca van a ser estorbo para nadie. Les auguro una vejez solitaria y marginal.
Gracias por la sacudida, Mater. Un beso grande

Mariapi dijo...

Sunsi, gracias a Dios vamos aprendiendo con los años a ver lo importante...aunque hay quien aprende rápido, y enseguida, desde jovencitos y otros, casi con seguridad, no aprenderán nunca. No es cuestión de inteligencia, es cuestión de corazón, y de querer aprender.

Los viejos...no son un estorbo cuando se tiene claro el fin, los viejos son una oportunidad, un regalo.
Gracias, Sunsi, muchas gracias a ti.

Mariapi dijo...

Ana, cuando los hijos son un estorbo...¿qué les espera a los viejos?

Muy interesante el tema que planteas...creo que me va a inspirar, en este tiempo e intimidad bloguera...
Un besico, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Tampoco el verano.
Como si la vida fuera solo para los fuertes.

Gracias, Mariapi.

Lolo

Mariapi dijo...

És ceguera, nos impide ver la debilidad como don. gracias a ti, Lolo.

veronicia dijo...

Fué mi abuelo al hospital con 89 años (la segunda vez en toda su vida) tenía una "hernia" al rato le dieron el alta, cuando la enfermera lo vio le dijo a mi madre (su nuera) que no hacia falta que lo vistiese cada día que podia ir en pijama...
Mi abuelo ochentaimuchos años trabajando de sol a sol, y luego no vamos a tener la decencia de vestirlo! mi madre que es una santa no dijo nada pero siguio vistiendo a mi abuelo para que paseara por la galería hasta el último día de su vida
El 8 de julio sería su cumpleaños.

Mariapi dijo...

Gracias, Veronicia, por compartir ése tesoro. Qué maravilla de amor, de respeto, de calidad personal, de entender DE VERDAD qué es querer bien. No sabes cuánto bien me hace tu comentario, cuando a tu alrededor se ve tanto en negativo, se agradece ver otra versión. Un abrazo, y gracias, de verdad.

Mª Dolores dijo...

Tocas la fibra Mariapi. Uf! Lo malo no es volverse viejo, no. Es ley de vida. Lo lamentable es sentirte abandonado. Fíjate, la mujer no se queja, no. El trabajo de los hijos!!!Acabó la época en que todos compartíamos techo y cuidábamos a los abuelos entre todos. Sin generalizar, pero vivimos en una sociedad que únicamente se mira el ombligo.

Mariapi dijo...

Sí, Mª Dolores, ése es el problema, el peor de todos. Mil gracias por tu visión certera. Un beso.

MdB dijo...

Hola Mariapi,
Leo muy a menudo tu blog, me encanta. Efectivamente tocas el corazón. No es justo irse dando cuenta de tantas cosas que tapa nuestra inocencia cuando somos pequeños, y al ir creciendo vas descubriendo...y esta es una de ellas. Por que a los abuelos los queremos tanto? No se merecen muchas veces sentirse un estorbo. Gracias por tu blog Es fantástico.

R. dijo...

Tenemos tanto que aprender de ellos..
Ale,dos lágrimones recorriendo mis mejillas.
¡Gracias por emocionarme mater!

Mariapi dijo...

Gracias a ti, R. que tienes la generosidad dd edejar un comentario.
Por lo que se ve, el otoño, tampoco, no es para viejos.

Gracias.