lunes, 8 de febrero de 2010

Emigrantes



Del mismo modo que en COU me embutía libros ”obligatorios” a regañadientes, y después han sido referencia continua en la vida, me costó tragarme el dichoso librito de Introducción a la Sociología. Pero cuando he conseguido hacer su digestión, compruebo que  ha dejado bocetos interesantes.

Uno de estos conceptos  me asaltó haciendo la compra en el Sainsbury de Cronwell Road.
¡Qué duro debe ser emigrar! Siendo lo mismo, nada que ver con el “mercadoun”. Qué complicado explicarse con el negro del jamón de York… captar el concepto “comer carne” en la mentalidad anglosajona. Qué lío hacerse con el avituallamiento para toda la tribu. Claro que al segundo día me regalaron la bolsa de clienta de honor… ¡Y qué hartura del sanwich-revolutum!

-¡Plis , Plis!¿güer is de oregano?
Y te mandan a la sección detergentes(¿)

Fueron pocos días, y bien saben mis matermaníacos que repetiría, pero intuí las grandes dificultades de quienes dejan su patria . Incluso si no existieran penurias económicas, ese movimiento de desarraigo, de exrañarse, es complejo.

Me sentía como las protagonista de “El Club de la Buena Estrella”.
Intuí que no es igual  hacer turismo y emigrar.
Ir de visita no exige comprender lo distinto. Basta con admirar lo que nos es ajeno o reírnos de ello.
Vamos de turistas y hacemos esquí acuático sobre esas aguas, pero si emigramos nos obligamos a bucear, sin respirar, pescar a mano… sin conocer las rocas escondidas, orientándonos en otra “rosa de los vientos”.

No sólo hay que aprender otro idioma, hay que ir entendiendo otros procesos mentales, otros ritmos.

La vida íntima de cualquier familia es precisamente esa aventura. Emigrar entre generaciones.

¿No somos emigrantes cuando intentamos hablar con nuestro hijo adolescente, cuando oímos su música a tope mientras se ducha o leemos sus mensajes “k stn n” sánscrito ? ¿No estamos en otra civilización?

¿No necesitamos otro idioma, otro ritmo al conversar con nuestros padres octogenarios? ¿No debemos hacer el esfuerzo de situarnos en otras culturas, razonar desde unos tiempos históricos tan distintos a los nuestros?

¿No necesitamos que comprendan que también hemos llevado “pata de elefante” y “pantalón pitillo”? ¿No tienen que hacer un esfuerzo para entender nuestro concepto de “Universidad” tan diferente a la que ellos viven?

Conquistar esos nuevos mundos nos exige a veces desprendernos de ”terruños” ideológicos, esos con los que enjuiciamos la realidad sólo desde nuestro cortapastas mental.

Y no basta con “ser tolerarantes”, expresión que siempre deja un regustillo de desprecio.

Ese movimiento de ser emigrantes intergeneracionales exige mucho más que soportar o respetar.

Sí, algo más íntimo.
Efectivamente.
Amar.

11 comentarios:

Esther dijo...

No hay mejor entrada que aquella que te hace parar y reflexionar. La tuya lo ha hecho conmigo. Gracias.

Mariapi dijo...

Gracias a tí, Esther, por leer y comentar. Bienvenida.

Mª Dolores dijo...

Hola. Te he encontrado a través del blog de Sunsi y me he quedado a leerte. Es muy interesante tu reflexión. Me quedo especialmente con el párrafo en el que hablas del hijo adolescente, a ver si consigo hincarle el diente al mío, ufff!
Un saludo... y pásate por mi blog cuando quieras.

sunsi dijo...

Mariapi. Bingo y bingo... Qué post más bueno. Como dice Esther, para reflexionar.

Hoy he ido a ver a mi padre. Tenía un DVD que casi lo tira a la basura... No sabía cómo hacer para verlo desde su ordenador. He solucionado una tontería de problema que no era tal. Yo... a mi padre... que me lo ha enseñado todo. Y llego a casa y los ciudadanos me tienen que sacar de muchas incógnitas. Y me miran con cara de condescendencia... "Pero si es muy fácil, mamá"

Creo que estas tres generaciones que aún convivimos son tres abismos. La nuestra funciona (cuando funciona) como una bisagra... Igual estoy equivocada. En nuestras manos está que la convivencia no chirríe... que los abuelos no se sientan desplazados en una sociedad donde tienen su lugar. ¡Se lo han ganado a pulso!. Que los que crecen y creen que se comen el mundo se den cuenta de que antes de que nacieran... el mundo funcionaba sin ellos.

La piedra folosofal, Mariapi... El amor. Gracias por decirlo, escribirlo, resaltarlo. La diferencia entre acercarse y ponerse en el lugar de... en su pellejo, con cariño.

Un beso y gracias.

Mariapi dijo...

Mª Dolores:
Lo mejor de la adolescencia es ¡que se pasa!. Muchas gracias por tu invitación, me paso por tu blog.

Mariapi dijo...

Sunsi:

Tienes razón, somos visagra. Pero cuánto aprendemos de todos ¿verdad?
Me hace reir tu comentario""Que los que crecen y creen que se comen el mundose den cuenta de que antes de que nacieran...el mundo funcionaba sin ellos!
Muchas gracias .

Ana, princesa del guisante dijo...

Este concepto de ser emigrante intergeneracional es curioso. Si lo piensas bien, enlaza con aquél que nos contaba un día Sunsi respecto a que somos islas. Si todos somos islas, somos emigrantes con todos los demás, no sólo con los de generaciones distintas...

Poto dijo...

Jajajaja, creo que todavía tengo una bola en el estómago del hartón de "ham-sandwich and double cheese" que nos dimos en Londres...

Emigrante intergeneracional... interesante!! aunque yo sea de la generación de los adolescentes, creo que ya saliendo, o completamente fuera... es buenísima esa convivencia, el aprender de y con las generaciones anteriores.
Vamos, que siempre se descubren mil cosas que puede hacer el PC mientras explicas a tu abuelo cómo copiar y pegar un texto, o a tu madre qué es un "html", o a tu padre el concepto de el correo electrónico:sí, sí, lo puedes abrir desde todo el mundo!!!!

Mariapi dijo...

Ana:
Claro, cada uno pertenecemos a un tiempo y cultura, en individual también, y emigrar es una actitud. Saber dejar "lo nuestro" para entender y aprender en otro. Gracias.

Mariapi dijo...

Poto:
¿Qué haría yo sin mi asesora? Besotes. Ya sabes que me encanta que comentéis.

Pablo dijo...

mmmm.. sanwich... (sería el comentario adolescente)

La bisagra y el nexo entre lo antiguo y lo moderno, la armonía entre el pasado y el futuro... sería el comentario de esa generación que descubre los blogs para decir lo que no habían dicho hasta ahora.

"Me ha gustado mucho hija mía" sin atreverse a comentar nada sería el comentario de un emigrante de Benabarre.

El mío: Para poder bucear por aguas desconocidas o trepar paredes imposibles hay que querer. Es como bañarse en un lago de aguas heladas en el pirineo aragonés o te tiras de golpe... o no te metes. Sería una pena no bañarse...¡¡verdad Maik!!