Con deje displicente, siempre he contemplado algunas manifestaciones de estos días como algo demasiado sensiblón, poco profundo en esencia, el dominio de los ritos.
Desde el sur del norte no acababa de entenderlo.
En la memoria musical sólo asocio los tambores con la Semana Santa.
Rotundos y secos.
Con redobles que dan la vuelta al estómago.
Marcando con los golpes sobre el pergamino los golpes de un ajusticiamiento injusto.
Es el acompañamiento del dolor.
Pero hace unos días descubrí otras músicas.
Conversaban en la radio sobre las diferencias entre la procesión andaluza y castellana.
No entendía el vallisoletano "esas músicas", las marchas con cornetas y tambores como acompañamiento de la muerte.
Saltó rápido el andaluz:
-"Es que nosotros sabemos que resucitó".
Y entonces pude oir cómo suena la Esperanza en el Dolor.
Porque desde "Esa Madrugada" no existe ningún dolor sin sentido. No hay dolor sin esperanza.
Es el acompañamiento del dolor.
Pero hace unos días descubrí otras músicas.
Conversaban en la radio sobre las diferencias entre la procesión andaluza y castellana.
No entendía el vallisoletano "esas músicas", las marchas con cornetas y tambores como acompañamiento de la muerte.
Saltó rápido el andaluz:
-"Es que nosotros sabemos que resucitó".
Y entonces pude oir cómo suena la Esperanza en el Dolor.
Porque desde "Esa Madrugada" no existe ningún dolor sin sentido. No hay dolor sin esperanza.
14 comentarios:
Este si que lo he entendido eh mami! y es muy bueno, sobretodo el final del andaluz, y tu conclusión... no es por hacer la pelota, pero aunq si q lo parece la verdad... pero no se como se puede tener la cabeza q tu tienes mami para escribir tan bien, sigo pensando q tienes q escribir un libro!
Calanda. Mi madre se pasó días repiqueteando cuando fue una Semana Santa. Un acampañamiento real, ajustado al dolor. Al final el ritmo también sonaba a esperanza. Pero había que esperar para darse cuenta.
Qué bonito lo que escribes, Mariapi.
El dolor ante esa Cruz de Madera es siempre Esperanza.
Un abrazo Mariapi. Gracias.
Sin esa Esperanza el Dolor habría sido inútil... La Pasión sin Resurrección te deja con el corazón aterido, paralizado o temblando de miedo. Como un parto eterno sin una nueva vida.
Gracias, Mariapi... Muchísimas gracias.
No hay dolor sin Esperanza
NO hay dolor sin Esperanza
No hay dolor sin Esperanza
No hay dolor sin Esperanza
No hay dolor sin esperanza
NO hay dolor sin Esperanza
NO hay dolor sin Esperanza
NO hay dolor sin esperanza
NO hay dolor sin Esperanza
Es que quiero asegurarme de que no lo olvidaré en toda mi vida.
Gracias por tantas lecciones de amor.
Y más impresionante aún es lo que se llama "Música de capilla" para acompañar un paso de muerte y dolor, por ejemplo el de La Mortaja, que saldrá el Viernes Santo en Sevilla. Sólo tres instrumentos de vientos interpretando piezas antiquísimas y tristes, pero cargadas de esperanza.
Besos.
Miguelón:
Gracias, me gusta que comentes, muchísimo.Incluso cuando me haces la pelota...Muacs.
Lolo, la tamborrada sobrecoge. Para mi son recuerdos de infancia, tenía miedo. Han tenido que pasar muchos años para atisbar la esperanza en la muerte, y quitarme el miedo. Gracias.
Ana:
Siempre-Siempre-Siempre.
Gracias a ti, un abrazo.
Sunsi:
Por eso me entristece tanto vacío nihilista. Esa ceguera ante el sentido del dolor debe ser tan-tan dolorosa...Me gusta "como un parto eterno sin una nueva vida". Un beso.
P.D. Bueno.. ya ves que por un ratito he podido ponerme un pelín seria...
Ana:
Y si se nos olvida, no pasa nada. Ahí se quedó El, tan cerquita, para volver a recordarlo.
Mil gracias a tí, besotes y ánimoooo.
Opinador:
Pues ahora mismo me sumerjo en el yutub, a escuchar esa tristeza esperanzada. Mil gracias. También por el enlace con las procesiones en directo que linkeas en tu blog.
A través del blog de Sunsi he llegado al tuyo, felicidades, me ha encantado, he pasado un buen rato laaaaaaargo leyéndote.Hasta otra entrada! un abrazo
Marta:¡Muchísimas gracias! te espero, cuando quieras. Un abrazo.
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