lunes, 4 de abril de 2011

Juglares




El mar esta suave, se mece al compás 3/4, en un vals lento, para bailar mirándose el alma.

El paseo rebosa bicicletas y risas de niños sueltos, jubilados andariegos  cumpliendo con la prescripción facultativa que marchan ligeros, y fugitivos como nosotros que buscamos descanso en las olas.
Tantos años paseando juntos nos han enseñado a  hablar con el silencio. Atravesamos conversaciones intermitentes de otros caminantes, y aprendemos a ver con otros ojos.

Aumenta el jaleo cerca del pueblo.

Ése trocito de playa se llena de arenas fantasiosas. Los escultores  levantan castillos, barcos, manos gigantes o pies que aplastan árboles... un dragón echa humo y fuego por la boca, y tres marineros juegan a las cartas en el camarote del capitán.
Los paseantes fotografían con sus móviles ése arte efímero y frágil, admiran la sorpresa de lo bello.
Pero también oímos comentarios agrios.
              - ...tanto vago que ensucia y se aprovecha de la playa...!

Escultores de arena, mimos y malabaristas de semáforos, barítonos callejeros, ballet y break dance en las aceras, estatuas humanas, cantautores de esquinas...¿inútiles y vagos pintando belleza gratis?

"MiGeorgeClooney" escucha paciente el discurso archiconocido sobre mi contradicción interna: madre de apariencia respetable y burguesa, a la que se le supone cordura, estabilidad emocional, sentido común y practico de la vida, defendiendo, entendiendo la pasión creadora de algo tan fugaz e improductivo como una pompa de jabón gigante o una escultura de arena.

¿Querría esa vida para mis hijos? Ése es el gran dilema.

... Pero tampoco me gustaría que viviesen encerrados en un esquema que les llagase el alma con rigideces y convencionalismos impuestos, teniendo anhelos de juglar moderno.


12 comentarios:

Modestino dijo...

Pedazo de fotos¡¡¡¡. Sí, el dilema que planteas es interesante, pero respetar y admitir a quienes se dedican a hacer de "juglares" es señal de amplitud de miras y tolerancia.

Ana, princesa del guisante dijo...

A mí me da lástima por lo efímero de sus creaciones. Tanto trabajo, para que el mar se lo arrebate. Nadie quiere que sus hijos sean mendigos que viven de lo que les echan en la playa, pero todos quisiéramos que nuestra prole tuviera la capacidad de pintar la Capilla sixtina. No te culpes de nada.

Pablo dijo...

Ser antisistema tiene esto: que tienes que vivir en el sistema, siendo rebelde frente a él. Me parece genial. Y mi enhorabuena a la paciencia de tu "GeorgeClooney".

Unknown dijo...

Sería feliz viendo a mis hijos felices, tanto si operan a corazón abierto como si son capaces de recrear la capilla sixtina con un poco de arena de playa.
Los juglares sólo existen en la mente del que los quiera ver así. El arte siempre es de y para los locos que lo quieran entender.
Bicos, Mariapi.
Reconozco que en el fondo me cuesta mantenerme firme en esta decisión.

Mariapi dijo...

Modestino, no sólo les respeto y admito, es que los entiendo perfectamente, sé que el impulso de crear en lo artístico compensa muchísimas limitaciones...el dilema empieza cuando miro con ojos de madre y para los míos...no lo sé resolver...contradictoria que es una...Mil gracias, un saludo.

Mariapi dijo...

Ana, a mi no me dan lástima, creo que disfrutan creando, no tanto con lo creado,conozco pintores que lo que les interesa es pintar, pero no contemplan sus cuadros...
En lo demás, totalmente de acuerdo...pero no es sencillo. Hay una serie de vocaciones o salidas profesionales que así, en general, son más seguras, el profesional medio tendrá asegurado el sustento y el éxito. Otras, para poder ser "rentables"exigen ser los mejores, y mucha suerte...Claro, queremos la felicidad de nuestros hijos, pero aconsejarles...es un dilema.El artista siente "pasión", pero ¿será feliz renunciando a unos mínimos por el arte?¿y viceversa? Creo que lo interesante es entender que cualquier decisión implica limitaciones y renuncias, ésa es nuestra capacidad real y limitada de libertad...

Un besote, Princesa.

Ana, princesa del guisante dijo...

Justo eso es lo que he querido decir en mi blog hoy, pero he quedado a mitad de camino, y me parece que no me he explicado bien. En fin, yo creo que al final todos los padres hacemos lo que podemos, no somos más que aprendices, también. Besos y gracias por tu claridad

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Qué bonito, pero qué bonito este post en fondo y forma!

Y un dilema: la felicidad o el pragmatismo, apostemos por conjugar ambos. ¡Ojalá!

Mi felicitación más cálida y sincera
Asun

Mariapi dijo...

Pablo, es que no es tan sencillo ser un antisitema consecuente...y aunque no lo creas, estas "aporías internas" nos hacen sufrir, que tenemos corazoncico y todo...Sí, "MiGeorge" merece el nobel de la paciencia. Comprobado.
Un beso bien fuerte.

Mariapi dijo...

Dolores, también parto de esa premisa, quiero que mis hijos sean felices...pero cuando van creciendo, y se observa desde la mirada de madre...se hace más complejo desglosar el concepto"felicidad"...la verdad es que de momento, la única que tiene el conflicto soy yo, mis "chicos" son bastante más sensatos que su madre. Un besote.

Mariapi dijo...

Asun, ése dilema lo tienen más complicado los que necesitan un camino alternativo...lo digo por propia experiencia, pero como normalmente, va unido a una mayor capacidad de disfrute, compensan las dificultades.
...es que cuando me pongo las "gafas de madre" quisiera amarrar todos los cabos...ya sabes, en plan gallina clueca total...
Mil gracias, eres muy generosa, un besote .

Mariapi dijo...

Ana, que sí, que sí te has explicado...muacs.