domingo, 15 de mayo de 2011

Ombliguismo

Sin motivo, todo lo que tocaba ha ido estropeándose. No ha podido dar una a derechas, ni con la luz ni con el color...ni siquiera intentando buscar nuevos matices, otros ángulos.

Después de varias treguas, con paseo hasta la plaza incluído, ha decidido dejarlo por hoy.

Ha guardado la paleta y limpiado los pinceles cuidadosamente. Al recoger el bolso, él estaba en el zaguán, lijando una plancha de metacrilato.

                      -   Me voy, hoy no hay manera, cada vez que meto el pincel lo estropeo...

                      -   Vaya, mujer ... hay días así...yo estoy deseando que llegue el momento de acostarme, que hoy se acabe, y mañana sea otro día...
                
                      -   .. ¿eh?... sí ...  eso seguro, mañana será otro día...

Sólo han cruzado la mirada un instante, le ha parecido triste.

                      -  Bueno, me marcho... nos vemos...

Sale del taller y tranquilamente entra en Santa María ... pero da media vuelta rápido...

La miran con sorpresa...

                       - He olvidado algo...



En cien metros ha tenido tiempo y espacio para hacerse preguntas, para aclarar algunas cosas...


...En realidad no lo conozco de nada...
...¿y a mi qué me importa éste tío?...
...es raro...
...sólo lo he visto cuatro veces...
...¿qué sé yo de su vida? ...
... vete a saber qué tipo de problemas tendrá...
... hoy parece que ni se ha duchado, más desaliñado que nunca...
... no pega ni con cola que le diga nada...



Sigue allí, cabizbajo, lijando despacio.

                      - ¿Qué pasa?¿Vuelves  inspirada?

                      - Oye, que tengo mucha cara dura, que me he ido y no te he preguntado si puedo ayudarte.

                      - ... ... ... No...no... ... ... no puedes hacer nada, pero gracias...

                      - Bueno, pero ya lo sabes. Y perdona, te lo tenía que haber dicho antes. Hasta la semana que viene, ánimo.

                      - Gracias.

No ha cambiado nada, no  ha solucionado nada.
La misma realidad.
Pero por un momento se ha roto el sortilegio de su ombliguismo.



16 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Yo no tengo el corazón tan generoso, Mater, ni siquiera una centésima parte. Será que me ha engullido mi propio ombligo...
Gracias

Modestino dijo...

Ombliguismo ... todos lo padecemos en mayor o menor medida.
A mí me ha pasado muchas veces tener vergüenza por llorar por una tontería delante de quien sufre y no preciamente por tonterías.

meloenvuelvepararegalo dijo...

Ante todo felicidades, aunque con un pelín de retraso, pero seguro que sigues de celebración!!!
Los regalos me encantan: el libro, of course, pero esa piruleta.... :P
Ser capaz de mirar más allá del ombligo de un@, es un ejercicio harto difícil; admiro a quien es capaz de hacerlo, podemos encontrar otros ombligos hermosos por ahí.
bss de domingo,

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Mater nos das en este post una lección de que no hay que pasar de largo ante el dolor ajeno!
¡Seguro que tu mero interés ya lo reconfortó pasase lo que pasase!
Ojalá todos entendiéramos la caridad así, con palbras y obras cocretas, haríamos un mundo mucho mejor donde vivir.
Estoy orgullosa de conocerte y de que seas mi amiga.
¡Menudo corazón grande!
Felicidades y ¡que Dios te lo pague!
Asun

Marta piesdescalzos dijo...

Qué buena la foto!. Las palabras por supuesto. Tú corazón como de costumbre. Grande, como los besos que te envío.

sunsi dijo...

Mariapi.¡Qué buena la foto! El post dándole donde duele y mejor que duela. Tu corazón, como de costumbre y espero que no nos acostumbremos. Grande como els petonets que te envío.

(copiada de Marta piesdescalzos con modificaciones para que no se note el plagio). Me ha gustado muchísimo también su comentario.

Mariapi dijo...

Mira que eres exageradaAna...no estoy en absoluto de acuerdo...tu no eres así. Un beso, Princesita.

Mariapi dijo...

Sí, es verdad Modestino, pero ¿no te ha pasado que precisamente esas personas que tienen motivos reales y bien gordos para sufir son justamente las que mejor acompañar y saben entender y consolar el dolor ajeno, aunque sea por tontadicas?

Gracias por la reflexión, un saludo y buen domingo.

Mariapi dijo...

Tere, ¿verdad que es chula la piruleta...de papabuble, un sitio muy especial, seguro que lo conoces bien...te invito a un cachito, porque encima de bonitos, sus caramelos son riquísimos?

Sí que es difícil eso de olvidar el propio ombligo, por eso tenemos toda una vida para ir aprendiendo...Un abrazo y mil gracias.

Mariapi dijo...

Asun, no pretendía dar ni media lección...son cosas que le pasan a una tal "Maru", un personaje del que escribí hace tiempo...que ha conseguido hacer realidad su sueño de pintar, y está enamorada de de las calles de Barcelona, sobre todo del Born. Es un personaje lleno de contradicciones internas...por eso, cuando ponía "etiquetas" a los post la definía como "Una aporía con bolso". Pero como soy tan caótica...he olvidado lo de las etiquetas y es una pena...los blogueros que lo hacen añaden riqueza a sus entradas... Tú si que eres cariñosa, Asun, tienes una mirada que agradece y mira bien. Un abrazo de los que hacen crujirrr.

(Mira, por si quieres saber sobre esa "Maru"
http://matermanias.blogspot.com/2010/02/abaixadors.html)

Mariapi dijo...

Marta, a veces creo que hemos intelectualizado tanto el concepto "prójimo" que nadie entra en el perfil...si están cerca por cerca, si desconocidos por demasiado lejos..y no encontramos nunca a nadie con quien practicar eso tan sano de salir de uno mismo...Gracias por todo, Marta.

Mariapi dijo...

Sunsi, me resulta tan curiosa
ésa contradicción...la misma fuerza centrípeta que nos lleva a enroscarnos en el ombligo es con la que tenemos que lanzarnos hacia el otro...y lo más divertido es que estamos proyectados para que sea así...me maravilla. Un beso gordo, Sunsi, que no sabes cúanto me inspiran nuestras "parrafada". Gracias mil.

Unknown dijo...

Dice mucho de tí lo que nos acabas de narrar.
Ojalá abundaran personas así. Todo sería más fácil, y, aunque no se solucionaran nuestros problemas, no nos sentiríamos tan solitarios.
Un biquiño gordo.

lolo dijo...

Fuerza centrípeta, dices. Aprovecharla para desenroscarse hacia los demás... ¿Los demás son éste que tengo sentado aquí al lado, no?... Gracias Mariapi, me voy.

Mariapi dijo...

Dolores, son cosas que pasan a menudo, insignificantes si quieres pero de las que dependen lo más importante de la vida, al menos yo lo veo así. Un beso grande para ti.

Mariapi dijo...

Lolo, creo que la medida de la fuerza con la que hemos de atender al otro es precisamente ésa fuerza que nos hace querernos tanto a nosotros mismos...es eso de "al prójimo como a uno mismo"...y sí mucho me temo que el prójimo es precisamnet ése, el que está ahí al lado...y también un poco más allá...no es cuestión de distancias, pero si que creo hay un orden...un Agustín antiguo habó bastante del tema...del ordo amoris.Gracias a ti, Lolo, que vienes y escribes, gracias.