Los domingos suelo hacer algún postre, lo dulce alarga la conversación hasta el café.
Mientras daba las últimas vueltas a las natillas, enfrascada en dudas metafísicas sobre si patatas fritas o al horno, entró con los apuntes de literatura.
Con voz de hombre recién estrenada, una barbita peleona y otras excentricidades de la edad, se entusiasma con la crema, con los mismos ojitos de cuando era niño:
-¡Cómo te lo curras!...y todos los días.
Me has hecho muy feliz.
Con esas palabras concisas, exactas, en tu idioma vital.
Son el certificado de que ya has superado la selectividad, no la que te espera dentro de unos meses, sino la prueba de nivel para entender lo íntimo, el valor de lo importante, los entresijos del cariño.
No ha hecho falta más.
Hemos seguido con las dudas del examen, discutiendo por el perro y las rutinas de cada domingo.
La dulzura no acaba en la adolescencia.
25 comentarios:
Brindo por eso, porque la dulzura no termine en la adolescencia ... porque no termine nunca.
Dios nos da la semilla que ha escogido para nosotros, que la plantamos, la regamos, le proporcionamos abonos, y todo lo que está en nuestra mano. A pesar de todo, el árbol puede nacer torcido, pero lo lógico, lo deseable y lo que nos fascina es que un día, de repente, brota una flor de sus ramas tiernas. Es impresionante. Un beso grande
NIce!! sabor de hogar!!!
Si en el fondo son unos cameladores...
Ummm, qué ricas natillas... En mi casa tocaron pastelitos de frutas.
Biquiños Mariapi
Qué importantes son las sobremesas en las familias... por lo menos en la mía siempre lo han sido. Me hubiera encantado probar tus natillas! besitos mater
Bonito!
Gracias por contarlo Mariapi, me habéis hecho llorar.
Los postres son mucho más que dulce y calorías!. Adolescente comestible...Besos, de otra que se derrite.
Brindo contigo, Modestino...y estoy segura de que así será.Gracias.
Ana, siempre me admira y sorprende lo desproporcionado que es el "resultado" respecto a lo que nosotros ponemos...Gracias, un abrazo.
Sí Pablito, eso es exactamente, "sabor a casa"...lo sublime es descubrir que ahí está. Un besote.
(Espero que hayas agradecido como merece a la desconocida madre valenciana que os ha dado cobijo...)
Dolores, me encanta que me camelen, eso va bien a cualquier postre...Un besote. Ya nos contarás esos pastelitos...
Estás invitada a las natillas, Casita.Me gustan las comidas largas-largas del domingo. Y creo que a conseguir que se esté a gusto ayudan los postres, tal vez porque son como retomar los años de infancia, no sé.
Gracias, un abrazo.
Gracias, Monty. Un besote.
Gracias a ti por leerlo con esos ojos que llegan a entender la intimidad.
Puede parecer que la ternura, el embeleso ante un hijo se apaga cuando van creciendo, y les sale el bigotillo, y granos y todo eso...pero es precisamente entonces cuando aparecen los elementos más asombrosos. Sólo hay que "pasar" de sus envoltorios y redescubrir su dulzura.Un abrazo, Lolo.
Marta, es verdad, son muchísimo más. Por eso me maravilla que lo hayan captado. Asumimos una idea tan estereotipada de algunas etapas, que podemos perder de vista quien está realmente ahí, y continuar disfrutando con ellos.
Un abrazo.
Un nudo, Mariapi. Qué chavalote más grande... que sabe agradecer el cariño de lo pequeño. No...la ternura no acaba en la adolescencia, Máter. Cuando hay caldo de cultivo y calor de hogar y afecto...
Menos mal que hay personas que piensan que la meta no es la selectividad.
Un beso y gracias por contarlo, Mariapi.
Me hace inmensamente feliz tu constatación Mariapi...ya comenzaba yo a albergar mis dudas y no hemos llegado ni a la adolescencia!
Un besazo :-)
Ayyy, ¡¡qué pelotari es el muchachote de la barba de chivo!!!
Pero tiene toda la razón, qué ricos los postres de domingo acompañados de un rato en familia!!
Gracias Mater!!
Me parece que con las palabras de Miguelón te ha pasado como en el esgrima: "touché".
Pero no es mal lema para la vida misma: Como te lo curras y todos los días... Para pensar. Besos
No es la selectividad la meta,no... pero no se lo digo, no vaya a despistarse...
Gracias, Sunsi. A veces, la mala fama de la adolescencia no nos deja disfrutar de los momentos mágicos, que también los tienen...Un abrazo.
Mevamaleta, hay que romper esa maldición del temor al adolescente...además de injusto es mala fama, no hay para tanto, y ..., no sé porqué me da que lo tuyo será "pancomido", donde hay madera...Un abrazo, y mil gracias.
Poto, deja, deja...que es muy gustosico que te hagan la pelota...pensar que os gustará, me anima a buscar nuevar rectas...a ver si os sorprendo el domingo...Muacs.
Pablo, si que me "tocó"...debe ser por lo insólito...o que querrá pedirme algo...no sé, ahora empiezo a sospechar...
Gracias miles, un besote bien fuerte.
¡Ole! Esto sí que es de premio de Amor y cocina cotidiana!!!
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