Si en aquel tiempo existía algún tipo de medida higiénica o de seguridad para los consumidores, las infringía todas de una tacada. Incluso las bacterias más furibundas temían el desorden húmedo de la tienda, y emigraban a mundos más civilizados. Nunca hubo intoxicaciones ni epidemias gastrointestinales. Maravillas de la antihigiene.
Para nuestros ojos infantiles era un viejo, pero no tendría más de cincuenta años, ojos claros y mansos, siempre con guardapolvo azul prusia. Pulido y "escoscao" contrastaba con el amontonado desorden de su hábitat.
Nunca perdía la calma pausada, con una lentitud que no sé si era falta o exceso, natural o adquirida.
Tres adolescentes gamberras éramos su peor pesadilla.
Cada verano poníamos nuestra crueldad en marcha para gastarle continuas bromas. No me atrevo a contarlas todas ...mi dignidad materna no lo permite.
Una de estas historias ha quedado en la memoria de la amistad compartida, ahora que somos venerables señoras.
-Caíto, ¿tiene "Puturru de Fuá"?
-Pues no, aquí al pueblo no ha llegao...
- ¡Ay, Caíto, es muy urgente, necesitamos "Puturrú de Fuá"!
Bea, quinceañera morena, sabía poner carica dulce y mirada suplicante...
Los ojos de Caíto se iluminaban un instante, se sentía héroe veraniego.
-Majas, no preocuparse,ya lo encargaré al representante.
-Pídanos tres latas, de las medianas...
Caíto no estaba al tanto de los éxitos musicales del momento.
Lo tuvimos todo el verano mareando a los representantes... buscando latas de "Puturrú de Fuá"... un trío zaragozano, tan gamberro como nosotras, que empezaba a hacer furor.
Perdonanos, Caíto, y gracias por tu paciencia...y tantas meriendas gratis a costa de tu inocencia.
Lo tuvimos todo el verano mareando a los representantes... buscando latas de "Puturrú de Fuá"... un trío zaragozano, tan gamberro como nosotras, que empezaba a hacer furor.
Perdonanos, Caíto, y gracias por tu paciencia...y tantas meriendas gratis a costa de tu inocencia.
"Puturru de fuá"
4 comentarios:
Esto que defines es un corteinglés. En todo pueblo pequeño que se precie hay uno. En él puedes comprar desde una aspirina a una cuchara de palo. Y si tienes suerte, Puturrú de fua.
Mariapi, no recuerdo cual fue, pero por una entrada como esta me hice Matermaníaca :-))
Besos
Ana, es increible la variedad que se puede encontrar en esas tiendas. En mi pueblo estaba el estanco y "casa Tere", que merecería una novela enterita.
Mil gracias por entrar, leer y comentar, Princesa, no sabes cuánto lo valoro.Un besico, con un maravilloso frequico matinal.
Mariapi. Se te da de cine contar recuerdos... De todo como en botica. Era típico. Vendían cualquier cosa...¡¡¡Malas!!!;))) Pobre Caíto, buscando Puturrú de foie.Ya podía buscar... Me ha hecho gracia porque yo utilizo la palabreja en lugar de "pijada".
Veranear en un pueblo como aquellos años... era una delicia. Muy pocos peligros, mucho aire libre, amistades de cada año, bicis alegres y bocadillos para las excursiones. Qué recuerdos, Mater.
Gracias por escribir en tus puntos y aparte.
Un beso fuerte, Mariapi.
Sunsi, yo sigo acudiendo cada verano, ha cambiado mucho, pero sigue siendo un ancla para pararse y poder bucear, descubriendo tantas maravillas.
Allí volvemos a encontrarnos, el trío de adolescentes ahora crecidicas, y nos pasamos tardes enteras riéndonos con las aventuras de aquellos veranos.
Gracias a ti, Sunsi, que sigues acompañando. Un abrazo.
(Cuelgo un video de los auténticos Puturrú de Fuá)
Publicar un comentario