De la vida misma.
En el barrio de La Ribera quedan algunas tiendas inmunes a la desagradable globalización comercial.
No me gusta hacer la misma compra en Londres, Milán o Barcelona.
Ni las dependientas uniformadas de negro que mientras te desdoblan al descuido una camiseta, se cuentan los últimos chismes de la empresa mascando chicle, sin mirarte a la cara.
Prefiero "els botiguers" de toda la vida,algo pelotillas, con ese arte para vender, capaces de hacerme creer que un diseñador imaginó la simple camisetilla pensando en una señora como yo, en exclusiva...made in china.
En la calle Princesa hay una droguería con un escaparate de cristal lleno de manchas de las últimas lluvias del último decenio.
Se amontonan en el expositor, a modo de anfiteatro, miles de botellas de perfumes de marca, lejía, limpiacristales... Todas con su cartel manuscrito, informando de las fascinantes rebajas en el precio del producto.
En segunda fila, queriendo pasar desapercibidas, una botellas tipo garrafón, con un cartón explicativo: "Huele como Aire de Loewe", "Huele como Coco de Chanel".
La puerta está abierta, apenas queda espacio para los tres clientes que esperan y rebuscan entre las estanterías cargadas hasta lo inimaginable. Da la sensación de que al menor estornudo nos llegará un bombardeo de limpiahornos, mistol y KH7, amortiguado por esponjas y estropajos.
En seguida me atiende el sonriente dependiente, un apacible anciano.
-¿Qué quería la señorita?.
Bien, empezamos muy bien. Lo de señorita ya no lo oigo ni en mis mejores sueños...
- Buenas...quiero jabón para mecánicos.
¿Qué he dicho? Se borra la sonrisa de su cara, calla con ojos serios, y se hace un silencio incómodo en los otros clientes, que me miran de reojo.
- Señorita...pero qué me dice... ¿No sabe que está totalmente prohibido?
- Pues...pues...no- balbuceo - no sabía...lo usamos para las manchas de pintura...
Imagino los irremediables daños en la biosfera que debe producir el dichoso jabón, no tenía ni idea de que fuese algo tan tan peligroso... Seguro que lo ha prohibido la UE por no ser biodegradable...
Me siento delincuente, antiecologista...hasta dónde llegan las diatribas verdes, desconocía que hasta el jabón estuviese regulado en el Protocolo de Kioto, y con unas consecuencias capaces de escandalizar , tan sólo nombrarlo, a ese pobre anciano...
- ¿Pero sabe usted lo peligroso que es para un mecánico que le dé jabón?¿Y con semejante tarro?¡Pimba! -se sacude un golpe imaginario en la cabeza...
Se ríe con ganas y contagia a los espectantes clientes.
Un primer desconcierto, y me sumo con ganas a la risotada.
- Primer estante a la derecha, nena.
Con lo de "nena" me siento pagada. Sólo por eso ya ha valido la pena.
Y el jabón, estupendo.