martes, 15 de junio de 2010

En el País del Oro Azul


 En el siglo XV se cultivaba en el suroeste de Francia una planta de la que se extraía un precioso pigmento azul: el Isatis Tinctoria.
Comercializado en bolas o "cocagnes", llenó de riqueza  toda la región.

Quedan pinceladas de ese esplendor azul pastel en sus ventanas, y en las iglesias y Catedrales.

El siglo pasado, mediando los 70, conocí la dulzura francesa teñida de azul.
Una innovación en nuestros veranos verdes,  cien por cien Pirineos.
Mis padres alquilaron una casa con ventanas añiles en el Valle del Tarn.
Un caserón lleno de ecos, sus paredes nos contestaban en francés.
Son recuerdos casi imaginados.


En la Place de la Mairie, mesitas redondas con la botella de agua para el pastís.

El Tarn amable, con pausa ancha en su recorrido, nos dejaba bañarnos cada tarde. Hasta sonaba en murmullo gutural, nada que ver con las jotas de picadillo que cantaba el Ésera.

El aire aún contenía restos de metralla alemana y heroicidades de la resistencia.
Y en cada "Jean Claude" emboinado y con bicicleta, veía un saboteador de la invasión germana.
La  imaginación  fija recuerdos que no han sido nunca realidad.

Quedan algunas fotos, con ese descolorido tan especial que han dejado los 70, en las que mi madre soy yo ahora, y mis hermanos nuestros hijos y sobrinos  con disfraz "vintage".

Son reales las noches jugando  a la petaca y los rudimentos de  alemán que aprendimos con el vecino excombatiente : "scheise" era todo su vocabulario.Tenía una única pierna y un  hijo único tímido y callado. Su mujer nos enseñó a centrifugar la ensalada, girando el brazo como un molinillo con el escurridor metálico.

Jugábamos con los niños del pueblo pero no tengo su imágen guardada. Cosas de la memoria, porque conservo nítido el recuerdo de los ancianos Monsieur et Madamme M.

Veraneantes como nosotros.  Él leía "La Croix". Ella hacía una maravillosa tarta de queso, y nos dió la receta.

Un  verano lleno de ventanas azules y leyendas de albigenses en el que me gusta recalar.

                                                              ...qué modo tan extraño de engarzar  recuerdos.
 
 


13 comentarios:

Modestino dijo...

¡Qué fotos tan bonitas y que bien describes estos recuerdos¡.

Uno se siente motivado para darse una vuelta por ahí ...

Ana, princesa del guisante dijo...

Mirar con tus ojos es siempre un placer. Y el color es precioso. Gracias... Besos

Mariapi dijo...

Modestino, vale la pena visitar a nuestros vecinos.
Suelo cruzar a Francia todos los veranos. Me cautivan sus tesoros medievales. Si además aprecias su gastronomía...anímate. No hace falta ni llegar a París.

Mariapi dijo...

Ana, este azul junto a los macizos de hortensias y los viñedos de la zona...un cuadro maravilloso.
Tenemos pendiente una escapada a la "Couserie"...no te olvides.

Un abrazo.

lolo dijo...

Vengo de allí... la France, virtualmente hablando.
Una maravilla, también cómo lo cuentas. He visto fotos con otros pigmentos rosa pero el añil... bueno, en realidad los dos me gustan.
Me llaman la atención porque los reconozco los "recuerdos casi imaginados" y como los evocamos de forma personal y selectiva.

Las fotos descoloridas en las que "mi madre soy yo ahora", son una imagen absolutamente poética.
Gracias por compartirlo, Mariapi.

Mariapi dijo...

Lolo: Me sorprende el sistema tan aleatorio de elección de recuerdos. No sé encontrar el hilo conductor que hace que un día se quede prendido en la memoria y otro, que desde la lógica parece tener más posibilidades de supervivencia, haya desaparecido.Misterios de lo íntimo.
La France está algo "demodé", pero a mi me gusta visitarla. En "rose", como la "vie" o en el sureño"bleu pastel".

Las gracias, a ti.

lolo dijo...

Perdona el re-comentario, Mariapi, pero es algo que me intriga mucho también. Te voy a contar una anécdota que leí en un libro de Mercedes Lozano... te gustaría. Bueno, al rollo. Contaba Mercedes que a lo largo de la infancia de sus hijos había intentado sembrar momentos especiales en cada uno; una merienda en una cafetería con uno, una salida extraordinaria con otro, en sus cumpleaños, santos... con la idea de disfrutar pero también de que recordaran ese cariño y atención especiales. Su marido trabajaba mucho en esa época y apenas veía a los niños. Un día, en una "asamblea familiar" cuando eran más mayores, salió este tema de los recuerdos que tenían de más pequeños, y sus hijos coincidieron en recordar que el día el padre entró en casa con una sábana por encima haciéndose pasar por fantasma... Ella lo contaba entre graciosa y asombrada. Misterios de la memoria, es verdad.
La anécdota es divertida y no tiene mucho que ver con lo que cuentas pero me he acordado... otro misterio.

Ah, y la France estará demodé, los anglo pueden mucho, pero vamos... déjate de modas.
Gracias Mariapi.

Mariapi dijo...

Lolo:
Te agradezco el recomentario.
Lo que cuentas lo compruebo cada día en mi tribu.
Hasta le memoria es libre.
Y conjuga distinto en cada imaginación.
Estoy segura de que hay algún código secreto...Me resulta fascinante.

Gracias, de verdad.Recomenta tantas veces como quieras.

Mariapi dijo...

Lolo, disculpa, no encuentro ninguna referencia bibliográfica de Mercedes Lozano..¿puedes darme el título del libro?
Gracias

lolo dijo...

Mariapi, el librito se llama "Álbum de familia" y está editado por las Paulinas. Tampoco yo he encontrado la referencia bibliográfica, salvo en una librería de ¡Guatemala!. Es una edición antigua. Mercedes es una madre de familia a la que conozco, una mujer muy lúcida.

Mariapi dijo...

Gracias, Lolo, me pareció interesante lo que contabas. Preguntaré por él.

ana dijo...

Los recuerdos unidos al azul.


¿Qué es el azul?


Inmenso siempre. El azul y los recuerdos.

Un beso

Mariapi dijo...

Ana, ayer tuve un comentario especial de este recuerdo azul. Pero me llegó en verde, el de los ojos de mi padre. Estaban emocionados con otra visión de los mismos recuerdos.

Azul prusia o pastel.(Ahora mismo me voy a comprar un acrílico, azul ultramar, necesito luz)

Gracias por venir.

Muacs.