jueves, 24 de junio de 2010
Distancias que no son olvido
Proxemia: una palabra que huele a enfermedad y que contiene una realidad constatable.
Existe un lenguaje en las distancias, variable en cada idioma, con mensajes claros.
Leo que el antropólogo Edward Hall estudió y clasificó las distancias personales, desde la que denomina "íntima"(15-45 cm) a la "pública" (360 cm)
Seguramente es así, curiosa esa precisión centimétrica.
No entiendo muy bien cómo puede hacerse la comprobación científica a golpe de metro, como no entiendo la moral por centímetros...
Cada uno marcamos nuestro territorio según la cultura, las circunstancias y compañía, como un modo de preservar lo íntimo, y al mismo tiempo de comunicarlo.
Maravillosa unidad del hombre, en el que algo tan frágil como el cuerpo es mensajero de lo eterno.
Forma parte de los usos sociales, pero cada uno vamos construyendo nuestras murallas, con sus puentes levadizos, dispuestos a abrir o cerrar el acceso ...incluso con sutil alejamiento, podemos echar al foso de los cocodrilos al que quiere invadir nuestra fortaleza con catapultas de calor corporal no autorizado.
Me gustaría hacer un intensivo para aprender ése lenguaje, es importante colocarse en la distancia que el otro necesita.
Sin invasiones que alejan, ni aislamientos que asolan el corazón.
Saber cuándo es necesario sobrepasar incluso esos 15 centímetros que marcan la distancia "íntima" para que una mano nos apriete el brazo, o los labios se posen en la cara.
Pero no existen manuales con cuadros sinópticos y recetas en gramos o centímetros que se puedan aplicar.
Hay que aprender a mirar con los ojos con los que ven los otros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
14 comentarios:
mmm, yo recuerdo haber estudiado esas distancias. Pero estoy segura de que la tecnología lo ha vuelto todo del revés. Yo te siento aquí mismito, a un palmo de mis narices, dentro de mi ordenador. ¿O no?
Besos
Es verdad, Ana, la tecnología ha establecido novedades, pero creo que existe también en lo virtual ese lenguaje de "distancias". Y hay quien necesita y marca una más larga, y quien permite mayor proximidad. Todavía me parece más difícil aprender el idioma en este mundo internetiano, donde como topos, estamos sin vernos las caritas y dependemos de las palabras sin sonido...
Gracias, Ana, me has dado nuevas chispas de luz.
Un besico, cercano.
Matermani "sin salvar ninguna distancia" has expuesto magistralmente un tema que siempre me ha apasionado. ¡Gracias!
He visitado "proxemia" he aterrizado en "felicific calculus"...
Utilizar, medidas convencionales de lo físico para abordar lo no físico, las emociones... el corazón humano, sin tensión, pulso ni presiones coronoarias...apasionante tema.
Definitivamente no existen "amorímetros"; y evidentemente ayudaría un aparatajo de esos para saber cuan hemos de acercarnos al otro de Verdad; con honestidad, libertad, fraternidad o incluso con caridad...Defínitivamente podemos hacer y hacernos daño...
Aunque prefiero arriesgarme e intentar acercarme, por si puedo arrimar el hombro, lo de salvar las distancias, que se lo coman con patatas los que no quieren ver con corazón humano.
...Otro medidor inventado: el tiempo; para corregir, emendar, corregirnos... perdonar y saber ser perdonados y con paciencia aprender a sincronizar nuestros respectivos "amorímetros" personales.
Buen post! Matermani, Gracias de nuevo.
Vaya, vaya en que niveles nos movemos hoy. No puedo decir nada, no me encuentro a la altura (o la distancia). Muy bueno.
A veces la distancia que ponemos por delante no es igual todos los días, y nos convertimos en iimprevisibles en exceso.
Se empieza en primero por Empatía y en quinto, ahora Boloña cuarto uno se examina de Caridad. Dificil aprobar la asignatura en cuestión. Me apasiona a mi también el complejo tema. Aún no he encontrado el medidor. ¿Quizás en el Born? Gracias por esta entrada High Level.
Tomae, interesante concepto ese del "felicific calculus"...aunque me parece que es como intentar embotellar el mar.
Gracias a Dios, estamos hechos para la libertad...sin "amorímetros" eléctricos.
Gracias a ti.
Pablo, eso de que no estás a la altura...haz el favor y desciende un poco hacia nosotros, pobres mortales...jajajaja.
Un besote.
Modestino, creo que ocurre también con el lenguaje de los gestos, incluso el verbal, en todo lo que significa comunicar, sobre todo en los mensajes que son casi inconscientes, manifestamos nuestro estado por dentro...y a veces puede ser tan tan variable...forma parte de nuestro misterio.
Gracias.
Monty, no creo que exista el medidor exacto. Se aprende a base de prueba error...y nunca se obtien el doctorado. Hay que estar dispuesto a borrar todo lo aprendido y volver a empezar una y mil veces...esta materia es así.
Un abrazo.
Ahí está lo emocionante de la cuestión... ese intuir, dejarse llevar o no, acercarse o mantenerse a raya... sin pensar, así, porque sale solo...
... todo depende de las circunstancias, de la cercanía de la persona, de las miradas. Es un apasionante juego; tú y el otro. Un juego que siempre acaba por tener sintonía.
Pero hay gente que, sinceramente, para hablar se te echa encima... y no, no lo soporto. Gente desconocida a la que la cercanía no responde tan siquiera ni con la persona, ni por supuesto, con el momento.
Y luego están los diminutos... que son capaces de comerse esos 15 cm rutinariamente... así, como si nada, sin notar tan siquiera que necesitas un poco de aire!!!! ...jajajajaja.
Y no, no existen manuales... somos tan maravillosamente ilimitables...
Feliz viernes!!!
Ana, sí que es curioso, sí..somos limitados pero ilimitables...maravilloso.
feliz viernes...¿o tu estás en lunes?
Un besico
Cómo me gustaría acertar más con las distancias! a veces por prudencia me puedo quedar corta...hay que conocer bien al otro para dar en el clavo sin invadir... No es un tema nada fácil y me encanta que lo hayas sacado a luz.
Gracias, siempre me haces pensar...a veces reir, un abrazo!
Publicar un comentario